La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) recuperó en 14 días los cuerpos de 29 personas dadas por desaparecidas, tres de los cuales podrían corresponder a jóvenes que perdieron la vida en hechos relacionados con el conflicto armado en la vereda La Cristalina, perteneciente a la comunidad de paz del corregimiento de San José de Apartadó, y ocurridos el 26 de diciembre de 2005
Dichos cuerpos fueron inhumados como cuerpos no identificados en el ala sur del Cementerio Central de Apartadó, convirtiendo este caso como uno de los más emblemáticos dentro de la comunidad de paz y del municipio.
Con esta misión humanitaria, ya son tres las intervenciones que la Unidad de Búsqueda ha realizado en este camposanto durante 2024: la primera ocurrió en junio, en conjunto con la Jurisdicción Especial para la Paz y Medicina Legal, y se recuperaron 16 cuerpos; la segunda se realizó en julio y se recuperaron 18 cuerpos; y en esta tercera se recuperaron 29 cuerpos, lo cual suma 63 recuperaciones.
Uno de los cuerpos encontrados podría ser el de Jhon Darío, un joven de 16 años que desapareció durante acciones del conflicto armado en la vereda La Cristalina y es buscado por Dora Azucena, su hermana, y otros de sus familiares. En esta ocasión, ella volvió al Cementerio Central de Apartadó con la esperanza de encontrar a su hermano menor. Aunque en varias ocasiones había ido al camposanto sin obtener respuestas, algo le decía que después de 19 años lo encontraría.
El motivo que reunió a algunos de los habitantes de la vereda La Cristalina fue la celebración del 24 de diciembre de 2005, que se extendió hasta el 26 de diciembre en la madrugada, el mismo día en el que Jhon Darío desapareció. Seis personas perdieron la vida; sin embargo, tres fueron inhumados por sus familiares y otros tres como cuerpos no identificados, en el cementerio central de Apartadó. Con el pasar de los años, el lugar se cubrió por vegetación que alcanzaba hasta un metro de altura, aunque a la distancia se alcanzaba a divisar un letrero escrito a mano alzada con los nombres de las víctimas de la vereda La Cristalina.
Cuando habla de Jhon Darío, a Dora Azucena se le entrecorta la voz y a la vez lo recuerda como un joven alegre. “De mi hermano recuerdo que era un niño muy divertido, le gustaba mucho el fútbol y bañarse en el río. Estamos muy agradecidos con la Unidad de Búsqueda porque ya es una esperanza más que no teníamos”.
El 23 de marzo de 1997 se firmó la declaratoria que crea la comunidad de paz de San José de Apartadó, de la que hace parte un grupo de campesinos de veredas que querían estar por fuera del conflicto armado. Su creación fue mediada por la Iglesia Católica, que ha acompañado a esta comunidad en la construcción de paz y reconciliación.
Al respecto, Javier Giraldo Moreno, S. J. investigador del Cinep, expresa: “La comunidad de paz de San José de Apartadó se caracteriza por ser una comunidad en resistencia, la cual ha sido muy hermosa. Ella ha ido respondiendo a cada desafío en comunidad organizada. Por ejemplo, cuando les fue negada la educación, construyó su propio sistema de educación; y ha construido la manera de cómo manejar la tierra como tierra comunitaria, como trabajo comunitario. Eso es lo que lo anima a uno a continuar acompañándolos”.