Por: Pablo Uribe Ruan
El miércoles Nacional perdió en Medellín contra Gremio, la derrota significó un duro golpe para Osorio y sus dirigidos, mas no la estocada final en sus aspiraciones coperas. No hay de otra. El técnico en la próxima semana tiene que levantarles la moral a sus jugadores y enfocarlos en un solo objetivo: ganar en Rosario.
Es posible que Nacional gane, el fútbol es una máquina de sorpresas, pero por más que logre la victoria en Argentina, es claro que el equipo antioqueño no viene jugando bien. Las cinco presentaciones de los Verdolaga en Copa han sido bastante discretas.
¿Qué le está sucediendo a Nacional en Copa? El primer problema pasa por su disposición táctica, en varios partidos se ha visto que el equipo tiene un déficit importante en la creación de juego. Esto se debe a que mientras en Liga los verdes presentan en la parte defensiva una línea de tres con carrileros con permanente salida, en Copa ponen una defensa férrea de cuatro centrales que no tienen, por obvias razones, vocación de ataque. En consecuencia el equipo pierde volumen de juego y centraliza su fútbol.
La segunda falencia radica en la elección de los delanteros. En los tres partidos en Medellín, Ángel ha sido titular desplazando a Duque, delantero que tiene más potencia e incomoda en mayor medida a los defensas rivales. La apuesta de Osorio por la experiencia no ha dado buenos resultados. Si Nacional juega con un solo atacante es necesario que éste tenga la suficiente solvencia para jugar de pívot, presionar y asociarse con los medios, características que Ángel a estas alturas no tiene.
A pesar de todo, la posibilidad de avanzar a la siguiente ronda sigue intacta, Nacional depende de sí mismo: si gana, avanza. El escenario es ideal para demostrar por qué es el mejor equipo de Colombia.