Las grandes potencias e Irán reanudaron en Ginebra las negociaciones sobre el controvertido programa nuclear iraní, con el objetivo de impulsar el diálogo con una "hoja de ruta", en un clima de optimismo.
La llegada al poder del nuevo presidente de la República Islámica de Irán, Hasan Rohani, quien ha multiplicado los gestos de apertura hacia el Occidente y en particular hacia Estados Unidos, ha renovado las expectativas tras años de infructuoso diálogo.
La delegación iraní presentó el martes por la mañana una "propuesta", según Michael Mann, portavoz de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, quien preside las negociaciones.
"Los iraníes hicieron una presentación 'powerpoint' de su propuesta al inicio de la reunión, lo que tomó una hora", declaró el portavoz, Michael Mann.
Mann no dio precisiones sobre el contenido de la propuesta, pero indicó que para la Unión Europea (UE) "el balón está en el campo iraní".
"Desde la elección de Rohani, hay señales de que Teherán quiere comprometerse en negociaciones, ser más transparente. La prueba sería que hagan verdaderos progresos en estas negociaciones", afirmó Mann.
Las negociaciones, de dos días, se llevan a cabo entre directores políticos de las cancillerías o de viceministros de Relaciones Exteriores de Irán y del grupo 5+1, formado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y China) junto a Aleamania.
De acuerdo a las escasas indicaciones divulgadas por los iraníes, el objetivo sería llegar a un acuerdo en menos de un año, con una primera etapa en uno o dos meses. El canciller iraní, Mohamad Javad Zarif, evocó ya la necesidad de organizar rápidamente una nueva reunión a nivel ministerial
Por primera vez, la delegación estadounidense, encabezada por la secretaria de Estado adjunta en Asuntos políticos, Wendy Sherman, está acompañada de responsables de las sanciones económicas contra Irán, una política que afecta fuertemente a la economía del país persa.
Expertos estadounidenses interpretan la presencia de estos responsables como una señal de apertura de Washington.
Occidente e Israel sospechan que Irán esconde un objetivo militar tras su programa nuclear civil y les preocupa que Teherán enriquezca uranio a un nivel suficiente para fabricar una bomba atómica.
Israel reiteró por su parte este martes su llamado a las grandes potencias de evitar cualquier acuerdo "parcial" con Irán.
"Irán cree que puede salirse con la suya con concesiones artificiales que no impedirían de forma significativa su avance hacia el desarrollo de armas atómicas, concesiones sobre las cuales se podría dar marcha atrás tras unas semanas", afirmó el gabinete de seguridad de Israel, compuesto de los siete principales ministros de gobierno, en un comunicado.
El viceministro iraní, Abas Araqchi, jefe de las negociaciones sobre el tema nuclear del lado iraní, marcó desde ya como línea roja el derecho de Irán a seguir enriqueciendo uranio.
"No permitiremos en ningún caso que el enriquecimiento de uranio sea suspendido, limitado o detenido. En cambio, podemos discutir del nivel, la forma y la cantidad de enriquecimiento", afirmó Araghchi.
"Tampoco permitiremos que un solo gramo de uranio enriquecido salga del país", añadió.
"Estamos más bien dispuestos a avanzar pero esto dependerá de lo que pondrán sobre la mesa", advirtió un alto responsable estadounidense que espera "acciones concretas y comprobables".
Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) publicado a finales de agosto, Irán posee 6.774 kg de uranio enriquecido al 3,5%, 186 kg de uranio enriquecido al 20%, y ha transformado otros 187 kg de uranio enriquecido al 20% en barras de combustible. Además, posee más de 19.000 centrifugadoras, de las que mil son de nueva generación, más potentes que las anteriores.