Hincha del Deportivo Cali y amante de las empanadas y el mecato valluno. Así era esta jovencita cuando ingresó a la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova. Entonces sabía que, como máximo, solo alcanzaría el grado de coronel del Ejército Nacional. Sin embargo, luego se reglamentaría que los oficiales del cuerpo administrativo podrían ascender también en generales de la República. Hoy, muchos años después, es la tercera mujer que podría alcanzar el máximo grado en la institución.
Se trata de la coronel Luz Adriana Tabares Trujillo, oriunda de Cali pero criada en Candelaria. Luego de terminar sus estudios universitarios y obtenido el título de ingeniero industrial decidió seguir los pasos de su padre, pese a que él, siendo cadete, se retiró de la carrera militar y optó por otra profesión.
Explica que desde niña soñó con ser militar “porque mi papá siempre hablaba de las Fuerzas Militares y de su trabajo en campos y ciudades… Él decía que la vida militar es una carrera de retos profesionales. Quien no estudia no progresa, quien no se prepara no alcanza sus propósitos”.
Pero una cosa es querer y otra poder. “Sabía que ingresar a la Escuela de Cadetes no era nada fácil y por esta razón solo le comenté a mi mamá: Madre, quiero seguir los pasos que inició mi padre… Quiero ser oficial y servir a mi país, pero las exigencias son estrictas y no quiero crear expectativas”, recuerda la oficial.
Silenciosamente cumplió paso a paso todos los requisitos y solo hasta cuando fue aceptada como alumna dio la noticia a su familia. “… Recuerdo que cuando me aceptaron, los sorprendí a todos. Tuve y he tenido siempre comprensión y apoyo incondicional de mi familia, especialmente en los momentos difíciles”.
Equilibrio, clave
Siempre ha sabido que la vida de una mujer en la vida militar es difícil porque no solo debe cumplir con las exigencias de un trabajo de disponibilidad permanente, sino con los requerimientos del hogar.
“Soy casada hace 23 años, por fortuna con un esposo y padre ejemplar, y un hijo de 18 años que estudia una carrera universitaria, ellos siempre me han apoyado y comprendido. Además, tengo cuatro hermanas más y a mi madre. Mi padre falleció hace 14 años. Fue difícil, pero estaba orgulloso de mi carrera y siempre me oriento y aconsejó para que no desfalleciera en los momentos difíciles”, expresa la oficial.
Insiste que “ser una mujer militar tiene doble significado por su valor, la disciplina, el respeto, el compromiso y un trabajo exigente de entrega. Pero una vez concluida la jornada laboral adopta el papel de madre y esposa, prácticamente con las mismas características, pero con un nivel de exigencia mayor. Aquí prima el amor, la inteligencia y el buen actuar como madre para brindar estabilidad en el hogar”.
“Claro que no todo es color de rosa. Si uno quiere progresar y ser alguien en la vida militar, entonces debe multiplicarse. Me explico: cumplir con mi trabajo, con los quehaceres del hogar, con mi esposo y con mi hijo, que comprenden mi trayectoria, y además estudiar”, agregó la coronel.
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Máxima aspiración
Obviamente, como todo suboficial y oficial en cualquier rama de la Fuerza Pública, la aspiración es llegar al grado más alto posible.
En el caso de la coronel las cosas cambiaron durante el transcurso de la carrera, pues en sus inicios no tenía la expectativa de algún día poder aspirar a ser general. “Cuando ingresé a la Escuela Militar no se había reglamentado que los oficiales del cuerpo administrativo pudiesen llegar a ese grado. Es decir, que se llegaba solo hasta coronel. Fue posteriormente que se oficializó poder llegar al grado superior”.
Es por eso que hoy Tabares Trujillo está en el grupo de 17 coroneles que fueron seleccionados para ascender a generales del Ejército. Ella es la única mujer.
“La selección de los oficiales, de grado coronel, se basó en los parámetros legales de carrera y en las directrices y procedimientos establecidos por la institución, además de considerar su trayectoria, desempeño y capacidades para atender los requerimientos del país en materia de defensa y seguridad nacional, capacidades que son analizadas por la junta asesora de generales que preside el ministro de Defensa, Diego Molano”, explica.
De acuerdo con la coronel, los mandos tienen en cuenta el perfil de los uniformados para desempeñarse operacional y estratégicamente, todo ello en el marco de los nuevos desafíos a los que se enfrenta el Ejército en todo el territorio nacional así como en las misiones y comisiones en el exterior.
Obviamente ese curso de ascenso es uno de los mayores retos en la carrera de cualquier alto oficial, no solo porque se trata de llegar a la cúspide de la trayectoria en la Fuerza Pública, sino que, para el caso particular de la coronel, la acerca al sueño y la responsabilidad de ser la tercera mujer en la historia que puede portar las insignias de soles en el Ejército.
Para seguir adelante es clave tener una decidida vocación de servicio. “Me anima a continuar en la vida castrense el amor por lo que hago y la posibilidad de servir. Hay tantas cosas que cohesionados podemos mejorar, a tantas personas que podemos llegar y ayudar, así como el compromiso con las causas de las mujeres, la familia y la comunidad. Y, por supuesto, coadyuvar al fortalecimiento de la institución y al arma del Cuerpo Logístico y Administrativo que represento”, explica.
No ha sido fácil llegar hasta aquí. La oficial se ha desempeñado en cargos de logística, planeación y estuvo un año en comisión al exterior como Oficial Delegada en el Comando de Asistencia y Seguridad del gobierno de los Estados Unidos, entre otros funciones.
Hoy es candidata a Doctorado en Proyectos, en la Universidad EAN; cursa segundo año de investigación de Modelo de Planeación Presupuestal sector Defensa; tiene doble titulación internacional en Magister en Gestión de proyectos, de la Universidad EAN; asimismo logró una maestría en Gestión de Proyectos, de la Universidad de Québec (Canadá). Igualmente es especialista en Gerencia Integral de Proyectos, de la Universidad Militar Nueva Granada; Ingeniera Industrial de la Universidad Autónoma de Occidente, en Cali. A todo lo anterior se suman estudios de Logística Integral, en la Universidad Militar Nueva Granada; y en Pensamiento Estratégico y Prospectiva, en la Universidad del Rosario, entre otras especializaciones.
Si todo sale bien, en diciembre la coronel podría estar recibiendo su ascenso a general. “Tengo metas como continuar con los proyectos para mejorar el planeamiento en cada una de las fases, que incluye la sincronización de la programación en etapas de ejecución en todo el ciclo logístico, entre otras iniciativas”.
Precisamente por ello Tabares Trujillo le dice a las mujeres y hombres que integran la fuerza militar que “la sinergia hace la fuerza, que los logros no son individuales, siempre son el resultado de un trabajo en equipo. Por ello, siempre se inicia con el respeto al ser humano, a la profesión o especialidad de cada uno, al complemento entre géneros. Se requiere de un trabajo continuo, planeado y coordinado para lo cual se debe crecer continuamente en competencias”.
Como se ve, es un muy largo camino el recorrido por la jovencita que hace muchos años atrás se planteó un sueño y está a punto de cumplirlo. Un largo camino para llegar a ser general casi que en el mismo año en que su amado Deportivo Cali logró, no un sol como al que ella aspira en diciembre, pero sí una anhelada décima estrella.