Dada la reciente tragedia en el humedal Juan Amarillo, situado en la localidad de Suba, en donde un niño de aproximadamente 13 años murió ahogado por ingresar a nadar, el concejal Andrés Ernesto García Vargas hace un llamado a las autoridades y ciudadanos a tomar medidas para para garantizar más seguridad en los alrededores de la zona.
Para abordar la situación, el concejal propuso mejorar la señalización en las áreas de alto riesgo y si hace falta colocar barreras físicas y redes de seguridad a lo largo de los bordes del humedal. También solicitó a las autoridades establecer patrullajes regulares para asegurar el cumplimiento de estas medidas.
Asimismo, propuso desarrollar campañas educativas para informar a la comunidad aledaña y a los visitantes, la importancia de los humedales como esponjas naturales y su función de ser el hábitat para la flora y fauna. Pidió la organización de talleres y conferencias para fomentar la responsabilidad y el respeto hacia el entorno natural, y convoca a organizaciones ambientales y expertos en conservación a colaborar en la creación de estrategias que garanticen la seguridad de los ecosistemas.
Finalmente, solicitó fortalecer los protocolos de emergencia para garantizar una respuesta efectiva en situaciones críticas.
Situación de seguridad:
La seguridad de los habitantes cercanos al humedal Juan Amarillo en Suba ha sido objeto de críticas significativas debido a diversas problemáticas que afectan tanto el ecosistema como la calidad de vida de la comunidad.
Desde 2020, se denunció la presencia de habitantes de calle y personas que consumen sustancias psicoactivas. Esto llevó a un aumento en la percepción de inseguridad entre los residentes, quienes sienten que la falta de control y vigilancia en el área contribuye a un ambiente peligroso.
El Distrito ha implementado varias acciones para abordar la problemática de inseguridad. En 2018, se inició el proyecto "Conexión Corredor Ambiental Juan Amarillo", que incluye un sendero elevado de 1,2 kilómetros. Este proyecto buscó mejorar la conectividad entre los barrios de Lisboa en Suba y el Cortijo en Engativá, ofreciendo un paso seguro para los peatones y ciclistas.
A pesar de las intenciones de mejorar la seguridad, muchos ambientalistas y residentes criticaron las obras argumentando que causarían más daño al ecosistema del humedal.