Sin importar si están jugando bien o el puesto que ocupen en la tabla de posiciones, los partidos entre Nacional y Millonarios suman una serie de ingredientes que lo convierte en un verdadero clásico del fútbol profesional colombiano.
A los aficionados verdolagas no les gusta perder frente a los azules o viceversa. Es más, celebran una victoria en este duelo como si se tratara de la conquista de un título.
La rivalidad se ha ido incrementando por el número de éxitos que acumulan los antioqueños en los últimos años y porque aunque los azules siempre juegan bien, les hacen chico, terminan perdiendo o a duras penas empatando.
A ello se suma que realmente el único rival que les planta cara, que los hace sufrir, es Millonarios. No ha sido fácil, salvo aquel 5-0 del 10 de agosto de 2014 o el 3-0 del 3 de diciembre de 2016.
Para el técnico de los Verdolagas, Juan Manuel Lillo, el partido de hoy representa la posibilidad de congraciarse con la afición, de convencerlos que su estilo de juego da resultados y que lo que busca es darle una fisonomía diferente a la que le imprimió Reinaldo Rueda y que tantos éxitos le reportó a nivel local e internacional.
A Lillo le gusta tener volantes con buen manejo de balón, que saquen al equipo y que con un pelotazo exploten a los extremos.
No es amigo de ese juego de tener el balón y tocarlo sin profundizar y por eso recurre a hombres rápidos y excluyó del plantel a un rendidor como Elkin Blanco, pero quien se luce quitando balones mas no así entregándolos.
Conserva, eso sí, ese bloque defensivo que tantos problemas les han causado a los artilleros de Millonarios, liderado por el golero argentino Franco Armani. Justamente, buena parte de las victorias que acumula Nacional en las últimas 12 confrontaciones con los azules, en buena medida se las debe a los reflejos felinos del gaucho.
Otro que se destaca en el fondo es el veterano Henríquez, recio en la marca, fuerte en el cabezazo y certero en los pases largos. A su lado Daniel Bocanegra, lateral derecho con constante salida y eficaz en la ejecución de tiros libres.
Al lado de los dos experimentados, dos jóvenes, Felipe Aguilar y Edwin Velasco, quien por el costado izquierdo se proyecta constantemente y aunque deja algunos espacios que pueden ser explotados por el rival, contribuye en gran medida al ataque.
En el sector medular estará uno de esos jugadores que le encantan a Lillo, el ibérico Gorka Elustondo, justamente quien marca y saca al equipo y a su lado Raúl Loaiza, Ronaldo Lucena, Aldo Leao Ramírez o Macnelly Torres. Arriba, Andrés Rentería o Jeison Lucumí con Dayro Moreno.
A pesar de semejante nómina, la afición aun no confía en el técnico Lillo y una derrota hoy lo pondrá en la cuerda floja, especialmente porque su mayor pecado es haber dirigido a Millonarios.
Oportunidad
Para Millonarios, que acumula tres victorias y dos empates en 12 confrontaciones con Nacional en los últimos tiempos, la ocasión de empezar a revertir esa tendencia negativa será hoy.
No se puede esperar que los azules ganen por goleada porque uno de sus puntos débiles es justamente la delantera y los volantes no volvieron a marcar en la forma como lo hicieron en el semestre anterior.
Tienen a su favor los celestes que su sistema defensivo es sólido, y su zona medular recupera muchos balones, pero eso no les será suficiente como para aspirar a sacarles los tres puntos a los Verdolagas, en el Atanasio Girardot a partir de las 7:45 de la noche.
Para poder hacerle daño a una zaga como la de Nacional hay que ser punzantes, profundos, agresivos, algo que los dirigidos por Miguel Ángel Russo tuvieron en el primer semestre pero perdieron para esta Liga.
Del Millonarios que salía a atacar, que siempre iba de frente, sin hacer pausa en el sector medular, ya no queda sino el recuerdo. Ahora es un equipo que tiene mucho el balón pero que le cuesta disparar al arco rival.
Y para el cotejo de hoy, seguramente Russo tomará medidas preventivas como evitar que Palacios y Banguero se vayan continuamente al ataque o que John Duque, quien es el primer volante de marca, acompañe.
El estratega argentino apostará nuevamente por Jader Valencia como hombre en punta, con Santiago Mosquera suelto, pero por el sector izquierdo y enganchando hacia el centro, aunque cabría la pregunta de si no es mejor utilizarlo por derecha y darle la oportunidad de entrada a Alexis Zapata para que se encargue de generar ideas, meter pelotazos, tener el balón cuando sea necesario.
Es cierto, Millonarios deberá controlar a los extremos que utiliza Lillo y estar muy atento a la llegada de volantes y zagueros, sobre todo en las jugadas con balón detenido, pero también lo es que si quiere ganar y quitarse de encima ese desnivel en la balanza a la hora de los resultados, tiene que arriesgar y buscar fórmulas para hacerle daño a un rival que juega a muerte cada uno de los cotejos frente a los azules.
Como pinta, no será un partido fácil para ninguno de los dos, pero si lo asumen como ha sido característico en los últimos tiempos, debe resultar muy reñido, con buen fútbol, mucho trabajo táctico y, al final, un verdadero clásico.
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