
Aventaja por 38 segundos a Tom Dumoulin, pero deberá tomarle una diferencia superior a los 2 minutos 30 segundos para aspirar a defender el liderato en el tramo contra el reloj mañana y poder festejar su segundo título en el Giro de Italia
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La ilusión de ganar el Giro de Italia por segunda vez para Colombia, gracias a los pedalazos de Nairo Quintana, está viva, pero todavía no se pueden echar las campanas al vuelo.
El ciclista boyacense (Movistar) se colocó como nuevo líder de la clasificación general, desbancando al holandés Tom Dumoulin (Sunweb) tras una 19ª etapa en la que ganó el español Mikel Landa (Sky).
Quintana empezó el día como segundo de la general, a 31 segundos de Dumoulin, y en esta etapa logró una ventaja de 1 minuto y 9 segundos sobre el neerlandés, con lo que ahora el colombiano tiene un margen de 38 segundos sobre el anterior maglia rosa, que pasó al segundo lugar.
“En la última subida he intentado limitar la pérdida y lo conseguí muy bien. Mi equipo estuvo fuerte, eso me salvó dos veces. Tengo que darles las gracias, si no mi día hubiera sido mucho peor. Espero que las piernas me vayan mejor mañana (hoy)”, afirmó Dumoulin tras cruzar la meta.
Quintana espera poder defender bien su nuevo estatus en lo que queda de Giro: “Los rivales son muy fuertes, pero tenemos esta maglia rosa y trataremos de honrarla junto al equipo”.
Tercero en la general es el italiano Vincenzo Nibali, a 43 segundos, y el francés Thibaut Pinot es cuarto, a 53 segundos.
“Las diferencias son pequeñas. Habrá que intentarlo de nuevo”, declaró Nibali.
Pinot, que atacó en los últimos kilómetros, volvió a recortar unos segundos en su intento de acercarse al podio mañana en Milán.
Dumoulin había resistido bien el jueves los ataques de Quintana y Nibali en los Dolomitas, pero en esta ocasión tuvo más problemas.
En el descenso de Sappada, a 134 kilómetros para el final, Dumoulin quedó retrasado ante los ataques de Quintana y Nibali, pero también los de Pinot e Ilnur Zakarin.
El ciclista holandés, sin apoyo de compañeros de equipo, encontró el respaldo de corredores de otras formaciones, que se habían visto también sorprendidos por ese ataque. La persecución se prolongó durante unos cuarenta kilómetros, para terminar con un margen que había llegado a los 40 segundos.
Después hubo un grupo de escapados que pudo llegar a los pies de la subida de Piancavallo (15,4 km a un 7,3% de desnivel) con casi diez minutos de ventaja. Ahí se sucedieron los ataques y empezó a haber nuevas diferencias, con Dumoulin con problemas.
Nairo Quintana de vuelta con la maglia rosa #GiroXSenal #Girodesitalia #GrandeNairo pic.twitter.com/2JGAPSDOV2
— Carlos (@lucaatgo) 26 de mayo de 2017
Envión final
Dumoulin ha dado muestras de ser un corredor inteligente, audaz, tranquilo, calculador y eso lo hace un rival todavía más peligroso.
Unido a ello tiene la ventaja de que va mejor que sus rivales en la contrarreloj y la competencia se cierra, justamente, con un tramo a cronómetro, en el que fácilmente puede descontar el tiempo que ha perdido en la montaña.
Es por esto que hoy Nairo, si quiere ganar el Giro por segunda ocasión -ya lo había hecho en 2014-, debe quemar sus restos y buscar distanciarlo por lo menos otros dos minutos y 30 segundos para que quede a 3:08 y así encarar la fracción de mañana sin mayores presiones.
La etapa de hoy se presenta propicia para los ataques. El pelotón tomará rombo de Pordenone a Asiago. Con el Monte Grappa, sede de una batalla histórica de la Primera Guerra Mundial, cuya cima está situada a menos de 70 kilómetros de la meta.
El trazado también incluye la subida al Foza, otro puerto de primera categoría y cuya cima está a 15 km de la meta en Asiago.
Pero la responsabilidad de atacar para sacar mayor diferencia no es solo de Nairo. No. Nibali, Pinot, Zakarin y Pozzovivo también deben arriesgar si es que quieren subir al podio.
Pinot y Zakarin dieron muestras de estar muy fuertes todavía y seguramente intentarán sacar de carrera por el título no solo a Dumoulin, sino también a Quintana, quien ayer solo respondió a los ataques de Nibali.
Queda una gran batalla en la montaña y allí, a lo mejor se presente una de esas alianzas tácitas, en las que no se habla pero aúnan esfuerzos para lograr un bien común, entre los que quieren bajar del podio a Dumoulin y, de paso, por qué no, a Nairo.
La fracción obliga a correr de manera inteligente y a tener una estrategia muy bien montada para lograr el objetivo y todos, no solo Nairo, saben que la única forma de evitar que Dumoulin se suba a lo más alto del podio, es destrozándolo hoy y eso es sacarle mucho tiempo.
Si el Movistar no logra su objetivo de acrecentar la ventaja considerablemente, ello tampoco quiere significar que esté perdida la corona del Giro 2017. Nairo tiene casta de campeón y en los 29 kilómetros de mañana puede envalentonarse y quedarse con la maglia rosa, como ya lo hizo en 2014.
Premio a la insistencia
Con relación a la etapa de ayer, en la parte delantera, Landa se destacó en cabeza, para vencer con casi dos minutos de ventaja sobre el portugués Rui Costa y el francés Pierre Rolland, segundo y tercero del día. Un colombiano, Henao, fue quinto después de realizar un gran trabajo para ayudar a Landa.
Quintana entró algo retrasado, a 8 minutos y 21 segundos, y Nibali cruzó la meta a dos segundos del colombiano.
Dumoulin cruzó a 9 minutos y 30 segundos de Landa, limitando un poco su desventaja, pero teniendo que ceder la 'maglia rosa' a Quintana, que venía persiguiéndola en los últimos días.
Landa, de 27 años, ganó por tercera vez una etapa del Giro. Se impuso en dos ocasiones en la edición de 2015, en el año en el que fue tercero en la clasificación final.
El ciclista español se dañó en la caída provocada por una moto de la policía al pie del Blockhaus (9ª etapa). Después ha atacado en varias ocasiones, pero sin poder ganar la etapa ni el martes en Bormio ni luego el jueves en Ortisei. En ambas acabó segundo.