De la muerte de Pablo Escobar, máximo cabecilla del Cartel de Medellín y la extradición de los hermanos Miguel Ángel y Gilberto Rodríguez Orejuela, dirigentes del Cartel de Cali… a la caída de Diego León Montoya Sánchez, alias Don Diego, líder del Cartel del Norte del Valle, la extradición de Diego Fernando Murillo, alias Don Berna, que comandaba la Oficina de Envigado, y ahora la captura en Venezuela de Daniel Barrera Barrera, alias El Loco Barrera, hay algo en común: si bien todos esos hechos marcaron un antes y un después en la lucha contra el narcotráfico, éste no se ha acabado sino mutado.
Lo anterior se evidencia en que si bien el narcotráfico ha disminuido en Colombia, tanto en extensión de narcocultivos como en producción de cocaína, todavía el país tiene más de 60 mil hectáreas de hoja de coca y envía al exterior 345 toneladas de cocaína el año.
¿Por qué este flagelo criminal no se marchita si año tras año las autoridades colombianas e internacionales han capturado, abatido o extraditado a todos aquellos de se van rotando la jefatura de los clanes narcotraficantes, a tal punto que hoy se puede asegurar que ya no existen esas grandes organizaciones, tipo cartel, que antes mandaban en el negocio, como lo fueron en su momento las de Medellín, Cali, el Norte del Valle o la Oficina de Envigado?
Esa pregunta tiene más validez esta semana luego de que fuera capturado en San Cristóbal (Venezuela) el “Loco Herrera”, quien fue señalado por el presidente Juan Manuel Santos como “el último de los grandes capos”.
EL NUEVO SIGLOtrasladó el interrogante al subdirector de la Policía Nacional, general Edgar Orlando Vale, quien sostiene que a pesar que los nuevos narcotraficantes son muy ricos, pero más discretos y cuidadosos, en Colombia ya no habrá nuevos “barones” o “capos” del narcotráfico, pues cuando los cabecillas de las organizaciones narcotraficantes se convierten en éstos, de inmediato pasan a ser blanco del poder del Estado bajo el estatus de “objetivos de alto valor”.
Sin embargo, eso no significa que tras la caída de Barrera, la lucha contra el narcotráfico vaya a decaer. Todo lo contrario, hay un largo listado de cabecillas de algunos cartelitos, de las llamadas “bandas emergentes al servicio del narcotráfico” (Bacrim) así como de las guerrillas de las Farc y del Eln que son “objetivos de alto valor” para las autoridades.
Cambios a la vista
Los servicios de Inteligencia sostienen que el narcotráfico mutó de los grandes carteles a pequeñas organizaciones con bajo perfil, sin ostentaciones y sin figuración en la actividad social de las ciudades en donde tienen su accionar, salvo el reciente caso de Camilo Torres, alias “Fritanga”, capturado en plena fiesta de matrimonio que celebró a finales de junio último en la isla Múcura con más de 150 invitados, orquestas y conjuntos musicales, lo que dificulta su identificación.
Los análisis de las agencias de seguridad del Estado consignan que el narcotráfico, a pesar de los continuos y sonados golpes, no está desapareciendo en Colombia y, por el contrario, muta y se crean nuevas estructuras a través de novedosas dinámicas.
Por eso ya no se habla de grandes carteles sino de pequeños cartelitos. Es más, las investigaciones han evidenciado una nueva modalidad de narco-negocio, la de inversión.
Se trata de un grupo de personas que financia operaciones muy puntuales de envío de alcaloides a los mercados negros de Estados Unidos y Europa. Si la droga ‘corona’, es decir que llega a los compradores en esos países, entonces los ‘inversionistas’ recuperan su dinero y unas ganancias muy sustanciales. Es una especie de ‘pirámide’, pero no con dinero circulante, sino con actividades de narcotráfico.
Otra de las mutaciones en este ilícito negocio que se han detectado tiene que ver con que ahora los carteles no son los dueños directos de los sembradíos ilícitos, sino que se nota una mayor participación de los campesinos que producen la base de coca y el látex de la amapola, mientras que las Bacrim y las mismas guerrillas protegen los cultivos, compran las cosechas y se encargan de ahí para delante de la refinación de la droga en los laboratorios clandestinos e incluso en la puesta en zonas de costa o frontera de los cargamentos.
Según algunos investigadores, a medida que las autoridades han golpeado con mayor fuerza la estructura de los carteles, es decir que no sólo van en busca de los cabecillas sino de toda la red logística, de suministro de precursores químicos, redes de sicariato, testaferros, lugartenientes y contactos nacionales e internacionales, se ha notado una mayor segmentación en el negocio del narcotráfico, en donde hay grupos criminales especializados en determinado trabajo dentro de la cadena ilegal, que se alquilan al mejor postor.
Así, por ejemplo, al mismo tiempo que hay redes especializadas en transportar la base de coca y el látex a sofisticados laboratorios, también hay otras que se encargan exclusivamente de la refinación de la droga y otras de llevarla hacia los mercados negros internacionales.
