Mientras el miércoles el primero estaba en cumbre de  Casa de Nariño, las FF.MM. buscaban al segundo en las selvas de Caquetá y Guaviare 

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Aunque agosto, el mes de los vientos, termina hoy, todo hace indicar que al interior del partido Farc estos continuarán soplando con fuerza e incluso con el riesgo de evolucionar en pocas semanas a tormenta política ¿La razón? Las dos vertientes que se están diferenciando cada vez con más claridad al interior de la colectividad surgida tras el desarme y desmovilización de la facción subversiva.

Es claro que el pulso de poderes e influjo al interior de esa organización política es notorio, sobre todo en la medida en que los liderazgos del máximo jefe, Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, y el segundo a bordo, el exjefe negociador en La Habana, alias ‘Iván Márquez’, han exteriorizado sus diferencias de concepto y estrategia en materia política, de presión para el cumplimiento de los acuerdos y de acción colectiva ante las situaciones de crisis.

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Para nadie es un secreto que mientras Londoño ha mostrado una actitud más proactiva y constructiva frente a cómo corregir las deficiencias y problemáticas en la implementación del pacto, ‘Márquez’ ha sido de las voces más críticas y partidarias de presionar con más fuerza y ultimátum, meses atrás, al gobierno Santos y, ahora, a la administración Duque.

El caso ‘Santrich’

La prueba más fehaciente de esas dos vertientes, que se replican al interior de la naciente estructura de los desmovilizados a nivel nacional, regional y local, se ha dado alrededor de la misma situación de ‘Márquez’.

Como se sabe, en abril pasado la Fiscalía anunció que la justicia de Estados Unidos pediría en extradición al excabecilla y parlamentario electo alias ‘Jesús Santrich’, acusándolo de incurrir en narcotráfico después del 1 de diciembre de 2016.

A partir de ese episodio Londoño y ‘Márquez’ empezaron a hacer más evidentes y públicas sus diferentes posturas. Mientras que el primero defendió la inocencia del cabecilla desmovilizado, acusó al Fiscal y a Estados Unidos de querer ‘boicotear’ el acuerdo de paz y aseguró que en la justicia transicional se demostraría lo infundado de las acusaciones, el segundo tuvo una reacción más drástica, pues no solo advirtió que si ‘Santrich’ era capturado o extraditado se podría romper lo pactado en La Habana, sino que semanas después dejó Bogotá y se refugió, junto con alias ‘El Paisa’, otro de los excabecillas críticos de la implementación del acuerdo, en la “zona de reincorporación” de Miravalle (Caquetá). Luego- el 16 de julio- anunció que ante la falta de “garantías” políticas no se posesionaría como senador cuatro días después, en la instalación del nuevo Congreso.

Tras ello, en la medida en que aumentaron las informaciones en torno a que su sobrino, Marlon Marín, capturado dentro del mismo caso de ‘Santrich’, estaba dispuesto a colaborar con la justicia colombiana y estadounidense, e incluso a acusar al propio ‘Márquez’ de participar también en actividades de narcotráfico, la incertidumbre sobre el verdadero paradero de ‘Márquez’ fue creciendo.

Es más, a mediados de agosto se conoció que, alegando operativos militares cerca de Miravalle (en donde se había reunido con delegados de la ONU y embajadores), ‘Márquez’ había dejado esa zona y se internó en las selvas de Caquetá o Guaviare.

¿Dónde está? Nadie lo sabe. Las Fuerzas Militares y el propio gobierno Duque han admitido que se desconoce su paradero pero confían en que sigue respetando el acuerdo de paz. Algunas voces del Centro Democrático y militares retirados advierten que ‘Márquez’ y ‘El Paisa’ se contactaron ya con alias ‘Gentil Duarte’ y otros cabecillas de las disidencias de las Farc, en el Guaviare. Tampoco faltan las versiones que sostienen que huyeron a Venezuela por temor a que la Fiscalía los capture con fines de extradición. Y, por último, en el partido Farc se asegura que si bien no se han apartado del acuerdo de paz, sí están refugiados en Caquetá, pero volverán a Bogotá cuando la colectividad o la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) los requieran. Como ni lo uno u otro han ocurrido, entonces no se puede considerar que pasaron a la ilegalidad.

Dos corrientes

Lo cierto es que la situación de ‘Márquez’ ha generado distintas reacciones al interior del partido Farc. Para algunos líderes desmovilizados, Londoño ha sido “tibio” en salir a defenderlo a él y ‘Santrich’ así como en presionar más fuerte al gobierno Duque para que no reverse los acuerdos de paz y mejor acelere la implementación. Para otros, las pruebas contra ‘Santrich’ y su reincidencia criminal serían muy dicientes y podrían arrastrar a ‘Márquez’ al riesgo de extradición, una situación complicada sí, pero que no tiene por qué afectar al grueso de los desmovilizados que han cumplido el compromiso de abandonar el delito. Y tampoco faltan los que consideran que Londoño y ‘Márquez’ sólo han llevado el pulso por el liderazgo del partido más allá de lo permitido, pero que no hay diferencias irreconciliables entre uno y otro.

Aun así se dice que este tema ya genera roces al interior del movimiento de los desmovilizados e incluso habría motivado resquemores entre Londoño y la bancada parlamentaria, sobre todo con ‘Pablo Catatumbo’. A nivel de mandos regionales y la base de los exsubversivos la incertidumbre es mayor, sobre todo en medio del inconformismo por las demoras en las ayudas económicas pactadas, las ofertas de las disidencias, el Eln y las Bacrim para ‘reclutarlos’ y la racha de asesinatos de exguerrilleros.

Por el momento, lo que se sabe es que el senador Carlos Antonio Lozada y ‘Rodrigo Granda’ están buscando una reunión entre ambos jefes, que se daría en próximos días en Guaviare. Igual la Comisión de Paz del Senado enviará una delegación a Caquetá en busca de establecer qué está pasando con ‘Márquez’ y evitar que se aparte del proceso de paz.

Sin embargo, lo que pasó el miércoles es diciente del riesgo de cisma en el partido Farc: mientras Londoño estaba en la Casa de Nariño, junto al presidente Iván Duque y todos los líderes políticos para definir la agenda anticorrupción, las Fuerzas Militares trataban de localizar a ‘Márquez’ en Caquetá o Guaviare, si bien no con fines de captura, al menos sí para tenerlo ubicado.