Además de la seguridad y la movilidad, en la esfera pública vienen surgiendo otros temas que preocupan a los ciudadanos que demandan respuestas adecuadas y en mayor sintonía con las discusiones de la nueva agenda urbana y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
- Seguridad y convivencia
No hay que bajar la guardia en los logros obtenidos en la reducción de los hurtos a residencias, de vehículos y a establecimientos comerciales. Aunque la ciudad registra un descenso en la tasa de homicidios (en 2018 fue de 13,3 por cada 100 mil habitantes), viene en aumento el uso del arma blanca en este delito: creció 13% respecto a 2014. Es importante mantener y fortalecer el control al porte de armas en lugares públicos, en el transporte, sitios de rumba y consumo de alcohol.
- Agilizar la movilidad
Más buses biarticulados en la nueva flota de Transmilenio implica readecuar alrededor del 40% de las estaciones existentes para que estos puedan estacionarse. Esto, sin duda, representa desafíos en términos financieros y de cronograma, a fin de adecuarlas con celeridad para facilitar la operación de los biarticulados. Hay que hacerlo con premura y con buena planeación pues, cabe recordar, la troncal de la Caracas, en particular, será intervenida para dar paso a la Primera Línea del Metro de Bogotá (PLMB). La nueva flota está compuesta por 1.441 buses, de los cuales el 67% serán biarticulados y el 33% articulados.
- Reducir muertes por accidentes viales
Aunque vienen disminuyendo las muertes en siniestros viales -entre 2014 y 2018 se redujo en un 15% el número de fallecimientos (92 decesos menos)-, preocupa que cerca de cinco de cada 10 fallecidos sean peatones. Su interacción más peligrosa es con la motocicleta: 80 peatones murieron en 2018 en siniestros viales donde la moto se vio involucrada. Hoy, se estima que por cada cuatro carros hay una moto: su parque automotor ha crecido en un 23% en los últimos cinco años.
- Continuar con el Metro
Adjudicado el diseño y construcción del Metro, se debe continuar con la materialización de la primera línea. Ello tendrá un efecto en el tráfico, en la calidad del aire, en la generación de escombros (durante la construcción y la demolición de material), en el arbolado urbano y en el ruido de la ciudad; además, hay que planear, debidamente, el traslado de las redes de servicios públicos e implementar un plan de manejo de tráfico, dado que los buses articulados transitarán sobre los carriles mixtos, lo que afectará la movilidad de los carros particulares y otros vehículos de servicio público (taxis), sin contar con que muchos desvíos serán por vías poco amplias para esa demanda vehicular.
- El futuro de la Séptima
Decidir si va a continuar, modificar o cancelar el proyecto de Transmilenio por la Séptima. Entre otras, también deberá decidir qué pasará con los predios adquiridos para la construcción de la troncal: de los 303 predios necesarios para la obra, ya se han ofertado o adquirido 218. La adquisición de los 85 restantes fue suspendida.
- Mejorar la calidad del aire
Las fuentes móviles siguen aportando más de la mitad de la contaminación, en especial los automotores que funcionan con diésel (transporte de carga y transporte público); las fuentes fijas del sector industrial y comercial aportan un 44% y los incendios forestales tan solo un 2%.
El uso de tecnologías limpias en el transporte público, el uso obligatorio de filtros para el transporte de carga, mayor control a las fuentes fijas (industria) y el cumplimiento del Plan Decenal de Descontaminación del Aire para Bogotá deben ser imperativos para contribuir a una mejor calidad del aire en la capital.
- Definir el POT que quede aprobado
El nuevo gobernante tendrá que poner a rodar el plan y reducir la incertidumbre en caso de que existan posibles vacíos o limitaciones. Este deberá contemplas que los municipios aledaños han crecido. La capital y los municipios de la Sabana comparten estructura ecológica, transporte público y servicios públicos, por lo cual requieren articularse e integrarse para poner en marcha proyectos conjuntos que beneficien a sus pobladores.
- Reducir la pobreza
La pobreza multidimensional (aquella que identifica carencias a nivel del hogar y de las personas en salud, educación y nivel de vida) pasó de 5,4% en 2014 a 4,4% en 2018, mientras que la pobreza monetaria (incapacidad de la persona para satisfacer sus necesidades básicas) pasó de 10,1% en 2014 a 12,4% en 2018. Se estima que hoy, en la ciudad, existen cerca de 1’000.000 de personas con ingresos per cápita que no superan los $283.828 mensuales. Es importante revisar la asignación de subsidios.
- La migración venezolana
La llegada masiva de migrantes a la ciudad ha contribuido al aumento del trabajo informal y al crecimiento de la marginalidad, particularmente en los bordes. Han comenzado a generarse algunos brotes de xenofobia. Bogotá deberá destinar presupuesto para atender a esta población migrante, que demanda empleo, salud, educación y vivienda. Es fundamental continuar y fortalecer el Centro Integral de Atención al Migrante. Incrementar la apuesta en Jornada Única.
- Acelerar la jornada única escolar
La anterior administración tenía como meta que el 30% de la matrícula del sector oficial estudiara en Jornada Única. Para 2018 solo se llegó al 13,9% (el total de beneficiados es de 104.347 estudiantes). Para cumplir con este propósito, deben asegurarse ciertas condiciones como la disponibilidad de infraestructura, alimentación escolar, apuestas pedagógicas y mayor personal docente.
- Potenciar el crecimiento económico
Si bien Bogotá tiene una economía competitiva, se debe continuar dinamizando el crecimiento con apuestas en innovación, ciencia, tecnología y emprendimiento. Debe continuar con sus apuestas en especialización inteligente e iniciativas de clúster. Hoy, Bogotá aporta el 26% del PIB, genera el 18,3% de las exportaciones del país y produce el 92% de los servicios creativos. Cuenta con la mayor plataforma empresarial del país (más de 498.000 empresas) y la mayor actividad emprendedora.
- Garantizar obras de infraestructura
Vincular a los ciudadanos en la formulación, implementación y seguimiento de los proyectos públicos en los territorios. Identificar los impactos de la obra que pueden generar tensiones sociales en sus distintas etapas, de manera que las entidades se anticipen con estrategias de mitigación o compensación que reduzcan el conflicto social.
- Bajar el desempleo juvenil
Hoy en día, los jóvenes son los más afectados por el desempleo. Mientras en 2018 la tasa de desempleo en la ciudad se ubicó en 10,5%, en la población joven llegó al 17,4%. De otro lado, las personas con mayor nivel de escolaridad tienen menores tasas de desempleo, pero tardan más semanas en encontrar trabajo (una persona con secundaria tarda 19 semanas y una persona con posgrado, 32 semanas). Es importante crear estrategias para disminuir el desempleo en los jóvenes.