Un protocolo para la fuerza pública, que permitiría la entrada de los uniformados a las universidades en caso de uso de explosivos al interior de los planteles educativos fue publicado ayer por el alcalde de Medellín, Daniel Quintero.
“Es mi deber Constitucional velar por la seguridad de todas y todos los ciudadanos y por eso he decidido que, ante el uso de explosivos al interior de los recintos universitarios, superada toda posibilidad de acuerdo, y previa orden de evacuación que permita la salida de las personas que no están involucradas procederé a autorizar el ingreso de la Fuerza Pública con equipos antiexplosivos con el fin de recuperar el control y garantizar la tranquilidad de toda la comunidad universitaria y la ciudadanía en general”, dijo.
Quintero sostuvo que espera que “en nuestro periodo quede superado para siempre en el uso de explosivos al interior de las universidades. Este tipo de acciones no solo deslegitiman la protesta, sino que contribuyen a una mayor estigmatización de la universidad y los movimientos sociales”.
Según el alcalde Quintero, está respetando la autonomía universitaria “la libertad de cátedra y el derecho a la libre expresión. Queremos una educación en paz, con pensamiento crítico, discusión racional y comprometida con la realidad del país. Una educación que nos permita crear reflexiones como sociedad, orientar el futuro, reconocer el pasado, resolver pacíficamente las diferencias y abordar problemas estructurales que nos aquejan”.
Para el mandatario, la mayoría de los manifestantes han ejercido el derecho a la protesta de forma pacífica, por lo que les hizo un llamado a estudiantes y profesores universitarios, así como “a las mayorías que se movilizan en la sociedad, a rechazar el uso de explosivos al interior de las universidades”.
Algunos de los críticos han dicho que este protocolo contradice las propuestas hechas por Quintero cuando era candidato, pero él alegó que “es una estrategia para evitar que se deslegitimen las protestas. Esta es la decisión correcta, por costosa que sea, por impopular que sea. Yo sé que hay muchas personas que se van a resistir a ella, que no la van a entender en principio".
Así mismo, sostuvo que ha hablado con la comunidad universitaria y “ellos mismos rechazan a unos grupos muy pequeños, que yo los considero además infiltrados, que están desestabilizando y utilizando a las universidades como trinchera".
El alcalde Quintero advirtió que el protocolo incluye “un periodo de evacuación para que quienes no estén involucrados en el uso de explosivos pueda retirarse de la universidad. La autonomía universitaria se circunscribe en el marco de la seguridad y la ley y como primera autoridad de Medellín yo debo proteger a los ciudadanos y no puedo permitir el uso de explosivos en ningún lugar ni público ni privado”.
La decisión atiende a un llamado que hizo el concejal Alfredo Ramos, del Centro Democrático: “No hemos podido entender si se quieren aprovechar de la comunidad universitaria en Medellín o si hacen parte de la misma y no los sacan. Esta semana ocurrieron tres hechos supremamente graves en Medellín: la quema de una retroexcabadora, el atentado contra un carro de bomberos y la retención de unas personas en una urbanización”.
Ramos sostuvo que la ciudad no puede “caer en el juego del vandalismo. Me parece muy preocupante que se sientan empoderados y con la libertad de hacer lo que les viene en gana, porque pareciera que no existen protocolos serios para atender estas situaciones. Yo espero que a esos que hacen esas acciones no les manden concierto al final de sus actos vandálicos”.
Juan Camilo Restrepo, vicerrector de la Universidad Nacional, en Medellín, aseguró que “la preocupación es que se traslade el escenario de proceso de protesta desde el exterior al interior de los campus universitarios, cuando uno mira a quienes participan en forma activa en estas protestas, donde hay personas externas y parte de la comunidad universitaria, uno ve que son grupos muy reducidos”.