Los cultivos de coca en Bolivia -uno de los mayores productores mundiales de la hoja- aumentaron un 14% en 2016, tras cinco años de reducciones, informó la ONU, una cifra que el gobierno atribuyó a la presión de los agricultores.
"Entre 2015 y 2016 la superficie cultivada con coca registró un incremento de 2.900 hectáreas: de 20.200 hectáreas en 2015 a 23.100 hectáreas en 2016, es decir se registró un incremento de 14%", afirmó el miércoles el representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Antonino De Leo.
El ministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, presente en el acto, atribuyó el crecimiento a la "mayor presión que ejercen" los cocaleros por más cultivos y a que los sembradíos están en áreas más extendidas, al margen de la legislación local.
El gobierno de Evo Morales -que fue líder de los cosechadores de coca- aprobó en marzo una ley que aumentó de 12.000 a 22.000 las hectáreas para cultivos, una medida que levantó una gran polémica.
El oficialismo arguyó entonces que la demanda legal (mascado, infusión y rituales religiosos) subió y que se necesita más materia prima para futuros planes de industrialización con fines medicinales y exportación a países vecinos.
Las argumentaciones del gobierno fueron criticadas por la oposición, que mencionó un estudio financiado por Naciones Unidas en 2013 que señalaba que la demanda legal de coca ameritaba un techo máximo de 14.700 hectáreas, muy por debajo de lo que fijó la nueva norma.
Bolivia es el tercer productor mundial de coca, insumo clave para la cocaína, detrás de Colombia y Perú.
De Leo también dijo que la producción potencial de coca registró un incremento de "32.500 toneladas métricas a 38.000 toneladas métricas" entre 2015 y 2016.
Pero apuntó que, según los datos del mismo gobierno, "en 2016 se comercializaron 21.952 toneladas métricas" por mercados legales y que el restante "se comercializó en mercados no autorizados".
La oposición señala que parte de la coca boliviana termina alimentando las fábricas de cocaína y, por consiguiente, el narcotráfico.
Romero dijo sentirse inconforme por el aumento de cultivos y prometió una mayor acción estatal para revertir el problema.
La oficina de Naciones Unidas destacó que las incautaciones anuales de pasta básica de cocaína hasta 2015 fueron de 12,7 toneladas, pero bajaron en 2016 a 12,2 toneladas.
En tanto las de clorhidrato de cocaína (producto listo para el consumo) subieron de 8,6 toneladas a 17,7 toneladas en ese mismo período.