El exjefe de Estado, Álvaro Uribe Vélez, hizo público un mensaje que recibió de uno de los asesores de Salvatore Mancuso, exlíder paramilitar y actual gestor de paz, en el que se le insta a mantenerse en silencio.
Esta revelación profundiza la tensión entre ambos y suscita preocupaciones sobre posibles implicaciones para el escenario político colombiano.
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Uribe compartió a través de sus redes sociales el contenido de un mensaje que recibió previo a publicar un comentario relacionado con Mancuso. Según Uribe, el asesor le transmitió: "No le vamos a hacer daño, pero que se quede quieto".
El domingo, antes de mi trino sobre Mancuso, recibí una razón que me enviaba uno de sus asesores “que no le vamos a hacer daño pero que se quede quieto”. Con más ganas escribí el trino
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) March 13, 2024
Esta comunicación generó inquietud en círculos políticos y ha intensificado la confrontación entre el expresidente y el exparamilitar.
El conflicto entre Uribe y Mancuso se ha exacerbado en los últimos días, con una serie de acusaciones mutuas y una creciente animosidad entre ambos. Uribe ha expresado su preocupación por las acciones de Mancuso, quien supuestamente estaría incitando a personas a presentar denuncias en su contra por presuntos vínculos con grupos paramilitares.
Hoy mis abogados ampliaron mi denuncia contra Mancuso. Me faltan 5000 asesinatos para merecer ser interlocutor de este mandadero, matón de sus compañeros como Castaño. Espero nos encontremos en fiscalía y juzgados.
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) March 12, 2024
Por su parte, Mancuso negó cualquier participación en una conspiración contra Uribe, aunque sus declaraciones y acciones recientes sugieren lo contrario. En una carta dirigida al exmandatario, Mancuso ha rechazado las acusaciones en su contra, pero ha insinuado la posibilidad de emprender acciones legales por difamación.
La confrontación entre ambos líderes políticos representa un desafío significativo para la estabilidad política y la reconciliación en Colombia, especialmente teniendo en cuenta el pasado histórico del país en relación con el paramilitarismo y la violencia política.
La denuncia de Uribe sobre el mensaje recibido es solo un episodio más en un conflicto que parece lejos de resolverse, y que podría tener importantes repercusiones en el futuro político de Colombia.