UN NUEVO llamado por la paz, hicieron los Obispos de Colombia para que el Gobierno nacional y los grupos al margen de la ley alcancen un acuerdo final. A través de una comunicación escrita los prelados manifestaron que “los obispos católicos de Colombia recibimos con profundo dolor el clamor de comunidades y territorios de diversas regiones del país que sufren diariamente las confrontaciones y amenazas de la violencia”.
Posteriormente agregaron que “de este complejo panorama hacen parte el desplazamiento forzado, el confinamiento, la desaparición forzada, el reclutamiento y uso de menores de edad para la guerra. La situación humanitaria seguirá estando en el primer lugar de nuestras preocupaciones; este es el motivo por el cual nuestro servicio a las comunidades, el compromiso por caminar junto a ellas y compartir sus esperanzas y sufrimientos nos lleva a insistir con fuerza, una vez más, que la vida humana debe ser protegida y que se requieren demostraciones de paz de parte de quienes están en las mesas de diálogo y de quienes aspiran llegar a ellas”.
En este sentido, los religiosos expresaron que “la paz se construye demostrando compromiso con la protección y el respeto por la población; por ello, uno de nuestros empeños es ayudar a generar las condiciones para que se dé el cese al fuego total, en espacios urbanos y rurales. Hacemos un llamado para que no perdamos el rumbo en la construcción de la paz”.
Sostuvieron, de igual manera, que “la meta superior de una sociedad es preservar la vida en todas sus dimensiones y garantizar la convivencia y la paz entre sus pobladores. Instamos a que se continúen, de manera valiente, los esfuerzos de construcción de paz y de acuerdos. El papa Francisco nos ha recordado en numerosas ocasiones que la paz requiere más valentía que la guerra y cada día es tiempo precioso para avanzar en esta tarea”.
Finalmente, señalaron que “estos esfuerzos no se pueden detener por ningún motivo. Seguimos caminando con los que sufren y, de manera particular, acompañamos a las familias con nuestra oración y solidaridad”.
La misiva está firmada por Francisco Javier Múnera, Arzobispo de Cartagena; Gabriel Ángel Villa, arzobispo de Tunja; y Germán Medina, obispo Electo de Engativá. Quienes advierten que ante los avances en las negociaciones y tras la instalación de una mesa de conversaciones entre varios grupos armados y el gobierno, no es conveniente abandonar los diálogos.
Los anuncios del Gobierno nacional, por una presunta crisis en las conversaciones con el Eln, así como con las disidencias de alias ‘Iván Mordisco’, son parte de las preocupaciones por las cuales los sacerdotes llaman la atención del gobierno a través de la comunicación dirigida al país en general.
Comunicado completo
No perdamos el rumbo en la construcción de la paz Los Obispos católicos de Colombia recibimos con profundo dolor el clamor de comunidades y territorios de diversas regiones del país que sufren diariamente las confrontaciones y amenazas de la violencia. De este complejo panorama hacen parte el desplazamiento forzado, el confinamiento, la desaparición forzada, el reclutamiento y uso de menores de edad para la guerra.
La situación humanitaria seguirá estando en el primer lugar de nuestras preocupaciones; este es el motivo por el cual nuestro servicio a las comunidades, el compromiso por caminar junto a ellas y compartir sus esperanzas y sufrimientos nos lleva a insistir con fuerza, una vez más, que la vida humana debe ser protegida y que se requieren demostraciones de paz de parte de quienes están en las mesas de diálogo y de quienes aspiran llegar a ellas. La paz se construye demostrando compromiso con la protección y el respeto por la población; por ello, uno de nuestros empeños es ayudar a generar las condiciones para que se dé el cese al fuego total, en espacios urbanos y rurales.
Hacemos un llamado para que no perdamos el rumbo en la construcción de la paz:
1. La meta superior de una sociedad es preservar la vida en todas sus dimensiones y garantizar la convivencia y la paz entre sus pobladores.
2. Instamos a que se continúen, de manera valiente, los esfuerzos de construcción de paz y de acuerdos. El Papa Francisco nos ha recordado en numerosas ocasiones que la paz requiere más valentía que la guerra y cada día es tiempo precioso para avanzar en esta tarea. Estos esfuerzos no se pueden detener por ningún motivo.
3. Seguimos caminando con los que sufren y, de manera particular, acompañamos a las familias con nuestra oración y solidaridad.
Que Nuestra Señora de Chiquinquirá interceda ante su Hijo Jesucristo para que continúe guiándonos en este momento de nuestra historia y crezcan los brotes de esperanza.