Hace unos días, Luis Felipe Lota, director de la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca, indicó a medios nacionales que Soacha sería el primer municipio del departamento en unirse a la iniciativa. No obstante, aclaró que eso no significa que perderá su autonomía, un tema que les preocupaba a los soachunos.
“Tener a Soacha y otros municipios como socios nos permite trabajar de la mano para construir proyectos en conjunto y recibir recursos de la Región Metropolitana, para con ello hacer obras en común y recibir recursos de diferentes fuentes”, añadió Lota.
Frente a la posibilidad de que los habitantes de los nuevos municipios de la Región Metropolitana no estén de acuerdo con alguna decisión ni con la compensación, el funcionario indicó que se respetará la determinación y que adicionalmente harán la modificación pertinente que radiquen los concejales de cada territorio. “Si hay lugar a un proyecto que requiere una modificación desde el punto de vista de uso del suelo, el POT deberá ser modificado, pero los únicos que pueden hacer la gestión son los concejales de cada territorio”.
Debido a que en el Concejo municipal de Soacha ya se empezó a debatir la posibilidad de que el municipio sea el primero en hacer parte del considerado megaproyecto, desde el Congreso de la República lanzaron críticas. Por su parte, la representante por Cundinamarca Alexandra Vásquez se mostró públicamente en contra de la iniciativa y cuestionó las socializaciones con poca difusión y el cabildo abierto citado para el 28 de abril de 2024 por el Concejo municipal de Soacha, indicando que no son suficientes, ya que se convierten en comités de aplausos de funcionarios y políticos tradicionales soachunos.
“La configuración actual de la Región Metropolitana excluye a los ciudadanos de las decisiones importantes. Esto significa que los proyectos que impacten en la región pueden avanzar sin necesidad de pasar por un proceso de aprobación ejecutiva que garantice la participación y representación de las comunidades afectadas. Es especialmente preocupante el proceso de adhesión de municipios como Soacha, que se lleva a cabo mediante un cabildo abierto en lugar de un proceso más inclusivo como una consulta previa”, alertó.
Dentro de su anuncio, Vásquez hizo hincapié en que una desventaja importante será la creación de nuevos peajes en varias vías de Cundinamarca, una situación que indirectamente provocará el incremento en los gastos de vehículos particulares o el transporte de carga, así como un indudable aumento en el valor de los pasajes del transporte público intermunicipal.
“El ingreso de Soacha a la Región Metropolitana en un suceso trascendental para su futuro y su gente, porque va a traer consecuencias irreversibles para todos los ciudadanos del municipio. Abre la posibilidad a nuevos impuestos, sobrecostos a lo que ya existe, aumento en las tarifas del transporte y nuevos peajes”, aseguró.
Sobre el tema de movilidad, Vásquez advirtió que a partir de la entrada en funcionamiento de la Agencia Regional de Movilidad y la habilitación de los Centros de Intercambio Modal para el Transporte Público de Pasajeros, la Región Metropolitana cobrará unos derechos al uso de las terminales de transporte y los Centros de Intercambio Modal.
Asimismo, subrayó que este proyecto es un acomodo espacial que entra a soportar la expansión de Bogotá: “Esta expansión capitalista se basa en la especulación inmobiliaria, convirtiendo municipios en dormitorios y aumentando los precios del suelo. Esto beneficia al sector de la construcción mientras perjudica a las comunidades periféricas. La fusión de Bogotá con municipios del occidente y noroccidente crearía una gran área urbana, fortaleciendo a la capital como centro económico y de servicios”, manifestó.
En cuanto a la creación de nuevos impuestos, detalló que uno de ellos sería la sobretasa al impuesto de delineación urbana (Artículo 39), seguido por las sobretasas respecto a los impuestos de su propiedad (Artículo 43) y la contribución regional de valorización (Artículo 41).