El municipio anexo a Bogotá es pionero en el mundo en implementar una plataforma que informa en tiempo real el riesgo de una catástrofe
¿La tragedia en Mocoa de 2017 se hubiese podido evitar? Han pasado varios años y nadie ha podido dar con esa respuesta. Lo que sí está claro es que la naturaleza, a su manera, envió varias señales para poner en marcha un plan de evacuación a tiempo y así haber salvado cientos de vidas, tal y como lo hace con cada catástrofe o desastre natural que ocurre en cualquier parte del mundo. ¿Se podrá entonces algún día interpretar las pistas que la madre tierra envía?
Soacha, Cundinamarca, uno de los municipios más grandes y poblados del país, ya lo puede hacer gracias al fenómeno tecnológico del siglo XXI, la Inteligencia Artificial, siendo así el primer lugar del mundo con la capacidad de prevenir los desastres naturales.
El sistema
Dejando a un lado el escepticismo hacia la tecnología, desde hace tres meses, Soacha se arriesgó y le apostó a Score, una plataforma diseñada por manos colombianas con la capacidad de monitorear en tiempo real todas y cada una de las variables climatológicas y del suelo en diferentes microzonas del municipio.
Este sistema de Inteligencia Artificial es como una especie de oráculo: recolecta, procesa y analiza los datos para así predecir cualquier tipo de desastre natural, para que de esta manera, las autoridades puedan activar los protocolos pertinentes de evacuación o desalojo mucho antes de que estas sucedan.
En este caso, el vecino más cercano de Bogotá tiene dos grandes “dolores de cabeza”: las inundaciones y los deslizamientos, por lo que los sensores están adaptados para calcular la probabilidad de que ocurran estos desastres.
Además de los sensores que son instalados en estas microzonas (que son las que están en mayor peligro), el sistema también utiliza la información que es enviada por los vecinos a través de un chat grupal, esto permite que las autoridades puedan ser informadas a tiempo de otro tipo de hechos que los sensores no son capaces de detectar.
Otro punto a favor de la Inteligencia Artificial es que también indica a los organismos de atención de desastres cuántas personas deben enviar para atender la emergencia, dependiendo de la magnitud del evento. Eso permite una mayor eficiencia a la hora de hacer los desplazamientos a las zonas.
El sistema también hace una calificación de la forma en la que procedieron las autoridades, siendo esta una herramienta para perfeccionar los planes de acción.
Cabe destacar que Soacha no es el único que implementó este modelo. Actualmente hay otros cuatro municipios de diferentes zonas del país que están en proceso de implementación de la plataforma, claramente ajustada a las necesidades y problemáticas de cada uno.
En entrevista con EL NUEVO SIGLO, Jorge Rodríguez, creador de la plataforma y especialista en Inteligencia Artificial, explicó que esta herramienta también puede ser usada para hacer los Planes de Ordenamiento Territorial, ya que permite conocer en detalle las condiciones del suelo y los niveles de riesgo.
Agrega que la tecnología puede ser ese gran socio para hacer un mayor control sobre los posibles deslizamientos en las carreteras, de forma que las emergencias pueden atenderse antes de que sucedan.
Por ejemplo, dadas las condiciones geológicas y meteorológicas del país, cada año, cuando llega el fenómeno del Niño, muchos municipios saben que es “una muerte anunciada”, por lo que aquellos que se encuentran en la falda de la cordillera de Los Andes tendrían datos precisos de los riesgos a los que se enfrentan y así, pedir ayuda a otros organismos para atender la posible emergencia si esta tiene una magnitud mayor de la que pueden atender.
El futuro para controlar emergencias
Teniendo en cuenta el caso de Soacha, que decidió dar este salto de adoptar las nuevas tecnologías, se abre la puerta para analizar la posibilidad de usar la Inteligencia Artificial como el gran aliado para no solo evitar las constantes catástrofes naturales, debido a las lluvias y los movimientos en las tres cordilleras y la planeación del territorio, sino también para hacer un mayor control sobre los bienes ambientales.
Es decir, usando la información de los satélites, los sensores y los datos que ya tienen a la mano las autoridades, podría hacerse una mayor vigilancia sobre los ríos vulnerables por la contaminación de la minería ilegal. Incluso, en dimensiones mayores, existe la posibilidad de ponerle una lupa a los bosques y así frenar la deforestación, quizá el mayor problema ambiental del país.
Rodríguez también explicó que usando esta tecnología es posible hacer una reducción del riesgo de los incendios forestales. “Al conocer la temperatura, humedad, conductividad eléctrica del suelo, podemos saber cuándo se caen las hojas de las plantas, y, de acuerdo con la foto satelital de la zona vigilada se puede saber cuánto material vegetal están en el suelo, el combustible de los incendios. Con toda esa información se puede armar una brigada para que levante todo eso y así evitar que se propaguen con mayor rapidez las llamas”.
También comentó que este sistema se implementará dentro de poco en Oregon, Estados Unidos, para evitar los incendios en las grandes fincas.
Los fenómenos naturales son cada vez más inclementes y por eso el país, dados los peligros a los que se enfrenta por el calentamiento global, no debe escatimar esfuerzos para salvar el mayor número de vidas humanas, menos ahora con la ayuda de la tecnología.