El anuncio de que Grecia incumplirá las metas de déficit, el nuevo atraso de la ayuda financiera para el país heleno y la nueva contribución contemplada para los bancos hundían las Bolsas.
Primera víctima de la crisis de la deuda en Europa, el banco francobelga Dexia, que se dirige inexorable hacia el desmantelamiento, llegó a perder un tercio de su valor en la Bolsa de París.
Todos los parqués europeos volvían a registrar fuertes pérdidas -superiores a media jornada al 3%-, en la estela de Wall Street y de las Bolsa asiáticas.
Reunidos en Luxemburgo los ministros de Finanzas de la Eurozona volvieron a aplazar la decisión de desbloquear 8.000 millones de euros de préstamos para que Atenas evite la bancarrota.
La reunión prevista para el 13 de octubre fue "anulada" y el "Eurogrupo adoptará una decisión final en el curso del mes de octubre", se limitó a decir el jefe de filas de los ministros de Finanzas de la Unión Monetaria, el luxemburgués Jean-Claude Juncker.
Los países de la moneda única esperan las conclusiones de la Troika de acreedores de Grecia (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), que se encuentran actualmente en Atenas para auditar sus esfuerzos.
Este anuncio se vio acompañado por un mensaje que pretendía ser tranquilizador: Grecia puede aguantar hasta la "segunda semana de noviembre" sin declarar el impago, según el ministro belga Didier Reynders. La bancarrota no se producirá por tanto en octubre.
Asimismo, el obstáculo al segundo plan de ayuda a Grecia decidido en julio fue superado gracias a un compromiso con Finlandia, que reclamaba garantías griegas.
Pero son sobre todo los mensajes negativos los que retuvieron la atención de los inversores.
Pese a una cura drástica de adelgazamiento del sector público prevista para 2012, Atenas ya ha alimentado los temores del impago al anunciar el domingo que su déficit público será este año del 8,5% del PIB muy por encima del objetivo inicial del 7,4%.
"Un impago por Grecia será evitado", trató de tranquilizar Juncker. "Nadie contempla la salida de Grecia de la zona euro".
La Unión Monetaria está más que nunca bajo presión para encontrar una solución que supera al caso griego. Después de Estados Unidos, que incita desde hace semanas a reforzar todavía más el Fondo Europeo de Estabilidad Económica (FEEF) para los países frágiles, Japón, preocupado de ver el yen a niveles históricos, exhortó a los europeos a que "apliquen rápidamente el plan de ayuda a Grecia".
En respuesta a estos apremios, el Eurogrupo se contentó de confirmar que contempla reforzar el FEEF para hacerlo más "eficaz" aunque sin aumentar los fondos. Juncker sólo precisó que las soluciones que no implican al BCE contaban por el momento con el favor de sus homólogos.
AFP