El paraguayo Nacional se clasificó para cuartos de final de la Copa Libertadores de América-2014 la noche del martes, al empatar con el argentino Vélez Sarsfield 2-2 en el partido desquite de octavos jugado en el estadio José Amalfitani de Buenos Aires.
Jorge Correa (75 y 85) anotó los goles de Vélez, y Silvio Torales (79, de penal) y Derlis Orué (90+3) marcaron los tantos de Nacional para el empate y la clasificación del once paraguayo, que había ganado 1-0 el partido de ida en Asunción.
De este modo, Nacional llega por primera vez en su historia a los cuartos de final de la Copa, en la que se encontrará con el ganador del duelo entre el argentino Arsenal y el chileno Unión Española.
Vélez, que había sido el mejor equipo de la fase de grupos, terminó el partido con nueve jugadores por las expulsiones de sus mediocampistas Lucas Romero (77) y Héctor Canteros (87).
Tras la victoria en el primer partido, el 'tricolor' guaraní intentó desde el comienzo rescatar un empate que le diera la clasificación. Para ello empleó un planteo ultradefensivo, en el que se paró casi por completo en su campo, pero con mucha capacidad de sacrificio para desplegarse como un equipo corto, sin ofrecer resquicios, y muy aplicado a la propuesta.
De este modo, Vélez tuvo el control de la pelota y desde temprano empezó a generar situaciones de riesgo, primero con un cabezazo desviado de Lucas Pratto, luego con un derechazo desviado del mismo jugador, y sobre todo, estuvo muy cerca de la apertura con una escapada de Correa por la derecha, pero el arquero Ignacio Don se lució con la atajada en el 'mano a mano'.
Recién después de los 25 minutos Nacional pudo salir un poco del asedio y cruzar la mitad de la cancha, y tuvo su primera ocasión en un tiro libro de Riveros, sin problemas para el arquero Sosa.
Más allá del control casi total de la pelota, a Vélez le faltaba claridad para encontrar resquicios, sobre todo porque Mauro Zárate se mostraba muy individualista en sus acciones y no combinaba con Pratto y con los volantes que se proyectaban.
No cambió en absoluto el desarrollo en el comienzo de la segunda mitad, porque Vélez inclinó el terreno y mantuvo el dominio holgado e incluso contó con varias oportunidades de cabeza, pero le faltó precisión en la definición.
Después de un buen pase filtrado, Zárate definió muy mal frente a Don, ya cuando la ansiedad comenzaba a dominar al equipo local, que sumó un atacante con el ingreso de Roberto Nanni, pero el DT de Nacional respondió con la entrada de Balbuena para sumar cinco hombres en la defensa.
A pesar del desorden y la desesperación creciente, Vélez iba en busca del gol que forzara los penales y casi lo consigue en un tiro de esquina, pero Bareiro despejó en la línea de sentencia, y poco después Zárate encontró espacio pero su derechazo se elevó por muy poco.
La insistencia del local tuvo su premio sobre la media hora de la segunda etapa, con una incursión de Cubero por la derecha, que envió el centro atrás para la llegada de Correa, que vulneró a Don con un zurdazo rasante.
Las emociones se precipitaron en esos últimos minutos, porque en la búsqueda insistente, Vélez dejó enormes espacios atrás y Nacional tuvo amplísimas ventajas para salir de contraataque y se recuperó enseguida con el penal que Lucas Romero le cometió a Orué y que desató la expulsión del volante local y la conversión de Torales.
El tanto paraguayo obligaba a Vélez a anotar dos goles más, pero el local se desató y volvió a ponerse en ventaja, en una acción en la que Pratto bajó la pelota para Correa que volvió a vulnerar a Don.
Todavía le quedaban unos minutos para Vélez para ir en busca de la hazaña, pero el partido se le hizo cada vez más cuesta arriba al local cuando se quedó con nueve jugadores, porque Canteros vio la tarjeta roja por una falta discutible sobre Orué.
Ya cuando no quedaba tiempo, Nanni tuvo su última ocasión con un cabezazo forzado y débil dentro del área chica, pero Nacional no perdonó y llegó al 2-2 con un contraataque que tomó mal parado a Vélez, con el arquero Sosa caído en mitad de la cancha y con Orué con tranquilidad para llevarse la pelota para definir con el arco vacío y gritar un empate que valió como un triunfo./AFP