Los cinco jóvenes que fueron asesinados en el cañaduzal de Llano Verde en Cali, Valle del Cauca, sufrieron tortura con arma blanca y golpes en la espalda pero esto no les causó la muerte, así lo reveló el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses tras entregar el dictamen de las necropsias practicadas.
Según informó la entidad, los jóvenes fueron lesionados en sus cuellos, acción que no condicionó su descenso pero que se produjeron para inducir dolor a las víctimas. "Una vez se alcanzó este objetivo, se procede a la acción de disparo única", se revela en un aparte del dictamen del organismo forense", aseguró Medicina Legal.
De igual manera, las pruebas determinaron que la muerte de los jóvenes pasó cuando ellos permanecían de rodillas, de espaldas y con tiros de gracia que provenían de una misma arma.
Los resultados de las pruebas se conocen después de que un juez Penal Municipal con Función de Control de Garantías de Cali, imputara medida de aseguramiento con detención preventiva de la libertad contra Juan Carlos Loaiza Ocampo y Yefferson Marcial Ángulo Quiñonez, presuntos involucrados en estos asesinatos.
De igual manera, la Fiscalía les imputó los delitos de homicidio agravado en concurso homogéneo y sucesivo con el de fabricación y/o porte ilegal de armas de fuego e indicó que Gabriel Alejandro Bejarano habría ordenado la muerte de los menores, sujeto permanece prófugo de la justicia.