En medio de críticas al modelo extractivista y a posiciones colonialistas en regiones como la Amazonia, que solo buscan depredar los recursos naturales, así como propuestas para que la sociedad haga una transición hacia energías limpias, se desarrolló ayer en su cuarto día la CIX Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano. La necesidad de que la humanidad cambie sus hábitos industriales y de consumo para proteger el planeta, nuestra Casa Común, como la denomina el papa Francisco en su encíclica sobre la ecología, ha sido uno de los temas centrales de esta cumbre de los obispos del país.
Como parte del proceso de discernimiento para la proyección pastoral en línea de ecología integral, los obispos colombianos, en desarrollo de la Asamblea Plenaria, centraron su reflexión en el evangelio de la creación, a partir del magisterio del papa Emérito Benedicto XVI y del papa Francisco. Trabajaron en las implicaciones pastorales para el cuidado de la Casa Común y conocieron experiencias significativas sobre este tema.
Frente a las exigencias pastorales desde la ecología integral, el sacerdote jesuita Alfredo Ferro, delegado de la Red Eclesial Panamazónica, precisó que la acción evangelizadora de la Iglesia ante la actual situación ambiental exige el conocimiento de contexto y la apertura a un nuevo paradigma que invite a redescubrir la naturaleza como nuestro ámbito de pertenencia, como nuestro nicho biológico, como camino de desarrollo, como camino espiritual y como revelación de Dios.
Recordó el sacerdote Ferro que la conversión ecológica “implica volver al hogar, reconciliar las relaciones consigo mismo, con los demás y con Dios (…) buscar una conversión de mente, corazón, estilo de vida; tomar conciencia que todo está conectado y que es necesaria una nueva solidaridad global”.
Finalmente señaló como caminos hacia este propósito el recuperar la historia y las raíces, la territorialidad como interconexión y la necesidad de vivir una espiritualidad ecológica.
Con base en Laudato Sí, la segunda encíclica del papa Francisco, y el reciente Sínodo para la Amazonía, los obispos del país también propusieron la búsqueda de nuevos modelos de desarrollo justo, solidario, sostenible, inclusivo y participativo, así como la formación y capacitación sobre el cuidado de la Casa Común.
Añadieron los obispos colombianos que estas acciones se deben soportar desde los pilares de la defensa de la vida y los derechos humano como exigencia de la fe; territorio, cultura y conocimiento; al igual que espiritualidad de la ecología integral y cuidado de la creación.
Vale recordar que entre las propuestas que obispos de diferentes países presentaron en el Sínodo para la Amazonía, desarrollado en octubre pasado en el Vaticano por convocatoria del papa Francisco, está el definir un nuevo pecado de tipo ecológico entre la lista de faltas para los cristianos.
“Proponemos definir el pecado ecológico como una acción u omisión contra Dios, contra el prójimo, la comunidad y el ambiente”, indicaron en esa oportunidad los obispos del Sínodo. “Es un pecado contra las futuras generaciones y se manifiesta en actos y hábitos de contaminación y destrucción de la armonía del ambiente, transgresiones contra los principios de interdependencia y la ruptura de las redes de solidaridad entre las criaturas y contra la virtud de la justicia”, explicitaron.