La seguridad es uno de los temas que sin duda es un gran desafío para la Administración Distrital. Los últimos hechos, como el robo a varios deportistas en el sendero que conduce a Monserrate y el crimen contra cuatro personas en el norte de la ciudad, que ocurrió el viernes pasado, ponen en debate nuevamente este tema que ha sido uno de los más álgidos desde siempre en la capital de país.
En tal sentido, EL NUEVO SIGLO dialogó con César Restrepo, director de Seguridad Urbana de ProBogotá, quien le dijo a este Medio cómo se podrían enfrentar los desafíos en temas de seguridad en la región, resaltando sobre todo que las zonas rurales y de periferia no cuentan con capacidad de policía importante que pueda cuidar estos territorios.
De acuerdo con Restrepo, el Gobierno central no la logrado consolidar una estrategia de seguridad rural. “El crimen se resuelve con el control del territorio y con la aplicación de la ley”, sostuvo a este Diario.
A su vez resaltó que el gran reto del gobierno que empieza es entender el desafío de seguridad y destinar presupuestos suficientes para dotar a las fuerzas de carabineros con las capacidades necesarias para prestar un servicio que haga control del territorio.
Además, dejó claro que “lo que está haciendo la Alcaldía al respecto es lo que puede hacer. Hay que recordar que la Alcaldía Mayor no puede poner pie de fuerza, ni definir un determinado volumen de oficiales que contribuyan en la seguridad de localidades como Sumapaz, eso es una tarea del Gobierno nacional y la Policía Nacional”.
Todo territorio que no se cuide tiene un potencial alto de ser ocupado por alguien, afirmó el experto en seguridad. “Toda la periferia de Bogotá está desprotegida en sus áreas rurales y naturales, ya que estas zonas no pueden ser cuidadas por los policías ‘normales’, sino con policía de carabineros, una fuerza especializada en ese servicio.
Hoy en día un aproximado de entre 150 y 180 policías carabineros están asignados a la ciudad. Eso significa que a cada policía de carabineros que hay, se le asignarían 1.500 hectáreas a su cuidado. Sin mencionar que estos mismos uniformados tienen también responsabilidades en la ciudad; es decir, que la periferia rural o de reservas naturales cuenta con muy pocos carabineros para su cuidado.
Hay que entender que todo el borde de la capital que tenga zonas rurales naturales tiene desprotección que se manifiesta en conflictos de tierreros, hurtos, entre otros.
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Bogotá urbana
En lo relacionado con en el área urbana hay que tener en cuenta que siempre hay lugares críticos dependiendo de los delitos. Por ejemplo, en los delitos que tienen que ver con la propiedad, por lo general las localidades del centro de la ciudad son las más afectadas, mientras que en homicidios siempre hay unas localidades muy puntuales que tienen una mayor incidencia como Los Mártires, Santa Fe y Ciudad Bolívar.
En definitiva, uno de los grades retos que tiene Bogotá en materia de seguridad es que hay que verla desde la ocurrencia de los delitos, pues dependiendo de estos datos el mapa de la ciudad muestra un comportamiento diferencial.
Por ejemplo, en hurto de motos y vehículos, las localidades más riesgosas son las que están en el borde occidental, es decir, Fontibón, Engativá o Kennedy.
Según cifras de la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia, en lo que va corrido de este año, en Engativá se registran 260 hurtos a vehículos, superada por Kennedy con 433 en el mismo periodo, mientras que Fontibón registra 94.
Es importante mencionar que en la comparación contra 2021 el hurto de automotores en el primer semestre del año aumentó un 1% y en motocicletas un 2%. “Si bien los crecimientos no son marcados, la tendencia al alza no se logra quebrar y en el caso de motocicletas los hurtos son los más altos desde 2018”, afirmó el analista.
Por otra parte, Restrepo afirma que en cuanto a hurto a personas las localidades que sobresalen son Chapinero y Teusaquillo. Si se revisan los datos otorgados por el Distrito, Chapinero tiene en lo que va corrido de 2022 un total de 5.156 robos. Entre tanto, Teusaquillo de enero a la fecha presenta 3.259.
Por otra parte, la extorsión registró una caída del 13,2%. Esta es una variable que requiere permanente atención dada la poca denuncia y las dificultades en el registro. “No obstante, al hacer un análisis de la distribución geográfica es posible señalar que en el primer semestre de 2022 del total de las localidades 12 presentan disminución, frente a una sola en 2021. Las localidades donde este delito presentó mayores aumentos fueron: Los Mártires, Rafael Uribe Uribe, Ciudad Bolívar, Usme y Bosa”, agregó.
En esta medida, hay que entender que de acuerdo al territorio las dinámicas de delitos son distintas.
Los desafíos de la capital
“La base del desafío de seguridad en Bogotá es el pie de fuerza. Bogotá y la región Metropolitana tienen un déficit aproximado de 10 mil policías que no se ha cubierto. Si se pusiera esta cifra en la ciudad y la región se podría llegar a una tasa aceptable de 10 mil uniformados por 100 mil habitantes”, sostuvo Restrepo
Además, señaló que la comprensión de los fenómenos criminales es otro factor fundamental para la seguridad en la ciudad. “Hay que comprender los fenómenos criminales de acuerdo con las características del territorio, es decir, superar la visión integrada que se tiene de la capital y más bien observar el comportamiento de los delitos según el área que se esté analizando”.
“Un tercer desafío para Bogotá es la integración de la tecnología, no como reemplazo de la capacidad policial, sino como multiplicador de la misma. En este punto actualmente se realiza un gran trabajo; sin embargo, hay que tener en cuenta que es un proceso costoso y largo. Y un cuarto y último desafío tiene que ver con la aplicación de la Ley. Mientras se haga un servicio de seguridad óptimo, pero si la justicia no funciona, de nada sirve la seguridad”, agregó.
De otro lado, recuerda que “esta aplicación de la ley no depende de la Alcaldía, ya que no cuenta con ámbitos judiciales. Entre la seguridad y la justicia, el gran reto de la ciudad es identificar cuáles son sus principales estructuras criminales, desmantelarlas, judicializarlas y hacer creíble la aplicación de la ley”.