Henry Balcázar, un veterano vigilante con 34 años de servicio en la Universidad Nacional, logró salir de las instalaciones, tras verse atrapado por más de 70 horas dentro de la institución, mientras luchaba por defender las instalaciones universitarias de un grupo de encapuchados decididos a generar caos y destrucción.
Durante más de tres días, Balcázar permaneció encerrado en el edificio administrativo, resistiendo las amenazas y la presión de los enpacuchados. En medio de la toma violenta, su integridad física y la seguridad de la universidad estaban en juego, pero su determinación de proteger los bienes de la institución nunca vaciló.
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En una entrevista con un medio nalcional, Balcázar relató los momentos de angustia y tensión que vivió durante la toma. "Desde el momento en que se conoce el nombramiento del nuevo rector, se genera inconformidad en la mayoría, bueno, en el número de estudiantes, de docentes, de trabajadores que consideran que fue una burla y que nombraron al menos indicado...", expresó, evidenciando el trasfondo de la crisis que desencadenó la toma.
El guardia describió los actos vandálicos perpetrados por los encapuchados, quienes dañaron equipos de seguridad, vandalizaron las instalaciones y amenazaron con quemar el edificio. Su relato refleja el heroísmo cotidiano de quienes, como él, dedican su vida a proteger el patrimonio de una institución educativa.
"Estoy aquí prácticamente en contra de mi voluntad, pero estoy con el compromiso que me da llevar 34 años de servicio en la Universidad Nacional", afirmó Balcázar, destacando su lealtad a la institución y su firme determinación de resistir ante la adversidad.
Las palabras del vigilante resuenan como un llamado a la reflexión sobre la importancia de la seguridad en los espacios educativos y el respeto por la autonomía universitaria. De acuerdo con diversos medios de comunicación, su valentía frente a la violencia y su compromiso con la protección de la comunidad académica son un recordatorio de la dedicación y sacrificio de quienes trabajan en la primera línea de defensa de las instituciones.
En medio de la crisis, el Ministerio de Educación emitió un pronunciamiento instando al diálogo y la concertación como vías para superar la situación. Sin embargo, la experiencia de Balcázar pone de relieve la urgencia de acciones concretas para garantizar la seguridad y el bienestar de quienes trabajan y estudian en nuestras universidades.