El Ejecutivo intenta conjurar el paro nacional que ya ha afectado a varios sectores de la economía. Sin embargo, el “diálogo social” propuesto por el Mandatario ha sido ampliamente criticado por la oposición
____________
Desde el 22 de noviembre (al día siguiente de la primera jornada del paro cívico nacional) el presidente Iván Duque anunció el inicio de un “diálogo social” en el que se sentaría con todos los sectores para crear reformas que beneficien al país y que atiendan a los reclamos de los colombianos que adelantaban las protestas.
El “diálogo social” propuesto por el Jefe de Estado incluye a todos los sectores del país y por supuesto a toda la sociedad, incluidos los gremios. “Esta conversación se hará en las regiones con todos los sectores sociales y políticos. Utilizará medios electrónicos y mecanismos participativos para todos los colombianos. Buscará tener un cronograma claro para que todos podamos edificar un camino significativo de reformas”, dijo Duque.
A partir de ese día, el Presidente emprendió una maratónica jornada para conjurar las demandas sociales con el diálogo. Sin embargo, fue criticado por los sectores de oposición, pues en su discurso el Mandatario relegó el inicio de las conversaciones con los sectores sociales para el miércoles e inició el diálogo con alcaldes electos y empresarios, lo que en opinión de algunos permitió que la llama del reclamo social se intensificara.
Un hecho que llamó la atención es que la alcaldesa electa de Bogotá, Claudia López, recalcó que el diálogo debería darse con los sectores demandantes, no con los alcaldes y gobernadores, dando a entender que los mandatarios territoriales no podían ser voceros en las demandas.
Diego Molano, director del Departamento Administrativo de la Presidencia, clarificó las líneas sobre las cuales se iba a realizar el diálogo social: “A partir de hoy y hasta el próximo 15 de marzo los colombianos tendrán la posibilidad de presentar sus propuestas en varios espacios de participación que girarán en torno a cinco grandes temas: el crecimiento con equidad, en donde está la generación de empleo; la transparencia y la lucha contra la corrupción, que garantiza que los recursos públicos y privados tengan un uso legítimo; la educación, el conocimiento y el cierre de brechas sociales donde se discuta la cobertura universal y los recursos de la educación pública; la paz con legalidad para garantizar la discusión de cómo la llegada del Estado garantiza la protección a la vida digna de todos los campesinos; y el medio ambiente”.
Semana de diálogo
Esa misma noche la ministra de Trabajo, Alicia Arango, convocó al Comité Nacional de Paro a la Casa de Nariño. “Nosotros como Gobierno estamos dispuestos a escuchar y a dialogar. Este es el Gobierno del diálogo social. Este es un Gobierno abierto a hablar con todos los sectores. Queremos escuchar al Comité del Paro Nacional y a los otros sectores que nos han estado llamando para expresar sus inquietudes", aseguró.
Sin embargo, tras el anuncio de la Ministra de Trabajo, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), manifestó que no aceptaba la invitación y que continuaba con el paro debido a que no se sentían escuchados por el Mandatario y reclamaban falta de atención en la agenda propuesta por los manifestantes.
Ese mismo día, el Comité presentó un pliego de peticiones de 13 puntos. Entre las exigencias están retirar la reforma tributaria que hace tránsito en el Congreso; derogar el decreto de holding financiero; derogar la circular número 049 de 2019 del Ministerio de Trabajo que trata sobre lineamientos para autorizar la finalización de contratos con trabajadores en condición de discapacidad o debilidad por razones de salud; y disolver el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), así como depurar la Policía.
Junto a estas exigencias está que no se presente al Congreso una reforma pensional, así como tampoco presentar una reforma laboral. El pliego de peticiones incluye derogar cuatro artículos del Plan de Desarrollo que crean un régimen intermedio de aportes a la salud. Además, los manifestantes piden que no se privaticen ni se enajenen bienes del Estado.
Por último, los marchantes piden el cumplimiento de los acuerdos firmados con los estudiantes, los indígenas, dignidad agropecuaria, los trabajadores estatales y Fecode, así como el cumplimiento e implementación de los acuerdos de paz.
