Impulsores de la iniciativa confían en que por fin se implemente el castigo para los violadores de niños
El proyecto de reforma a la Constitución que restablece en Colombia la cadena perpetua para violadores de niños por primera vez pasó su primera vuelta.
Sin embargo, la discusión para este año no se augura fácil. Hay acuerdo en que hay que buscar frenar estos crímenes contra los niños, pero la discusión se concentra en el cómo.
Los promotores de la iniciativa indican que aumentar las penas necesariamente bajará el número de delitos. Sus detractores sostienen que la cadena perpetua acabaría con una prohibición fundamental de la Constitución.
La iniciativa modifica el artículo 34 constitucional, así: “De manera excepcional cuando un niño, niña o adolescente sea víctima de las conductas de homicidio en modalidad dolosa, acceso carnal o actos sexuales que impliquen violencia o esté en incapacidad de resistir, se podrá imponer como sanción hasta la pena de prisión perpetua. Toda pena de prisión perpetua tendrá control automático ante el superior jerárquico. En todo caso la pena deberá ser revisada en un plazo no inferior a 25 años, para evaluar la resocialización del condenado. El Gobierno nacional contará con un año contado a partir de la fecha de promulgación del presente acto legislativo, para radicar ante el Congreso de la República el proyecto de ley que reglamente la prisión perpetua”.
El proyecto, que contó con concepto favorable por parte del Consejo Superior de Política Criminal, fue impulsado, entre otros congresistas, por la representante tolimense Adriana Magaly Matiz, del Partido Conservador, quien le aseguró a EL NUEVO SIGLO que “este proyecto no elimina el carácter resocializador de la pena, lo que lo hace diferente a otros proyectos que se han presentado. Y esto no lo hace porque estamos frente a una cadena perpetua que es revisable y reversible, ya que esta puede ser revocada si se cumple la efectiva resocialización del condenado, además los condenados pueden acceder a toda la oferta resocializadora del Estado”.
Según el representante por Atlántico, Cesar Lorduy, de Cambio Radical, “si los congresistas son coherentes, las votaciones en el 2020 deben reflejar lo que pasó en la primera vuelta, quienes votaron de manera positiva se mantendrán y los que votaron de manera negativa podrían inclinarse a favor de la medida”.
Lorduy le indicó a este Diario “la discusión central que se viene es la de perfeccionar la redacción de algunos apartes de la norma para que sea más técnica y delimitar las circunstancias con las que los jueces pueden juzgar estos crímenes. Lo otro es que si es revisable a los 25 años la condena, entonces en ese momento de revisión y eso hará parte de la reglamentación, pero el Senado opinó que debería haber unos criterios que establezcan con claridad que esa reducción no puede dar lugar a una pena inferior a la máxima, que es de 60 años. Ahí es dónde va a comenzar la discusión pero eso más que negativo sería positivo porque terminaríamos redactando un artículo con más precisión”.
A su turno, el senador Roosvelt Rodríguez, del Partido Social de Unidad Nacional (La U), sostuvo que es necesario que el Estado atienda el fenómeno que es creciente en el país.
“El crecimiento de esta clase de delitos contra los menores ha sido amplio. Dos departamentos (Antioquia y Valle del Cauca) y el Distrito Capital son los lugares donde se presentan mayores casos de violencia sexual. Así mismo el acceso carnal violento es el delito que más se comete contra menores de edad, como lo muestran nuestras estadísticas. Se ha determinado que son las personas del entorno familiar que cometen en mayor medida este tipo de violencia contra los menores, siguiendo los conocidos y amigos de la familia. Eso lo tenemos que combatir”.
Yohana Jiménez, quien ha impulsado la iniciativa desde que fue radicada y contó con el apoyo del presidente Iván Duque, afirmó que “tengo mucha esperanza que el 2020 va a ser el año de los niños. Si logramos esta ley es un paso enorme en décadas, en función de combatir la violencia contra los niños. Si bien no decimos que es la solución, es el principio del fin de la violencia que sufren. Estamos dejando la indiferencia de lado. Y con esto va a volver la esperanza a nuestro territorio. Nunca habíamos estado tan cerca. Nos falta la mitad. Y la mitad es lo que viene. En este momento no dudo que vamos a lograrlo a mitad de año de 2020”.
Pena extendida
Pese a las buenas intenciones de la iniciativa, que todos reconocen, las críticas no se han hecho esperar. El senador Roy Barreras, de La U, advirtió que esta iniciativa altera todo el sistema penal colombiano.
“Tengo la absoluta certeza que afuera, en las calles de Colombia y en los hogares, el 90% de los colombianos está de acuerdo con este proyecto. Sería fácil para cualquiera de nosotros pararse a decir que estamos de acuerdo con ese clamor. Sin embargo, los demócratas y los que creemos en el humanismo, tenemos la obligación de explicarle a los padres de familia que este proyecto no solo no satisface el clamor ciudadano de castigar a los más oprobiosos delincuentes, sino que implica una rebaja de penas potencial en la práctica a lo que hay hoy y pone en riesgo a innumerables ciudadanos imputados por otro tipo de actos sexuales abusivos que comienzan con el acto sexual no consentido o con el acoso sexual”.
Así mismo, indicó que en casos como los de “Noguera o Garavito, para ellos ya hay 60 años”, pero con el proyecto “también estamos haciendo” que “el homicidio doloso, que tiene pena de hasta 50 años, que hoy no tiene revisión, la tenga. El homicidio por piedad, tendría cadena perpetua. El delito de violación tiene 30 años hoy; este proyecto lo hace revisar a 25. Actos sexuales abusivos que hoy se castigan con 16 años de cárcel podría tener cadena perpetua. Por supuesto que hay que castigar esos actos, pero en el acto legislativo no hay ningún tipo de castigo para esos hechos”.
Rodrigo Lara, de Cambio Radical, coincidió con Barreras al indicar que “rompemos un techo. Y esto significa que este no va a ser el único delito con cadena perpetua. Si hay uno, habrá otros, de acuerdo con la calentura política del momento, o una opinión pública sobreexitada permanentemente con la publicación cotidiana de delitos. El chivo expiatorio de moda. Si concebimos hombres que no puedan tener la libertad de manera perpetua, no hay diferencia de aplicar la pena de muerte. Esto se extenderá y recaerá en los distintos chivos expiatorios de la cotidianidad”.