Lejos de ser nuevo, el programa de las huertas urbanas del Jardín Botánico existe desde 2004 con el fin de que en un contexto tan típicamente urbano, como es el de la ciudad de Bogotá, se produzcan alimentos orgánicos y limpios, ya sea en el suelo o en las terrazas de casas y edificios.
Han pasado 17 años desde que comenzó a implementarse esta iniciativa y ahora, cuando ya hay casi 4.000 de estos espacios agrícolas a lo largo y ancho de la capital, este martes se lanzó la primera ruta agroecológica, “De huerta en huerta”, para generar turismo en torno a la agricultura urbana y periurbana.
Esta es una idea que pretende no solo crear experiencias locales auténticas, apoyar el comercio de productos locales, generar beneficios económicos a los agricultores y consolidar huertas como escenarios de educación ambiental, sino además contribuir a la reactivación económica y social de Bogotá.
Es importante referir que esta será la primera de cinco rutas agroecológicas y se tiene previsto que se crearán en torno a iniciativas autosostenibles de la ciudad región.
Colombia es un país de origen campesino, agrícola, en este sentido para el Jardín Botánico esta propuesta de turismo responde a la necesidad de que la capital no se desconecte de la realidad del país, pues aún en suelo urbano hay personas que por prácticas ancestrales saben cultivar y quieren ser 100% autosustentables en reciclar los residuos verdes.
El camino iniciará en la huerta Guerreros y Guerreras en Acción, ubicada en el barrio Fontanar del Río; tendrá una segunda estación en la huerta Vivero Ambientes Naturales, y continuará en la huerta Micaela, estas últimas situadas en el barrio Alaska. Se estima que este trayecto tomará 6 horas aproximadamente y sus puntos finales se concentrarán en las huertas Cobá: el hogar de las abejas y la huerta Mirador de Los Nevados.
Durante el trayecto, los asistentes observarán una amplia variedad de especies frutales, aromáticas, plantas medicinales, cereales y hortalizas, entre otras. También podrán realizar un taller práctico de Agricultura Urbana, alimentar animales de la granja y conocerán el proceso de producción de la miel. Finalmente, si el clima lo permite, disfrutarán de una vista única de los tres nevados: del Tolima, del Ruíz y el de Santa Isabel.
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La apuesta del Distrito
Punto aparte, las huertas están contempladas en el Plan de Desarrollo Distrital como parte de las estrategias encaminadas a generar mayores oportunidades, especialmente para las poblaciones más vulnerables.
EL NUEVO SIGLO tuvo la oportunidad de hablar con la directora del Jardín sobre este programa y su misionalidad en el desarrollo de la ciudad, y lo primero que hay que mencionar es que esta administración se trazó la meta de dejar 20.000 huertas por toda Bogotá, y en 19 meses de mandato ha llevado a buen puerto la consolidación de 3.800.
“Con corte al 31 de agosto tenemos registradas cerca de 3.800 huertas urbanas en Bogotá. El Plan de Desarrollo prevé la consolidación de 20.000 huertas en estos cuatro años. El año pasado tuvimos la oportunidad de consolidar 2.000 huertas y en lo corrido de este año llevamos cerca de 1.800 en las 19 localidades urbanas y unas nuevas en Sumapaz, lo que significa que la agricultura urbana ya está presente en todas las localidades del territorio bogotano”, especificó la directora del Jardín Botánico, Martha Liliana Perdomo.
Sin perder de vista que estos espacios están enmarcados dentro de una estrategia de fortalecimiento de las coberturas vegetales de Bogotá, en la cual el Jardín Botánico está buscando fortalecer y consolidar la arborización, la jardinería, las áreas de recuperación ecológica y la agricultura urbana, ¿qué es lo que más producen?
“Diferentes especies son producidas: el énfasis de la agricultura inició con la producción de hortalizas nativas y exóticas, porque el énfasis no es solo el de la producción de la comida de plantas nativas sino también exóticas. Es imposible pensar que no podemos tener un repollo o una zanahoria, que no son nuestros en cuanto a origen botánico, pero que sí forman parte de los gustos y las costumbres gastronómicas de los colombianos. También se han combinado plantas aromáticas, medicinales, algunos frutales como tomate, uchuvas, agraz y tubérculos en las huertas urbanas”, ahondó en su explicación Perdomo.
Su utilidad
La consolidación de las huertas urbanas en Bogotá nació como una estrategia de soporte a la seguridad alimentaria, a la cosecha y preparación del propio alimento con un componente de participación comunitaria y de tejido social, que hoy por hoy es clave en la medida en que subsana deficiencias económicas, sociales y ambientales.
“Hoy podemos decir que la agricultura es integradora entre la estrategia ambiental (por los bienes y servicios ambientales en cuanto a que presta una cobertura con polinizadores, retiene material particulado y fija nutrientes en el suelo); la estrategia social (porque alrededor de la huerta hay un componente de participación e integración de la familia) y un componente económico, porque también puede generar excedentes que, si bien no siempre son comercializables sí pueden ser intercambiables, lo que significa que este es un programa que reúne los tres ejes ambiental, social y económico”, añadió la directora del Jardín Botánico.
Por último, la elaboración de las huertas urbanas ha traído consigo múltiples beneficios para la vida y el desarrollo sostenible en Bogotá. De acuerdo con el Jardín Botánico el desarrollo de las mismas ha incidido en la reducción de residuos que podrían llegar de manera innecesaria al relleno sanitario de Doña Juana, al convertirlos en materia prima para cultivar alimentos en casa.
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En el POT
Esta iniciativa, punto aparte, está contemplada en el Plan de Ordenamiento Territorial, en una meta macro que busca incorporar a la ciudad medidas de protección del patrimonio cultural y natural, y lograr una integración efectiva del desarrollo territorial con equidad e inclusión económica, sociocultural y ambiental.
Más específicamente, el POT establece que Bogotá deberá utilizar materiales que observen criterios de bajas emisiones, procesos constructivos y de integración con el entorno y que en su desarrollo propendan por la sostenibilidad ambiental, de acuerdo con las condiciones que se reglamenten para la construcción sostenible. También deberá usar materiales reciclados e innovadores, con muros y terrazas verdes, promoción de huertas urbanas, nanotecnología con bio-concreto, ciclovías solares, plataformas que produzcan energía al ser pisadas (PAVEGEN) y nano-partículas en hojas.
Con relación a la agricultura urbana, el Plan de Ordenamiento Territorial refiere que para aquellos que desarrollan modelos de producción agroecológica de alimentos en espacios urbanos, tales como las huertas urbanas, que permiten la organización de comunidades aledañas para implementar sistemas agrícolas por medio de prácticas en las que se aprovechen los residuos y se optimicen los recursos, se tendrá en cuenta en lo pertinente, la Política Pública de Seguridad Alimentaria y Nutricional para Bogotá: Construyendo Ciudadanía Alimentaria 2019 – 2031.