Diez inmigrantes africanos han muerto y varias decenas han sido dados por desaparecidos al naufragar este jueves la embarcación en la que viajaban en las costas libias, afirmó a la AFP un oficial de los guardacostas libios.
La marina libia socorrió a entre 80 y 90 personas y recuperó diez cuerpos, afirmó la fuente, que asegura que según los supervivientes había hasta 180 personas a bordo.
El funcionario dijo que la embarcación volcó a tres millas de la localidad de Guarabuli, a 60 km al este de Trípoli.
Un fotógrafo de la AFP vio a decenas de supervivientes de origen presumiblemente africano sentados en el suelo en el puerto de Guarabuli, atendidos por los servicios de socorro.
Guarabuli es junto a la localidad de Zuara, a un centenar de kilómetros al oeste de Trípoli, dos de los sitios de embarque ilegales más utilizados por los que intentan cruzar el Mediterráneo.
Libia es un país de tránsito hacia las costas europeas para cientos de miles de inmigrantes, en su mayoría africanos.
En la costa libia suben apiñados a embarcaciones con las que esperan alcanzar Malta o la isla italiana de Lampedusa, al suroeste de Sicilia. Cientos de ellos mueren cada año.
El desorden reinante en Libia ha dejado vía abierta a los traficantes, que han multiplicado las salidas hacia Europa en las últimas semanas.
Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), desde junio más de 2.200 personas están en paradero desconocido tras intentar cruzar el Mediterráneo.
Desde el 1 de enero, unas 130.000 personas han llegado por mar a Europa, más del doble que durante todo el año 2013.
La marina italiana anunció por su parte que había detenido este jueves a 16 presuntos traficantes de inmigrantes en alta mar, gracias a la vigilancia de un submarino, durante una operación que permitió salvar 300 vidas.
Tras una "compleja operación de vigilancia" el submarino emergió y capturó el barco pesquero que llevaba a bordo los inmigrantes.
Los indocumentados se disponían a embarcar en lanchas más pequeñas, como acostumbran a hacer de manera forzada, obligados por los traficantes.
Unas 500 personas murieron el pasado mes en una de esas arriesgadas operaciones de trasvase de inmigrantes, al naufragar su pequeña lancha.
Desde hace 20 años el Mediterráneo se ha convertido en el lugar de cruce más peligroso en el mundo para los que intentan inmigrar ilegalmente, según la Organización mundial de Inmigración (OIM).