Por la amenaza del coronavirus, Octavio Fajardo, de 61 años y quien vivía en las calles de la localidad de Los Mártires, decidió cambiar su forma vida
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Durante tres décadas, Octavio Fajardo González, de 61 años, vivió en las calles de los barrios de la localidad de Mártires. Allí tenía reconocimiento y popularidad, sin embargo, las nuevas circunstancias en que están la ciudad y el mundo, por la amenaza del Covid-19, lo hizo desistir de continuar con la vida que llevaba.
Es así como después de dos años de negarse a asistir a los hogares de paso de la Secretaría de Integración Social, que brindan alimentación, aseo y dormitorio a los habitantes de calle, finalmente, cedió ante la amenaza del nuevo coronavirus que a hoy suma en la ciudad 3.272 contagios.
A Octavio lo encontró Jenny Paola Alvarado en un parque de la localidad. Día tras día se dedicó a convencerlo de asistir a las actividades de autocuidado y vincularse a los hogares de paso donde, a través de actividades lúdicas, pueden dejar la calle, abandonar el consumo y buscar una nueva vida.
Jenny Paola hace parte del equipo de ‘Ángeles de Calle’, que recorren los recovecos de la ciudad convocando a los habitantes de este espacio a usar los servicios de la Secretaría. Pero casi todos los encuentros entre ellos terminaban con la negativa de Octavio, no sin antes dar un abrazo y una corta despedida. Sin embargo, mantenía la ilusión viva de sacarlo de la calle.
Sin importar sus reiterativas negativas, Octavio era consciente de su salud y presentación personal y por eso, aprovechaba las jornadas móviles de autocuidado personal en las que podía bañarse y recibía elementos de aseo, ropa y alimentación. Sin embargo, seguía con la calle como hogar. Fue su cuerpo deteriorado y la tristeza de ver la ciudad tan sola durante la cuarentena por el coronavirus, lo que lo motivó a aceptar la invitación que con insistencia le había extendido Jenny.
Convencimiento
“Me lo encontraba y le insistía para que se vinculara a un hogar de paso. Él decía que no se sentía indigente y no quería esa ayuda. Sentía que Octavio podría salir adelante y seguí luchando. Finalmente, gracias a los temores de la calle por la pandemia, Octavio fue por primera vez a un hogar de paso”, resalta Jenny Alvarado.
De joven, Octavio era emprendedor, amaba la latonería y pintura, en eso se desempeñaba mientras vivió con su familia en La Gabarra, Norte de Santander. Pero el conflicto armado tocó la puerta de su hogar llevándose por delante la vida de un hermano y abriendo el camino para salir huyendo de su tierra.
“Cuando llegué a Bogotá me fui a buscar otro hermano pero nunca lo encontré. No tenía a dónde ir, no tenía trabajo y esa desesperación me llevó a habitar la calle, principalmente, en los Mártires, mi vivienda”, menciona Octavio.
Tan pronto aceptó la oferta de la Secretaría de Integración Social, el equipo de ‘Ángeles de Calle’ activó la ruta para un chequeo profesional que determinará el estado de salud de Octavio.
Luego de su valoración médica, fue trasladado al Hogar de Paso Los Mártires en donde fue recibido para permanecer durante la cuarentena y, si él lo desea, iniciar un proceso de recuperación de hábitos personales como el baño diario y el cuidado de su cuerpo; a su vez, la reconstrucción de lazos familiares, además de formación académica en artes y oficios para una inclusión social y laboral.
Servicios integrales
Hoy, más de 1.200 ciudadanos habitantes de calle permanecen en una etapa de aislamiento en los 13 centros de atención del Distrito, donde reciben servicios integrales para su recuperación personal, minimizando el consumo y la habitabilidad en calle.
También hay una estrategia móvil para llegar con elementos de aseo, agua y alimentación a los ‘cambuches’ en donde los habitantes de calle adelantan su aislamiento preventivo.
“Estamos con todos los ángeles en los centros de atención y en territorio. Así mismo, tenemos una estrategia móvil de autocuidado con acciones diarias en aseo personal y dotación de elementos de protección como tapabocas, gel y demás. Estas jornadas se han venido haciendo antes del asilamiento, solo que se refuerzan con los protocolos de seguridad para afrontar el coronavirus”, destaca Daniel Mora, subdirector para la Adultez de la Secretaría de Integración Social.