La semana pasada, un accidente en la vía que conecta Puente Nacional, Santander, con Ubaté, Cundinamarca, desató una emergencia ambiental. Un camión cisterna volcó, derramando 11,000 galones de ACPM, de los cuales 4,000 contaminaron el río Suárez en el punto conocido como puente Guillermo.
Tras el siniestro, las autoridades estiman un mes para la descontaminación del río, La Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS) ha movilizado esfuerzos para contener y limpiar la contaminación, pero advierte que los efectos ambientales serán duraderos.
En respuesta al incidente, Estiven Saavedra, Ingeniero Ambiental contratado por la CAS, destacó la magnitud del desastre: "aunque la emergencia fue controlada con barreras y protocolos de seguridad, cuatro semanas, durará la limpieza por parte de los contratistas de la CAS". Saavedra subrayó la irreversibilidad del daño en la flora y fauna locales, advirtiendo que la recuperación total del ecosistema afectado podría llevar años.
La alcaldesa de Puente Nacional, Gisella Pardo, confirmó que el accidente fue ocasionado por el mal estado de la vía, un problema recurrente que ha suscitado protestas entre los residentes locales. Este incidente no solo pone en riesgo el suministro de agua potable para los municipios afectados, sino que también impacta negativamente las actividades económicas y recreativas de la zona.
Ante la gravedad de la situación, las autoridades han exhortado a los habitantes a abstenerse de consumir agua del río Suárez y a los turistas a evitar actividades acuáticas en la zona contaminada. Asimismo, se ha recomendado no adquirir productos pesqueros provenientes de este afluente hasta que se garantice su seguridad sanitaria.
Este accidente subraya la urgencia de mejorar la infraestructura vial en la región para prevenir futuros incidentes de este tipo. Las comunidades locales demandan acciones concretas para mantener la seguridad en las carreteras y proteger los recursos naturales vulnerables a lo largo de estos corredores viales clave.