Los Úsuga y los Gaitán han hecho ruido estos días en los medios porque no quieren compartir apellido con la principal banda criminal del país, que se autodenomina Autodefensas Gaitanistas y es llamada por las autoridades Clan Úsuga.
En una carta publicada por el diario El Tiempo y dirigida al presidente Juan Manuel Santos, Gilma Úsuga Cardona pidió "buscar una denominación más ajustada al quehacer delictivo de esa estructura criminal, sin que ello genere un estigma contra personas de bien".
"Mis diez hermanos profesionales, papás y mamás de 20 sobrinos estudiantes en Colombia y en el exterior, enfrentamos problemas para ingresar a otro país, obtener una beca, acceder a un trabajo y para vivir la vida común", dijo esta mujer en su petición al mandatario.
Hace dos años y para evitar la estigmatización de los habitantes de Urabá, una zona del noroeste del país fronteriza con Panamá y donde actúa esta organización delictiva, Santos instó a autoridades y medios a dejar de llamar "Los Urabeños" a la principal banda criminal.
En cambio, pidió llamarla "Clan Úsuga" por el apellido de sus líderes, Dairo Antonio y Juan de Dios, alias Otoniel y Gavilán, respectivamente.
En virtud de que esta banda se autodenomina Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), también Gloria Gaitán, hija del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, asesinado en 1948, ha rechazado públicamente el uso de su apellido por esa organización narcotraficante.
La hija del fallecido político manifestó a la prensa a comienzos de abril su "enérgico rechazo por los hechos de barbarie que viene cometiendo el grupo terrorista llamado Clan Úsuga que, sacrílegamente, se ha apropiado del nombre y la figura de nuestro progenitor para identificarse heréticamente como 'gaitanistas'".
"Invocar su nombre para cometer tales infamias, demuestra que lo que se pretende es manchar su memoria, para que el pueblo olvide que él es mensajero de paz, de respeto a la vida, adalid de reivindicaciones justicieras", dijo Gaitán, citada por el diario El Espectador.
Gaitán denunció esta situación ante Naciones Unidas y la Cancillería colombiana.
El Clan Úsuga surgió tras la desmovilización masiva de paramilitares en el gobierno de Álvaro Uribe entre 2003 y 2006, en un proceso que, a cambio, les ofrecía beneficios jurídicos, pero que en algunos casos derivó en la creación de bandas criminales.
Un paro armado convocado por esta organización sacudió a principios de abril el noroeste del país, dejando seis muertos y decenas de municipios sin actividad de comercios y clases por las amenazas.
Según las autoridades, el Clan Úsuga es responsable del envío de toneladas de cocaína hacia Centroamérica y Estados Unidos.