Durante 2020 Colombia no solo ha sido afectada de manera grave por la pandemia de coronavirus, que a la fecha deja 38 mil fallecidos y más 1’350.000 contagiados.
También el país ha asistido a dos temporadas invernales y ha recibido los coletazos de dos huracanes que, literalmente, destrozaron casi por completo el archipiélago de San Andrés, en especial a la isla de Providencia.
En el caso de la época invernal, se trata de dos temporadas que registran todos los años en el primer trimestre y en el último, pero que siempre generan cuantiosos daños materiales y en vidas humanas, a pesar de los esfuerzos del Gobierno nacional y de que el Sistema Nacional de Atención de Desastres dispone desde hace varios años de protocolos bien definidos y activos para mitigar las contingencias de los estragos de la naturaleza.
De acuerdo con un reciente informe de las Naciones Unidas, basado en informes propios de sus agencias y de los organismos nacionales de atención de emergencias, la temporada de lluvias del año con el Fenómeno de La Niña y los estragos que dejaron a su paso por el Caribe colombiano los huracanas Eta y Iota dejaban, hasta comienzos de noviembre, más de 275 mil damnificados en 12 departamentos, principalmente en el archipiélago de San Andrés, Antioquia, Bolívar, La Guajira y Chocó.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) presentó un informe en el que registra 274.513 afectados por las emergencias producidas por la temporada de lluvias que afectan gran parte del país influenciada por el Fenómeno de La Niña.
A ello se suma que las emergencias dejaron 12 de los 32 departamentos del país, en emergencias con saldo de 26 personas muertas y 20 habitantes desaparecidos concretamente en las regiones al norte y occidente del país.
Bolívar resultó con 155.000 damnificados, Chocó con 36.032 y el fronterizo departamento de La Guajira, con 33.761, dentro de los que se cuentan indígenas wayúu.
En los departamentos de Antioquia, Chocó y La Guajira, por su parte, se presentaron importantes deslizamientos que afectaron las vías de comunicación, lo que impidió una respuesta humanitaria rápida, y en los departamentos de Atlántico, Córdoba, Sucre, Magdalena y en la región del golfo de Urabá a la vez que en La Guajira se debe prestar especial atención a posibles nuevas emergencias.
Obviamente en estas cifras no están incluidos los últimos desastres que dejó el invierno como el derrumbe en Dabeiba, Antioquia, que sepultó un estadero donde murieron 13 personas y 6 continúan desaparecidas, ni la tragedia producto del invierno en Cúcuta donde ocho personas murieron y cuatro jamás aparecieron.
La Niña irá hasta mayo
Pero la cuota más alta de víctimas por cuenta del invierno no fue en la primera temporada del año, sino en la actual, que según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) se extenderá, como mínimo, hasta febrero, aunque no se descarta que empate con la primera temporada de La Niña en 2021 y se pueda extender hasta mediados del año venidero.
De hecho, las alertas siguen encendidas en regiones como el bajo Cauca, Antioquia y Bolívar y parte del Magdalena debido a la amenaza de desbordamiento del Canal del Dique, así como posibles inundaciones en La Mojana de Sucre.
Estas regiones ya mostraron serias afectaciones en viviendas y cultivos en las primeras semanas de lluvias. La oficina nacional de Gestión del Riesgo reportó que solo en Cartagena el 70% de la ciudad terminó afectado por el temporal de mediados de noviembre dejando 150 mil damnificados y 23 barrios inundados. El Gobierno tuvo que destinar $500 mil millones adicionales para atender la contingencia.
Chocó fue el otro departamento más azotado por las lluvias en 2020. Con cuatro personas muertas, 28 mil damnificados y 15 de sus municipios anegados. La cuota que puso esta región del país fue muy alta frente al total nacional. Entre los municipios más afectados están Atrato, Medio Atrato, Tadó, Bagadó, Istmina, Condoto, Nóvita, San Juan, Cantón de San Pablo, Río Iró, Cértegui y San José del Palmar.
El gobernador de Chocó, Ariel Palacios Calderón, tuvo que declarar la calamidad pública para atender la situación de más de 6.700 familias por pérdida de sus enseres.
A todo lo anterior se agrega la tragedia que afectó, hace apenas una semana, al municipio de Riosucio, Chocó, donde un incendio de grandes proporciones consumió más de 82 viviendas, en su mayoría de madera, dejó dos personas muertas y más de 450 damnificados.
Dos huracanes en un mes
Por si fuera poco, a los efectos mortales de la pandemia y los estragos del Fenómeno de La Niña, Colombia se vio afectada en menos de un mes por dos huracanes, uno de ellos de categoría 5, que literalmente destruyeron la isla de Providencia, causaron graves destrozos en San Andrés y alteraron el régimen de lluvias en los departamentos del Caribe, desde La Guajira hasta Bolívar y parte de Antioquia y los Santanderes.
Desde la segunda semana de noviembre el Ideam comenzó a advertir de la formación de la onda tropical Eta que se acercaba hacia el Caribe. Aunque fue tomando fuerza a medida que llegaba a las costas del archipiélago, poco a poco fue debilitando y comenzó a cambiar de rumbo hacia Centroamérica ocasionando serios daños en países como Nicaragua y Honduras.
Sin embargo, en San Andrés el coletazo generó destrozos en viviendas y comercios, arrancó postes y árboles, inundó más de 12 barrios y arrastró grandes rocas sobre la vía circunvalar y destruyó varios negocios pues los vientos alcanzaron una velocidad de hasta 75 kilómetros por hora.
Por tres días la isla quedó sin luz y sin comunicaciones y fue necesario evacuar decenas de personas.
Como en contadas ocasiones, en la isla se declaró la emergencia, cerradas las playas y decretado el toque de queda nocturno.
Pero este año la peor parte la llevó la isla de Providencia afectada especialmente por el huracán Iota que a su paso por su litoral a escasos 18 kilómetros la dejó destruida en más de 98% y causó la muerte de dos personas.
La tragedia en Providencia llevó al Gobierno a diseñar un plan de reconstrucción exprés, a movilizar ayuda internacional por más de 120 millones de dólares y a pedir la colaboración de países expertos como los Estados Unidos.
Así las cosas, Colombia cierra este año 2020 no solo con la novedad de la pandemia más devastadora de su historia y la primera en casi un siglo, sino con el coletazo de dos huracanes, uno de categoría 5, y un Fenómeno de la Niña que nunca ha dejado de pasar desapercibido para la población más vulnerable.