Narco-submarinos, una ‘flota’ invisible | El Nuevo Siglo
Domingo, 23 de Octubre de 2011

De los primeros aparatos hechizos y casi rústicos, se ha pasado a naves mejor construidas y con tecnología de punta

A pesar de que la Armada Nacional considera a los semisumergibles y “submarinos” para el transporte de cocaína y heroína como “cámaras de la muerte”, todos los días los narcotraficantes buscan nuevas tecnologías que les permitan burlar a las autoridades nacionales e internacionales.
Fue en 1993 cuando los servicios de Inteligencia de la Armada  pusieron al descubierto el primer semisumergible utilizado para el transporte de cocaína, Mucho tiempo ha pasado y pese a la eficiencia de la Fuerza Pública para detectarlos, hoy se encuentran aparatos de estos con tecnologías “importadas” de Japón, Rusia, Francia y Estados Unidos, entre otras naciones.
Las cifras son elocuentes: desde 1993 a la fecha, han sido ubicados y destruidos 71 semisumergibles y “sumergibles”: 68 de los primeros y tres de los segundos.
La Armada ha inmovilizado 49 de esos aparatos, mientras que los servicios de guardacostas de los Estados Unidos 14; México, uno; Ecuador, uno y la Policía colombiana, seis.
“Antes eran semisumergibles rudimentarios y una vez cumplían con la entrega de la droga en Centroamérica, en México o en las costas de los Estados Unidos, entonces los destruían… Pero hoy gastan centenares de millones de pesos para que esas embarcaciones puedan ser reutilizadas por tiempo indefinido”, precisó un agente de Inteligencia naval.
¡10 toneladas!
El director de la Policía Antinarcóticos, general Luis Alberto Pérez, indicó que el 24 de septiembre fue ubicado un ‘astillero’ artesanal donde había sido terminado un sumergible con tecnología de punta y que podía transportar diez toneladas de  cocaína.
“Esta embarcación fue avaluada en $3.500 millones por cuanto contaba con un moderno sistema de navegación y con una gran capacidad de transporte y pertenecía al frente 29 de las Farc”, precisó Pérez Alvarán.
El oficial dijo a EL NUEVO SIGLO dijo que “la embarcación fue ubicada en zona costera, en el sitio conocido como Mayorquín, Bocana de Buenaventura, cerca a un caserío conocido como Punta Bonita, en jurisdicción del municipio de Buenaventura, en el Valle del Cauca, y de allí, trasladado al puerto de Buenaventura”.
“Expertos en temas de navegación señalaron que el sumergible contaba con una infraestructura interna que le permitiría navegar desde el puerto de Buenaventura a algún puerto de Centro América y en una primera hipótesis se cree que hacia México”, agregó.
Este “sumergible o “submarino” fue construido en madera con refuerzo de fibra de vidrio, con una base de acero, con 16 metros de eslora (largo) y 1,80 metros de manga (ancho) y con  una capacidad de carga de diez toneladas de clorhidrato de cocaína.
La embarcación tenía espacio para cinco tripulantes y contaba con sistemas de propulsión diesel y un motor de gran potencia.
Sorprende, dijo Pérez Alvarán, que las Farc utilizaron en esta oportunidad “tecnología de avanzada: instrumentos para medir la “marea” y un GPS para navegar bajo el agua sin el temor a chocar y con una autonomía para permanecer sumergido hasta por tres días. También contaba con una planta eléctrica y un moderno computador”.
Afirmó que este “sumergible” con estas características es difícil de detectar en el mar, pues además es pintado de azul y su ubicación es muy difícil.
“En estas embarcaciones estamos encontrando planos de submarinos de Rusia, Japón, Estados Unidos y de otras naciones, además de los sistemas modernos para navegar”, explicó.
La ‘evolución’
El pequeño semisumergible encontrado en 1993 en la costa pacífica con una capa de fibra de vidrio y una base de acero, se convirtió, en una de las alternativas para burlar la acción de las autoridades y le permitió al narcotráfico ir perfeccionando este tipo de artefactos.
“Estas embarcaciones se convirtieron  igualmente en la plataforma ideal de las Farc para mandar toneladas de cocaína hacia México para intercambiarlas por armas y dinero; pero también para los carteles del narcotráfico y las llamadas bandas emergentes en que se convirtieron las autodefensas y otros delincuentes”, señalan los investigadores de los servicios de Inteligencia.
Los primeros semisumergibles solo tenían una capacidad de transporte de hasta dos toneladas, pero hoy, debido a la tecnología de punta y a la ayuda constructores de embarcaciones y de ingenieros navales, electrónicos y de sistemas, las nuevas embarcaciones tienen una capacidad muy superior y pueden transportar diez toneladas de cocaína.
La inteligencia naval reveló que “los carteles de Medellín y de los Llanos Orientales fueron los primeros en utilizar esta modalidad, pero gracias a su efectividad para burlar a las autoridades, rápidamente se extendió a los pequeños carteles, a las bandas criminales y a las mismas Farc”.
“Estos artefactos que son unas verdaderas cámaras de la muerte por su alto riesgo que presentan para sus tripulantes, no son fácilmente detectados por el radar, porque utilizan fibra de vidrio, un material que recoge la onda y la desaparece y navegan a pocos metros de la superficie, en el caso de los sumergibles”, indicaron los investigadores.
Para el director de la Policía Antinarcóticos es importante detectar estas embarcaciones en los “astilleros artesanales” o cuando las están cargando con el clorhidrato de cocaína, pues una vez en el mar su detección es difícil, aunque no imposible”.
El destino final de casi todos los cargamentos de cocaína transportados en estas embarcaciones es el “cartel de Sinaloa”, pero también los mercados negros de los Estados Unidos, Europa, África y Asia.
Igualmente, las bandas emergentes al servicio del narcotráfico (Bacrim)  vienen monopolizando el envío de cocaína y heroína por las costas Pacífica y Atlántica.
“Las Farc no solo envían drogas para intercambiarlas por armas y dinero, sino que ahora monta sus propios astilleros y vende los semisumergibles y sumergibles al mejor postor, pues cuenta ahora con tecnología de punta y son de larga duración”, precisó un analista naval.
Según el general Pérez Alvarán los narcos vienen instalando rústicos astilleros en la costa nariñense, cerca al puerto de Tumaco y en la selva del Chocó, en el Pacífico; en el Golfo de Urabá y el último fue encontrado en Puerto Escondido, en Córdoba.
Pérez Alvarán destacó que en zona selvática de Condoto, en el Chocó, fue “encontrado  un sumergible que tenía capacidad de carga hasta de 4 toneladas y que por la tecnología con que fue adaptado fue avaluado en US$ 2.000.000, contaba con una capacidad de navegación de hasta de diez días y pertenecía  a las Farc”
Se estima que hay “verdaderos carteles dedicados a la construcción de estas embarcaciones y se trabaja las 24 horas del día para evitar que estas nuevas modalidades del narcotráfico nos tomen la delantera. Son objetivos de alto valor los integrantes de las bandas emergentes, los narcotraficantes y los frentes de las Farc”.