También está claro que la alianza entre las Bacrim y la guerrilla en los negocios de tráfico de estupefacientes se ha profundizado, incluso a la hora de negociar con los contactos externos o los mismos carteles centroamericanos, en especial los mexicanos.
Los otros
Según el subdirector de la Policía “después de la caída de “El Loco Barrera” es evidente que el país se hace la reflexión sobre qué va a pasar ahora y qué sigue. Nosotros hemos hecho un análisis y creemos que ninguna persona vinculada con el narcotráfico se va a atrever a hacer visible su cabeza, porque inmediatamente todo el accionar de la Fuerza Pública estará orientado hacia él”.
Sin embargo, el general Vale precisó que “hay otros cabecillas que todavía son visibles, sobre ellos tenemos objetivos claros para su captura. También tenemos objetivos claros sobre el narcotráfico dirigido por las Farc, el Eln, las Bacrim y otros narcotraficantes que todavía quedan y que han estado como en una segunda división, pero que ya están siendo identificados”. Aquí la mayoría hacen parte de los nuevos mandos de las Bacrim, especialmente de Los Rastrojos, los Urabeños, los Paisas, el Erpac, las Águilas Negras, vestigios de los carteles del Norte del Valle y de la Oficina de Envigado.
“Cuando se despeja el bosque quedan ahí los retoños y los árboles que no se habían visto pero ahora comienzan a ser más visibles. Todavía sobre Los Rastrojos hay evidencias, sobre los hermanos Calle Serna y sobre otros narcotraficantes también existen suficientes pruebas para su captura y judicialización”, precisó el alto oficial.
Afirmó que tras esos análisis se decidió “perfilar aún más nuestros servicios de Inteligencia e identificar plenamente los objetivos de alto valor, porque lo que sí tenemos claro es que la guerra contra el narcotráfico se va a intensificar con todas nuestras estrategias y con toda la capacidad, porque el narcotráfico es el carburante de la guerra y le ha traído muchas desgracias a nuestro país”.
“Lo que sigue ahora es que todas las agencias de Inteligencia a nivel nacional e internacional se reúnan para perfilar los nuevos objetivos y las nuevas amenazas de un crimen que traspasa las fronteras”, precisó el general.
Para el subdirector de la Policía las nuevas generaciones de narcotraficantes en Colombia se pueden asimilar a la teoría del iceberg, en el sentido que solo sobresale del agua una octava parte de su volumen total, pero hay otras masas gélidas escondidas pero que constituyen un peligro enorme.
“En la medida en que va bajando la marea, entonces va apareciendo en su dimensión el iceberg”, puntualizó.
En cuanto al número de cabecillas de redes de narcotraficantes, el general Vale señaló que “estamos hablando de organizaciones muy grandes que cuentan con unos componentes visibles y otros que todavía estamos identificando y por esta razón es necesario entender que el trabajo es largo, difícil y muy dispendioso, pero lo más importante es que nunca bajamos la guardia y estamos un paso delante de los delincuentes”.
“Nosotros no somos la mejor Policía del mundo, porque tenemos errores, pero la Policía Nacional se construye sobre dos cimientos fundamentales: sus debilidades y fortalezas. Pero tengo que decirles a los colombianos, con franqueza y con honestidad, que todos los días somos mejores y vamos camino hacia la excelencia. Esta es una Policía que todos los días trabaja para hacer el bien y por esta razón invito a todos los colombianos para que acompañe este proceso histórico para que la institución armada sea un modelo a nivel nacional e internacional”.
Por último indicó el subdirector de la Policía que la captura de Barrera tiene un mensaje para todos los delincuentes: “ninguno se va a escapar, ninguno se va a jubilar en medio de toda su maldad y en medio de todo el daño que ha hecho”.
Lo que viene
Para otros analistas, con la captura de Barrera, Colombia da por concluida la época de los grandes señores de la droga y se prepara para combatir a unas organizaciones narcotraficantes más atomizadas que nunca.
"Barrera era el último capo de su categoría, de los que tenía un control importante sobre una zona importante del país", dijo a la AFP Christian Voelkel, analista en Colombia de la ONG Internacional Crisis Group.
Además, la caída de Barrera anticipa una disputa entre narcotraficantes por sus rutas de exportación de cocaína a través de Venezuela que su organización manejaba.
En este momento "es difícil que un capo de la magnitud de Barrera vuelva a ser visto" en Colombia, insistió a mitad de semana el propio ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
De otro lado, según la AFP, aunque a Barrera se le consideraba el último de los grandes narcotraficantes de esa generación que quedaba en libertad -era probablemente el más buscado de América del Sur- pero su poder estaba lejos del que han adquirido líderes de cárteles mexicanos como Joaquín El Chapo Guzmán.
