La Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y ONU Mujeres presentaron en el Congreso colombiano el informe ‘Legislar para la autonomía y el empoderamiento económico de las mujeres: Colombia en perspectiva comparada en Iberoamérica y el Caribe’, una iniciativa que, a grandes rasgos, busca promover la plena igualdad entre hombres y mujeres en el país.
Tras concluir el evento, la directora regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, María Noel Vaeza, habló a la Agencia Anadolu sobre la necesidad de movilizar al Parlamento para que ratifique una serie de convenios que Colombia firmó con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los cuales “están parados hace tiempo y requieren de una renovación y atención legislativa”.
Según Vaeza, los convenios rubricados con la OIT que merecen atención especial son el 156 (referente a los trabajadores con responsabilidades familiares), el 183 (sobre la protección de la maternidad) y el 190 (acerca de la eliminación de la violencia y el acoso en el trabajo).
Por medio del informe, las dos entidades hicieron algunas consideraciones sobre ciertas leyes que requieren “de una acción, porque son discriminatorias y contienen un sesgo contra el género”.
“La primera es con relación al Código Sustantivo del Trabajo. Aquí estamos recomendando una ampliación de la licencia de paternidad sin que ello afecte la de la maternidad. En Colombia un padre solo tiene una licencia de ocho días (en comparación a las 18 semanas de la madre), lo que consideramos es muy poco”, expresó Vaeza.
El 23 de julio de 2002 fue promulgada la Ley 755, conocida como ‘Ley María’. Ésta le otorga al padre una licencia remunerada de ocho días, si los dos padres cotizan al Sistema General de Seguridad Social en Salud. De lo contrario, serán sólo cuatro días.
Trabajadoras domésticas
“El segundo tema que nos preocupa mucho, no solo en Colombia, sino en toda la región, es la legislación del trabajo doméstico remunerado”, explicó Vaeza.
Aunque en Colombia son evidentes los avances en materia de regulación en este campo, la ONU recalcó que existen exclusiones en el marco de la ley.
Por ejemplo, subrayó la directora regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, “no tienen una especificación de la jornada máxima laboral y de sus tiempos de descanso. Tampoco cuentan con una determinación legal diferente con respecto a las zonas rurales y a los sectores urbanos. Entonces, lo que recomendamos aquí es paridad entre las trabajadoras domésticas remuneradas y el resto de las categorías laborales”.
Vaeza advirtió que, en la región, las empleadas del servicio viven una realidad de “casi esclavitud que viene de muchos años atrás. Esto requiere una transformación”.
Cabe recordar que en el Código Sustantivo del Trabajo de Colombia se indica que estas trabajadoras (es) tienen derecho a seguridad social equiparada al régimen general, a la prima de servicios, a un salario mínimo legal mensual, descanso legal remunerado en los días festivos o feriados, derecho a vacaciones y fuero de maternidad reconocido.
Brecha laboral y salarial
Por otra parte, Vaeza dijo que la brecha salarial entre mujeres y hombres en la región es del 23%, mientras que en Colombia es del 17%. No obstante, destacó que para “las mujeres hace falta acceso al trabajo en materia de matemáticas, tecnologías y ciencias. Todavía existe un boquete importante en ese sentido y esas son las nuevas modalidades y el futuro del trabajo”.
Esta información de Vaeza contrasta con un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el cual determinó que en Latinoamérica el porcentaje de mujeres investigadoras supera la media mundial.
La Unesco señaló que en América Latina el 45% de los investigadores profesionales son mujeres, una cifra que sobrepasa por mucho la tasa mundial del 28%.
Al respecto, la coordinadora de la cátedra Regional de la Unesco Mujer, Ciencia y Tecnología en América Latina, Gloria Bonder, afirmó que “numerosas ONG y redes de mujeres científicas y técnicas de la región ejecutan actividades con miras a sensibilizar a las personas acerca de las desigualdades de género en la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI), recordando las contribuciones de mujeres científicas que han sido olvidadas. Iniciativas como esta han incitado a las instituciones a recopilar datos desglosados por sexo, una información clave para definir y promover los cambios necesarios en las políticas institucionales”.
Entre tanto, el estudio de ONU Mujeres presentado el pasado miércoles en Bogotá enfatizó en la necesidad de flexibilizar los horarios para las madres trabajadoras. “Está demostrado que entre mayor sea la protección legal, mayor será la productividad de la trabajadora y, por ende, mayores serán los ingresos de la empresa”, apuntó Vaeza.
Matrimonio infantil
Uno de los elementos de debate que surgieron en la presentación del informe estuvo relacionado con la eliminación de las uniones tempranas o matrimonio infantil.
Colombia es uno de los países de la región -junto con México, República Dominicana y Nicaragua- que tiene esta problemática más arraigada, particularmente en las comunidades rurales y las indígenas.
“Este es un tema que necesita legislación y que la misma sea aplicada. Los matrimonios infantiles afectan el futuro de las mujeres pues, como se sabe, deben salirse muy jóvenes del sistema educativo y comienzan a tener hijos, lo que perpetúa la pobreza”, opinó Vaeza.
Finalmente, y a pesar de todas las observaciones, Vaeza destacó que Colombia cuenta con una sólida legislación para garantizar los derechos de las mujeres. “Debo reconocer el avance que este país tiene en el punto de vista legal, en el punto de vista constitucional y en estrechar la brecha salarial entre hombres y mujeres”.
“En la formalidad, las leyes están maravillosas, el problema surge cuando se llevan a cabo. Esta aplicación material requiere que hablemos de igualdad sustantiva y no solo de igualdad legal”, concluyó la directora regional de ONU Mujeres.