Las recientes lluvias en el país provocaron daños significativos en múltiples comunidades del Líbano, Tolima. Entre los sectores más afectados se encuentra Marsella, conocido localmente como Divino Niño, donde inicialmente se reportó el colapso de cuatro viviendas. Sin embargo, un censo actualizado revela que más de 20 hogares sufrieron diversos niveles de daño estructural debido a deslizamientos de tierra y material vegetal.
Beatriz Valencia, alcaldesa del municipio del Líbano, explicó la magnitud del impacto: "Tuvimos más de 20 viviendas en diferentes veredas del municipio que han perdido parte de su estructura por algunos deslizamientos que se han presentado, allí estamos prestando un apoyo importante. Hacemos un seguimiento y buscamos los recursos, así como adelantamos la gestión con la Gobernación del Tolima y a nivel nacional, con lo que requerimos para seguir con la atención."
Las autoridades locales movilizaron esfuerzos para evaluar y mitigar los daños, especialmente en la red vial terciaria que conecta varias veredas con el casco urbano. A pesar de los esfuerzos, al menos seis veredas permanecen incomunicadas y se reportan restricciones significativas en otras rutas importantes como la vía hacia San Jorge, debido a taponamientos parciales y totales.
La alcaldesa Valencia añadió: "Las vías terciarias del Líbano las tenemos en algunos sectores con tránsito restringido, otras con taponamiento total, como lo es la vía que conduce desde la cabecera municipal hasta San Jorge, en el sector del Tesoro, La Plata, Marengo, La Marina y San Jorge."
El corredor hacia Villahermosa, esencial para la conectividad regional, estuvo cerrado durante horas debido a desprendimientos de material, pero se logró restablecer completamente la movilidad este sábado tras labores intensivas de limpieza.
La respuesta rápida y coordinada entre autoridades locales y regionales ha sido crucial para gestionar esta emergencia, mientras continúan los esfuerzos para apoyar a las familias afectadas y rehabilitar las infraestructuras dañadas.
Este incidente subraya la vulnerabilidad de las zonas rurales frente a eventos climáticos extremos y la importancia de la preparación y respuesta efectiva de los organismos de gestión del riesgo ante tales desafíos naturales.