La nueva ronda de negociaciones entre representantes del régimen sirio y de la oposición tuvo un inicio difícil, sin mayores avances, admitió el martes el mediador de la ONU, Lajdar Brahimi.
"Hoy no tengo mucho que decir excepto que el inicio de esta semana ha sido tan laborioso como antes", dijo el diplomático a periodistas. "No estamos haciendo muchos progresos", reconoció.
"Haremos cuanto podamos para que el proceso despegue. Por supuesto, para que despegue realmente necesitamos la cooperación de ambas partes y mucho apoyo de afuera", prosiguió.
La segunda ronda de negociaciones denominadas Ginebra II se inició el lunes en esta ciudad suiza. Las dos delegaciones no se reunieron ese día formalmente, pues Brahimi prefirió llevar personalmente los mensajes de una a otra, con la esperanza de que mantenerlas separadas al principio podría apaciguar los estados de ánimo.
El martes hubo finalmente un breve encuentro presidido por Brahimi, pero sin ningún acercamiento de posiciones.
La oposición afirma que la única salida al conflicto que en tres años dejó unos 136.000 muertos es la formación de un gobierno de transición que excluiría al presidente Bashar al Asad.
Pero la deelgación oficial se niega a encarar una partida de Asad y pretende centrar las negociaciones en la cuestión del "terrorismo", un término con el que descalifica a toda la rebelión, a la que denuncia como una conspiración de yihadistas extranjeros respaldados por el dinero de las monarquías del Golfo.