NUEVAS MEDIDAS anunció la administración de Bogotá para disminuir al máximo problemas con el suministro de agua.
Ayer, desde la planta de tratamiento de Tibitoc, que desde el pasado 1° de julio entró a reforzar el abastecimiento del vital líquido para la ciudad, el alcalde mayor, Carlos Fernando Galán, y la gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), Natasha Avendaño, dieron a conocer más medidas para la capital y 11 municipios aledaños.
“Nosotros hemos hecho un seguimiento permanente al abastecimiento de agua, por lo que se ha evaluado, permanentemente, la situación del sistema Chingaza y la capacidad de la planta Tibitoc, como también las proyecciones en términos de precipitaciones que impactan el llenado de los embalses”, explicó Galán.
Históricamente, Bogotá se ha surtido de agua por tres fuentes principales: el sistema sur - planta El Dorado, que aportaba un 5 %; el sistema norte - planta Tibitoc, que suministraba 25%, y el sistema Chingaza, que generaba el 70 %. Desde el pasado 1° de julio, los aportes de agua han tenido una importante variación, gracias a los trabajos en la planta Tibitoc, infraestructura que hoy está entregando un 46 % del agua que consume la ciudad, disminuyendo así la presión en Chingaza, sistema que ahora aporta el 49 %.
Las obras de optimización y modernización en Tibitoc permiten bajar el consumo de los embalses San Rafael y Chuza, que integran el sistema Chingaza, mientras que el sistema El Dorado se mantiene en el mismo porcentaje.
“Recibimos el sistema Chingaza en alrededor del 40 % de su capacidad, ese sistema ha estado históricamente por encima del 55 % cuando arranca el año; las precipitaciones de enero, febrero, marzo y abril estuvieron por debajo del promedio, en mayo tuvimos mayores afluencias, pero en junio bajó. Con estos elementos y las proyecciones del Ministerio de Ambiente y el Ideam sobre el fenómeno de La Niña pasamos de la restricción que teníamos a una más reducida”, detalló Galán.
El alcalde mayor también informó que en los meses de julio, agosto y septiembre las afluencias han seguido disminuyendo: “Estamos ante un reto que no es solamente de este año, sino del 2025, lo que nos obliga a todos a cambiar el manejo del agua no por estos meses, sino para siempre”, agregó.