Inmediatamente después de presentado el pliego de peticiones los sectores sociales se levantaron de la mesa.
El presidente Duque continuó su intención de adelantar el diálogo y presentó un paquete de alivio social para los sectores más deprimidos de la sociedad. El conjunto de medidas incluye reducción en aportes a la salud de las pensiones equivalentes a un salario mínimo, devolución del 100% del IVA para las familias más vulnerables del país, mayores incentivos tributarios para las empresas que contraten a jóvenes entre 18 y 28 años y tres días al año sin IVA.
Las protestas con cacerolas y pitos seguían en las calles y el Gobierno decidió el pasado miércoles iniciar el diálogo social sobre el tema educativo. Al encuentro no asistieron la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) ni los voceros de los estudiantes –la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de la Educación Superior (Acrees) y la Unión Nacional de Estudiantes de Educación Superior (Unees)– quienes están liderando el plantón en las calles.
Pese a que la ministra de Educación, María Victoria Angulo, aseguró que la convocatoria es el primer paso para escuchar a todos los sectores, los estudiantes insistieron en que con quienes se debe sentar el Gobierno es con el Comité Nacional de Paro en su conjunto y no sector por sector.
Un día después el Ejecutivo, demostrando su voluntad de diálogo, devolvió el artículo 44 del Presupuesto General de la Nación al Congreso debido a que es uno de los puntos por los que iniciaron las manifestaciones.
El jueves el Mandatario adelantó reuniones con transportadores, protectores del medio ambiente y un encuentro sobre transparencia. En los dos primeros se vieron las fisuras. Mientras la Asociación Colombiana de Camioneros (ACC) le mostró su respaldo al Jefe de Estado, la Asociación Nacional de Transportadores (ANT), aseguró que no está de acuerdo con ese diálogo, ni con el respaldo expresado por los primeros.
Así mismo en la conversación ambiental un sector de los ambientalistas insistió en que el Gobierno se siente con el Comité Nacional de Paro. Algunos otros iniciaron un cronograma de trabajo para evaluar lo que necesita el país en ese tema.
El viernes Duque y la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez dirigieron un diálogo más sobre legalidad. Algunos voceros de organizaciones relacionadas con el proceso, como Laura Gil y Sandra Borda, insistieron en que el diálogo debe ser con los promotores de paro y no con “los mismos de siempre”.
Protagonismo del Congreso
El Congreso también tomó protagonismo debido a que la mayoría de las demandas de los manifestantes tienen que pasar por el Congreso y porque allí es donde hacen presencia la mayoría de sectores sociales del país. La Cámara escuchó en sesión informal a los manifestantes mientras que el Senado los escuchó al día siguiente con los voceros de los partidos. De dicho diálogo resultó un comunicado de seis puntos en el que el Senado se comprometió a laborar continuamente “en el periodo de receso sobre los temas de agenda legislativa y control político relacionados con las peticiones del Comité Nacional de Paro”.
Allí las propuestas no se hicieron esperar, los liberales por ejemplo, proponen sustituir el IVA por una tarifa del 8% en un impuesto al consumo o a la venta, lo que a su juicio, podría generar un recaudo de $40 billones. Además, proponen bajar el salario de los congresistas en un 15%, lo que le ahorraría a la Nación cerca de $16.000 millones que irían directamente a inversión social.
Tras la constante agitación social, además han salido otras propuestas como la de hacer una constituyente –lo que fue rechazado por el Gobierno– hasta retomar el diálogo con el Eln, un tema que no se augura nada fácil.
Por otro lado, algunos sectores han denunciado que hay un intento por bloquear el Gobierno. Y otros han hablado incluso en un intento de derrocar al Mandatario.
La próxima semana el presidente Duque continuará con las reuniones que lleven a un diálogo social. Sin embargo, el ambiente no está fácil.
Por ahora, la llave que puede desbloquear la puerta entre el Gobierno y el Comité Nacional de Paro parece ser Angelino Garzón.