Para el investigador Ariel Ávila, los narcotraficantes mexicanos podrían ahora intentar controlar la salida de droga colombiana desde Venezuela aprovechando la ausencia de Barrera, considerado uno de los pioneros en utilizar esa ruta para exportar a los mercados de Estados Unidos y Europa, con escalas en Centroamérica y África.
Tampoco se descarta que las Farc, que negociaban con Barrera cargamentos de narcotráfico, también intenten tener un protagonismo mayor en el negocio en los Llanos y con relación a Venezuela, e incluso busquen establecer una relación directa con los carteles mexicanos, africanos y europeos.
Los de la DEA
Además de evitar la sucesión en el cartel de Barrera y de perseguir al resto de las Bacrim, la Policía igualmente se trabajará en pos de los presuntos cabecillas de las drogas que están en las listas negras de otros países. Por ejemplo, hay tres colombianos en el cartel de “los más buscados” de la DEA. Se trata de María Teresa Osorio de Serna, Iván Darío Ramírez y Óscar Caracas Viveros.
De acuerdo con la DEA, desde hace dos años esos tres colombianos son investigados, por cuanto Osorio de Serna sería una de las lavadoras de dinero más importantes del desvertebrado “Cartel de Medellín”.
Como se dijo, Caracas Viveros, de acuerdo con las autoridades y servicios de Inteligencia, es primo hermano del abatido cabecilla del frente 16 de las Farc, Tomas Medina Caracas, alias El Negro Acacio o Arturo Guevara. De otro lado, Iván Darío Ramírez solo es conocido por Estados Unidos como un presunto hábil narcotraficante.
Efectos de la caída de Barrera
Según Kyle Johnson, politólogo de la University of Connecticut, Magister de la Universidad de los Andes e investigador de la Corporación Nuevo Arco Iris (clave en la investigación de la parapolítica), con la captura de Barrera hay tres aspectos que se deben considerar para comprender sus repercusiones, especialmente en los Llanos Orientales.
Primero, el posible acuerdo de paz con las Farc; segundo, la captura de alias Flaco Freddy, líder del Bloque Meta, un grupo disidente del Erpac que opera en la zona del Ariari, Mapiripán y Puerto Gaitán, en el Meta; y tercero, el papel que desempeñaba Barrera dentro del negocio del narcotráfico.
“Si el Gobierno nacional y las Farc logran un acuerdo, otro actor esencial se habrá ido del negocio del narcotráfico en los Llanos, así que la cadena del narcotráfico en esa región quedaría sujeta a un vacío de poder. No habría nadie en capacidad de regular y organizar el negocio. La guerrilla, históricamente, ha comprado la pasta de coca y, en menor medida, se han involucrado en la compra y venta de cocaína cristalizada. Probablemente alguna Bacrim o disidencia de la guerrilla se encargará de esta labor. Pero dado que ‘El Loco’ Barrera se encargaba de sacar la cocaína de esta región y enviarla a otros continentes, la economía de la coca entrará en crisis temporalmente por la falta de compradores que tengan la infraestructura y los contactos para enviar la coca fuera del país. En ese escenario, en el corto plazo, no habría ninguna organización capaz de garantizar el flujo de dinero hacia los campesinos cocaleros”, precisó.
Según Johnson, además del Loco Barrera, los actores que tienen capacidad de traficar la cocaína desde Colombia al extranjero no tienen una presencia relevante en los llanos.
“Actores como Rastrojos y Urabeños tendrían que entrar a competir por los territorios en esa región del país. Los grupos que ya tienen presencia -Bloque Meta y Libertadores del Vichada- controlan su territorio respectivo pero dependen de El Loco Barrera para traficar drogas, por lo que no tienen una capacidad propia para traficar cocaína en el mercado internacional. Por ejemplo, el Bloque Meta, cuyo líder alias ‘Flaco Freddy’ fue capturado hace pocos días, simplemente no puede sacar cocaína fuera de la región porque no tiene contactos más altos en la cadena del narcotráfico además delLoco Barrera. Aunque estos dos grupos regionales podrían monopolizar la compra de pasta de coca, y posiblemente parte del control de los laboratorios de cristalización, les será muy difícil hacer envíos internacionales, trabajo del que se podrían encargar grupos Bacrim más poderosos”.
Puntualizó el experto que, a pesar de todo, en el mediano plazo no sería extraña una alianza entre las Bacrim locales con otras Bacrim como Urabeños y Rastrojos para reconstruir el mercado internacional de la cocaína desde la región.
“El simple hecho de que Barrera tenía sus redes dentro y fuera del país implica que difícilmente un actor único podrá llenar el espacio ocupado por él. Lo más probable será que los varios actores regionales busquen expandir su control hacia roles más altos en la cadena del narcotráfico, mientras las bacrim más fuertes busquen ampliar sus contactos internacionales para enviar la cocaína hacia Centroamérica y Europa. Con los ‘Rastrojos’ debilitados y rumores de los ‘Urabeños’ ya en los Llanos, se podría ver una incursión de este grupo en esta parte del país…”.