Nueva ‘normalidad escolar’, más dudas que certezas | El Nuevo Siglo
Según cálculos del Ministerio de Educación, el número de niños y jóvenes que desertó de sus estudios como efecto de la pandemia ya llegó a 102.880. /Diana Rubiano
Foto Diana Rubiano / El Nuevo Siglo
Viernes, 30 de Octubre de 2020
Redacción Política

Este viernes se venció el plazo para que los padres de familia y acudientes solicitaran cupos para el próximo año en colegios oficiales de Bogotá, en medio de la incertidumbre por cuál será la nueva normalidad escolar.



Según cálculos del Ministerio de Educación, el número de niños y jóvenes que desertó de sus estudios como efecto de la pandemia ya llegó a 102.880.

El problema, que no es solo una preocupación criolla, llevó a que el miércoles pasado Robert Jenkins, vocero del departamento de Educación en Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), considerara que "priorizar la reapertura de las escuelas y proporcionar las muy necesarias clases de recuperación es indispensable".

"No necesitamos buscar demasiado lejos para ver los daños que la pandemia ha causado en el aprendizaje de los niños del mundo entero. En los países con rentas bajas e intermedias, esta devastación se amplificó debido a que el acceso limitado al aprendizaje a distancia, los riesgos aumentados de cortes presupuestarios y los atrasos en los planes de reapertura frustraron cualquier oportunidad de normalidad para los alumnos", explicó al presentar un informe conjunto con el Banco Mundial y la Unesco.

Según el estudio adelantado por las tres instituciones, los niños de los países pobres han perdido más de cuatro meses de escolaridad desde el comienzo de la pandemia. Con mayor acceso a las tecnologías para el aprendizaje a distancia, los niños de los países ricos perdieron seis semanas, precisa el documento.

Los alumnos de zonas pobres sufrieron más que los de países ricos para acceder a la enseñanza virtual, fueron también los más propensos a sufrir retrasos en las reaperturas de las escuelas y son los menos equipados para retomar una escolaridad con las medidas sanitarias aconsejadas para luchar contra la pandemia.

Alternancia

En Colombia, la ministra de Educación, María Victoria Angulo, ha reiterado que el próximo año se debe trabajar con alternancia educativa y que las condiciones estarán garantizadas para el regreso de los estudiantes a las aulas de clases.

Pero los primeros en no estar muy dispuestos a atender el llamado del Gobierno son los padres de familia, que han expresado a través de sus distintas asociaciones que apoyará la decisión solo si se garantizan los elementos de bioseguridad en las instituciones educativas.

Además, está la posición de los profesores, que es similar a la de los padres de familia. Nelson Alarcón, presidente de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode), ha explicado que “en la práctica no hay nada de protocolos, entonces el regreso a los colegios se tiene que dar con todas las condiciones”.



Alarcón sostuvo que unas 72 instituciones solicitaron esa reapertura, con el modelo de la alternancia, pero que el apoyo que dice el Ministerio de Educación que ha dado en recursos no se ha materializado.

“Unas 50 instituciones educativas ya tienen en aval en cuanto a los protocolos, pero han tenido que invertir más de $400 millones para adecuar los espacios para proteger a los alumnos”, indicó.

La ministra Angulo recordó la semana pasada que "al 8 de noviembre, ya el total de las secretarías nos presentarán, como lo dispuso el señor ministro” de Salud, Fernando Ruiz, “los planes de alternancia para ir haciendo este retorno gradual, progresivo y seguro".

La funcionaria manifestó que el proceso de alternancia que se está implementando "cuenta ya con los recursos. Esto de pronto no se conoce en todos los espacios, y hay que decirlo, fueron girados inicialmente más de $99.000 millones".

Igualmente, precisó que los planes deben incluir los protocolos de bioseguridad no solo para estudiantes, sino para toda la comunidad educativa y resaltó el "esfuerzo tan grande que hacemos por nuestros maestros y directivos a quienes agradecemos, porque son protagonistas del inicio estos procesos de alternancia".

Angulo también señaló que el proceso de implementación del modelo de la alternancia ya ha sido puesto en marcha por 39 de las 96 entidades territoriales certificadas en educación del país, con el apoyo de un comité en el que también participan miembros de las secretarias de Salud de las entidades territoriales.

"Ya vamos en el 41% que inician estos procesos, contando siempre con todo el consentimiento de los padres y con todos los requerimientos y los recursos necesarios", puntualizó.



Como si la salud de sus hijos fuera poca la preocupación de los padres de familia, los que toman el servicio educativo en colegios privados tienen que soportar que durante la semipresencialidad, que implica acudir a los claustros dos o tres veces por semana, les estén cobrando el transporte como si se usara todos los días, además compensando con mayores cobros la subutilización de los vehículos, pues su ocupación no puede superar el 50% como medida de bioseguridad.

Como lo publicó ayer EL NUEVO SIGLO, Fernando Vita, coordinador de la Mesa Nacional de Educación Privada, explicó que los modelos de alternancia que han adoptado los colegios han reducido los tiempos a la mitad y los buses solo pueden tener la ocupación en una proporción de silla ocupada por silla desocupada, “lo que está sucediendo es que por la mitad del tiempo, los padres van a tener que pagar la totalidad de la tarifa y eso ha pasado con todas las empresas”.

Tiempo perdido

En este contexto, se presentó un cordial rifirrafe entre el copresidente de la Alianza Verde, Antonio Navarro, y Alarcón, presidente de Fecode.

Navarro trinó que “este año lectivo se perdió para la mayoría de la educación pública. Y tal vez el primer semestre del próximo también. Muy grave”.

Alarcón le replicó a Navarro que “tus apresuradas declaraciones le hacen mucho daño al magisterio. La pérdida en términos de contenidos es recuperable, la vida no. Te invito a que conozcas las miles de experiencias pedagógicas desarrolladas en las escuelas públicas en tiempos de pandemia”.

La preocupación verde no es nueva. Hace casi dos meses, durante una sesión plenaria de la Cámara, la representante por Bogotá, Juanita Goebertus, al pedir “educación segura ya” sostuvo que “comparto el miedo de abrir las escuelas pero los efectos de mediano y largo plazo son dramáticos: aumento de la violencia sexual y el embarazo adolescente; 88% de niñas y niños con graves efectos en su salud mental; incremento del desempleo femenino”.



Así cobra fuerza el llamado Unesco, Unicef y Banco Mundial para que las escuelas permanezcan abiertas mientras las autoridades sanitarias le hacen frente al Covid-19.

Para la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y el Banco Mundial, más que esperar, es también esencial que los países inviertan financieramente "ahora" en los sistemas escolares para reducir la brecha que se profundiza entra la enseñanza en los países ricos y pobres a consecuencia de la pandemia.

El informe de las tres instituciones se confeccionó en base a datos nacionales recogidos en casi 150 países entre junio y octubre.

“A pesar de los esfuerzos generalizados, existen grandes diferencias en la capacidad de los países para proporcionar a los niños y jóvenes un aprendizaje eficaz. Y es probable que haya diferencias aún mayores dentro de los países en cuanto a la estimulación educativa que han experimentado los niños y los jóvenes. Antes de la pandemia nos preocupaba la pobreza de aprendizaje y también la desigualdad en las oportunidades de aprendizaje. Ahora, la línea de base del aprendizaje es más baja, pero un aumento en la desigualdad de oportunidades podría ser catastrófico. La tarea de reanimar el proceso de aprendizaje es sumamente urgente”, dijo Jaime Saavedra, director mundial de Educación del Banco Mundial.