El presidente turco Recep Tayyip Erdogan aceptó este martes la dimisión del gobierno de Ahmet Davutoglu después de que su partido perdiera la mayoría absoluta en las legislativas, mientras siguen las negociaciones para formar un gobierno de coalición.
Tras una entrevista entre ambos en el palacio de Erdogan, la presidencia anunció que como es usual el primer ministro y su equipo se mantendrán "hasta la constitución de un nuevo gobierno".
El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), islamista conservador, perdió el domingo la mayoría en el parlamento tras 13 años de dominio absoluto de la vida política turca.
El AKP obtuvo 40,8% de los sufragios y 258 de los 550 escaños del parlamento, por debajo de la mayoría de 276 y, sobre todo, de los 330 necesarios para una reforma constitucional.
En las elecciones de 2011 había logrado casi 50% de los votos y la mayoría absoluta.
La ausencia de mayoría abrió las negociaciones en vistas a la formación de un gobierno de coalición del AKP con uno o dos partidos de la actual oposición.
Si al cabo de 45 días Davutoglu fracasa en el intento de formar gobierno, el presidente Erdogan podría convocar nuevas elecciones.
El lunes Erdogan defendió la idea de un gobierno de coalición y llamó a los partidos a actuar "con responsabilidad" para preservar la "estabilidad" del país.
Los dos principales adversarios del AKP, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) y el Partido de Acción Nacionalista (MHP, derecha), obtuvieron respectivamente 25% y 16,3% de los votos y 132 y 80 diputados.
Pero la gran sorpresa del domingo fue el resultado del partido kurdo HDP (Partido Democrático del Pueblo) que obtuvo 13,1% de los votos y 80 diputados.
Durante la campaña electoral, esos tres partidos hicieron campaña contra Erdogan y excluyeron públicamente la idea de una coalición con el AKP.
Los partidos "van a exigir en primer lugar que Davutoglu se emancipe del presidente y lo relegue a sus prerrogativas constitucionales", dijo a la AFP Deniz Zeyrek, director de la oficina de Ankara del diario Hurriyet.
"El abandono de su proyecto de presidencialización del régimen será una condición sine qua non", agregó.
Erdogan, jefe del gobierno durante 11 años y elegido presidente hace diez meses, lanzó todas sus fuerzas en la campaña para defender la idea de una reforma constitucional con el fin de instalar un régimen presidencial fuerte.
La caída del AKP significa un fracaso personal para Erdogan y el fin de proyecto presidencialista.
La posibilidad de un gobierno de coalición alternativo al AKP parece a la vez demasiado hipotética.
El presidente del CHP, Kemal Kiliçdaroglu, dejó la puerta abierta a una alianza de los tres partidos opositores.
"Sería irrespetuoso para los electores dejar al país sin gobierno", dijo Kiliçdaroglu a la prensa.
Pero sus posibilidades son muy escasas.
Los nacionalistas del MHP difícilmente harán una alianza con los kurdos del HDP.
El MHP plantea suspender las negociaciones de paz con los rebeldes armados del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
Avanzar en esas negociaciones es en cambio uno de los principales objetivos del HDP.
La hipótesis de un gobierno AKP minoritario, barajada por algunos observadores, fue rechazada por uno de sus vicepresidentes, Mehmet Ali Sahin.
"Es la posibilidad más lejana, es inútil hablar de eso en este momento", dijo Mehmet Ali Sahin.
En ese contexto, la prensa turca citó los rumores de un eventual cambio de líder del AKP en el caso de que Davutoglu no logre formar gobierno.
Circula el nombre del expresidente Abdulá Gul, cuya imagen moderada lo convierte en una alternativa a Erdogan o un rival potencial.
El martes, la bolsa turca, que había registrado una fuerte baja el lunes, evolucionaba con más calma a la espera de la evolución de las negociaciones para la formación del gobierno./AFP