La escena parece calcada año tras año: indígenas taponando la Carretera Panamericana con piedras, palos y muchos de ellos sentados sobre el asfalto, en desarrollo de una “minga pacífica” que siempre deriva en enfrentamientos con el Esmad y al final, la firma de un acuerdo con el Gobierno de turno y el lamento por las millonarias pérdidas para comerciantes y transportadores.
Los bloqueos y protestas en esa vía se han tornado frecuentes en los últimos años. Los indígenas, que representan no menos del 3,4% de los 42 millones de colombianos, se organizan para exigir derechos, denunciar crímenes y atropellos.
En esta oportunidad convocaron la minga en el territorio Ancestral Sat Tama Kiwe, con la comunidad del resguardo Las Mercedes como anfitriona y denominada “Por la defensa de la vida, el territorio, la democracia, la justicia y la paz”.
Allí se encuentran más de 15.000 mingueros de diversas regiones del Cauca, Caldas y Huila y el parlamento de los reclamos formulados, igualmente parece tomado de una película anterior y a su vez de otra de un año, dos, tres o 10 años atrás: exigir el respeto de los derechos y lograr escenarios reales de debate democrático sobre las políticas de despojo y exterminio que está implementando el Gobierno nacional, y que con preocupación vemos los pueblos indígenas.
Los actores, bien sean los de ahora o los de antes, siempre han reclamado “la presencia del Presidente de La República (en esta ocasión Iván Duque, en las de los ocho años anteriores la de Juan Manuel Santos y desde luego la de Álvaro Uribe)… ya que, en pasadas mingas los acuerdos logrados y concretados con ministros y delegados del Gobierno no se han cumplido, y lo que han mandatado las comunidades es no más acuerdo y cumplimiento real y efectivo de lo ya pactado con las organizaciones indígenas”.
De acuerdo con las comunidades indígenas, la razón de sus movilizaciones y bloqueos, que no han sido únicamente a la Carretera Panamericana, son los 1.300 incumplimientos que a lo largo de los años se han ido acumulando por parte de los gobiernos de turno.
“Los indígenas, reunidos en una minga para reclamar del Gobierno nacional el cumplimiento de los acuerdos, decidieron taponar la vía Panamericana a la altura del departamento del Cauca”, esta es la noticia que se registra en los medios de comunicación. El lead, como los bloqueos, los enfrentamientos de los indígenas con la Policía Antimotines (Esmad), en esta parte no cambia, tal vez solo en el número de heridos.
Otra información, que aunque todo parece indicar que se demorará en darse porque el presidente Duque ha dicho que no se reunirá con los nativos mientras persistan las vías de hecho, bien podría ser la que se registró el lunes 6 de noviembre de 2017:
“Este lunes y después de siete días de cierre de la vía Panamericana en Cauca, nuevamente se habilitó el tránsito por este corredor vial del suroccidente del país después de la intervención y limpieza realizada junto al Ejército, la Gobernación, Bomberos, CRC, Defensa Civil y la Fiscalía”.
Unos días antes, el miércoles 25 de octubre de 2017, ocurrieron bloqueos intermitentes en la vía Panamericana en algunos puntos de concentración establecidos por las comunidades campesinas y cultivadores de coca en el departamento del Cauca, que también generalmente son los mismos: Las Margaritas (Cajibío), El Descanso (Caldono), El Estanquillo (Bordo), Suárez y Cajibío, cada vez que se adelanta la minga.
Pero si se quiere ir un poco más atrás, el 11 de junio de 2016, otros de los actores en esta película, los transportadores, en otra escena que también se repite, en medio de aplausos dieron gracias por el destaponamiento de la Panamericana.
La historia siempre es la misma. Llevan productos perecederos, o gas, y deben pasar una, dos, tres o hasta 10 noches parados a la orilla de la carretera esperando que los indígenas les permitan el paso o que les habiliten una vía alterna. Y mientras están allí, otra parte de la película se repite como si se trata de los cortos que presentan en una serie para recordar el capítulo anterior: desabastecimiento en los establecimientos comerciales, falta de gas para cocinar o de gasolina en las estaciones de servicio.
El recuento de fechas en las que la Panamericana ha sido bloqueada, desde luego con ocasión de mingas, bien podría iniciar hace 10 años o más, pero siempre será la misma historia, tal vez con renovados actores porque varios de los líderes de entonces ya por los años no se animan a salir a atravesar piedras y palos.
En esta ocasión, a los 1.300 acuerdos que dicen los líderes indígenas no les han cumplido, les sumaron los reclamos porque no están de acuerdo con el ‘Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad’, porque aseguran, “es contrario a la equidad que pregona, lo que busca es ratificar y/o adoptar políticas internacionales a favor del modelo de desarrollo económico globalizante”.
“Así las cosas, el contenido de la ley y las bases del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, es contrario a la cosmovisión de los pueblos indígenas plasmados en los planes de vida que buscan fortalecer el Gobierno Propio y el buen vivir”, añaden.
Y, el epílogo de la película también se reitera: “Frente al desconocimiento sistemático de los derechos de los pueblos indígenas nos vemos obligados a exigirle al Gobierno cumplir de manera inmediata e integral lo pactado en el marco de la consulta previa, libre e informada; a su vez la inclusión de políticas públicas diferenciales mediante los planes de acción y el plan cuatrienal, los cuales serán implementados en el marco del Decreto 1811 de 2017, por ello, una vez más, exigimos garantías para la adopción y cumplimiento de lo acordado con los pueblos indígenas”.