El papa Francisco declaró este lunes estar "profundamente apenado" por el deslizamiento de tierra que mató a 36 personas y dejó heridas a otras 20 más heridas en Quibdó.
"El Santo Padre profundamente apenado al conocer el desastre natural que está afectando a la región del Chocó, y que ha provocado numerosas víctimas y daños materiales, ofrece fervientes sufragios por el eterno descanso de los fallecidos", reza un telegrama de la Santa Sede.
Francisco "suplica al señor que conceda consuelo a los deudos y a cuantos sufren en estos momentos de dolor e incerteza", añade el texto enviado en nombre del pontífice por su secretario de Estado, Pietro Parolin, al arzobispo de Bogotá, Mario de Jesús Álvarez Gómez.
Asimismo, el papa argentino pidió a favor de "todos los que están comprometidos con la búsqueda de los desaparecidos".
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Más de 200 personas entre bomberos, rescatistas, militares e indígenas trabajaban contra el tiempo para encontrar a personas desaparecidas tras el alud de tierra ocurrido el viernes por la tarde.
Imágenes compartidas en redes sociales y en canales de televisión muestran el momento en que un pedazo gigantesco de montaña se desprende y sepulta una fila de automóviles, mientras se escuchan gritos.
Unas 50 personas alcanzaron a refugiarse en una casa contigua, pero otro derrumbe cayó sobre ellos, explicó el presidente colombiano Gustavo Petro, que declaró desastre natural.