El jefe de Estado aclaró que el Gobierno nacional no se opone al uso farmacéutico de la marihuana
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No es que el Gobierno se oponga a cannabis medicinal, sino que “se estaban otorgando, en el pasado, licencias de manera ‘chambona”, aclaró ayer el presidente Iván Duque en su intervención en la instalación del XXXI Congreso Nacional de Exportadores de Analdex, en Barranquilla.
Duque expresó que “este Gobierno no es opuesto al desarrollo del cannabis medicinal” y señaló que “Colombia ya tiene una legislación, de hace mucho rato, donde se reconocen los fines medicinales, y lo que hay que buscar es una buena adaptación regulatoria y una buena implementación”.
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El jefe de Estado se refirió a los problemas que se estaban registrando con los trámites para el otorgamiento de las licencias.
Por esta razón, aseguró que “sencillamente, lo que le dije al Gobierno fue: articulémonos bien, tengamos una ventanilla única, totalmente transparente, que no haya manejos por debajo de la mesa y que le demos una claridad” al tema.
Indicó que lo que se pretende es que no haya “una proliferación de empresas de garaje, sino que tengamos un número de empresas que sean lo suficientemente serias y consolidadas para que nosotros tengamos ahí una farmacéutica, en ese sector, que responda a los mejores estándares internacionales”.
Duque sostuvo que el Gobierno evidenció muchos problemas e identificó que “se estaban otorgando, en el pasado, licencias de manera chambona”.
“Entonces, les estaban generando una expectativa a las personas que estaban pagando $45 millones para hacer todas unas solicitudes, les entregaban la licencia y esa licencia no le daba derecho a nada distinto a tener un papel, porque después tenía que pasar por otra serie de trámites para llegar a un desarrollo empresarial”, manifestó.
Dijo que bajo ese esquema se otorgaron más de 138 licencias; sin embargo, “un número inferior a 15 empresas eran las que realmente estaban generando las inversiones o tenían todos los requisitos”.
Con base en esa situación, el presidente Duque afirmó que “es muy importante que se entienda la visión que aquí lo que se quiere es calidad para el país, no generar frustraciones y ponerle fin a esa desarticulación ‘chambona’ que había en el pasado, para tener, ahora sí, un esquema que permita dar certeza y que, con una ventanilla única, también sea lo suficientemente transparente para todos los trámites”.
Narcotráfico
“Quiero hacer el llamado a que entendamos que la lucha contra el narcotráfico es una lucha por la defensa no solamente de la seguridad, sino también del desarrollo empresarial de nuestro país”.
Así lo afirmó ayer el presidente Duque, agregando que el narcotráfico se traduce en que “a más coca, menos paz; a más coca, más contrabando; a más coca, más grupos armados ilegales queriendo asesinar a líderes sociales y capturar regiones”, razón por la cual enfatizó en que es necesario enfrentar ese fenómeno criminal de manera integral.
En ese sentido, el jefe de Estado subrayó que el Gobierno nacional viene implementando la estrategia ‘Ruta Futuro’, de la mano con la Política de Seguridad Nacional, que incluye la conjugación de acciones contra “el lavado de activos, el blanqueo de dinero, haciendo más interdicción”, entre otras medidas.
Recordó que un ejemplo del compromiso que tiene el país para enfrentar la cadena del narcotráfico se refleja en que las autoridades de Colombia incautan más del 40% de las drogas decomisadas en el hemisferio.
“Colombia es el país que más droga incauta en el planeta, para que se entienda la magnitud del esfuerzo que hace el país”, destacó el Mandatario, y agregó que “por cada tonelada de cocaína que incautan los Estados Unidos -el principal aliado en la lucha contra el narcotráfico- en sus fronteras, Colombia incauta 18 toneladas”.
Afirmó que su Gobierno seguirá enfrentando el flagelo de los cultivos ilícitos con todas las medidas que se requieran: “la sustitución, la erradicación manual, el desarrollo alternativo, el pago por servicios ambientales y, donde corresponda, también, las prácticas de precisión”.
Explicó, finalmente, que “no podemos exponernos a que mueran personas (erradicadores) por campos minados o francotiradores al servicio de los grandes carteles del mundo”.