Volver a la presencialidad en la educación se ha convertido en una utopía. En Colombia no se llega a un consenso. Aunque el Ministerio de Educación desean volver con protocolos de seguridad y distanciamiento a partir de agosto, sindicatos e incluso directivos docentes lo ven con desconfianza y plantean seguir de forma remota todo 2020. Lo preocupante es que algunos exigen no volver a la escuela hasta que no exista una vacuna, lo que supondría que 2021 sería a distancia, lo cual traerá costos económicos y humanos sociales, pérdida de empleos, cierre de cocinas y transporte, despido de personas, dificultades para socializar entre otros aspectos.
Las fuertes restricciones de distanciamiento plantean la necesidad de diseñar modelos como el de la educación híbrida y aportar a los desafíos que exigen la educación posCovid19. La educación híbrida combina la educación presencial y a distancia por medio de varias plataformas de conexión como el internet, las clases virtuales, el uso de la radio y de la televisión.
Uno de los requisitos de la educación híbrida es no depender de un solo sistema de comunicación o de enseñanza. Es decir, en ese caso no vale casarse con una sola plataforma o programa. Al tener los estudiantes una reducción considerable de los tiempos de clase presencial, se debe trabajar por potencializar el trabajo colaborativo en las clases remotas también.
La educación híbrida no es algo nuevo, por ejemplo, en el caso colombiano de los años setenta y ochenta se hizo una exitosa estrategia de educación por televisión y radio, juntos a la distribución de libros de texto y materiales didácticos para fortalecer y certificar los procesos de aprendizaje. Y se hizo en una época donde no existía internet. Por eso, la incorporación de lo digital va a enriquecer los procesos formativos de modelo híbrido.
Para hacerla exitosa, la investigadora Elena Arias especialista senior del área de educación del BID ha planteado las siguientes recomendaciones:
- Contenidos y plataformas: se debe priorizar y flexibilizar el currículo, focalizar los esfuerzos en matemática y lectura/escritura, así como en las habilidades del siglo XXI. Existe una amplia oferta de plataformas, software y contenidos que son necesarios y que cumplen distintos roles dentro de un modelo de educación híbrida con distintos niveles de efectividad. Las editoriales de texto han trabajado en ello. La oferta de contenido debe integrar otras estrategias que no sean necesariamente digitales, dotación de materiales impresos y clases en tv. Como en la educación a distancia, los padres juegan un nuevo rol más protagónico, son necesarios los sistemas de apoyo y materiales especializados también desarrollados para ellos.
- Información y seguimiento de estudiantes: es clave que los gobiernos tomen decisiones informadas, monitoreen y evalúen los aprendizajes de los estudiantes para poder mejorar y adaptar la oferta de contenidos. Los Sistemas de Información y Gestión Educativa (SIGED) son la plataforma central que permite identificar de manera única a los estudiantes a través de todo el sistema educativo. Sistemas eficientes de gestión de estudiantes y contenidos digitales permiten monitorear los aprendizajes y proteger las trayectorias de cada uno de los estudiantes a lo largo del ciclo estudiantil.
- Equipamiento, infraestructura y conectividad: los países tendrán que garantizar su continuidad y complementar con otras formas innovadoras para cerrar las brechas digitales. Para ampliar el acceso a dispositivos, una opción a considerar son las bibliotecas de dispositivos en las escuelas con contenido educativo precargado, donde los estudiantes puedan tomar dispositivos móviles prestados para llevar a sus casas.
- Nuevas habilidades y perfil docente. La dualidad de la educación híbrida es una oportunidad para optimizar qué hacer en el tiempo presencial y qué hacer en el tiempo remoto. En el centro de la propuesta se encuentra el estudiante y el desarrollo de competencias transversales claves para la vida y para el nuevo modelo pedagógico: autonomía en el aprendizaje y en el uso del tiempo. Esto pone a los docentes frente a un nuevo modelo educativo centrado en competencias y en la adopción y uso de las nuevas tecnologías. La clave es garantizar una transición fluida y encontrar modelos efectivos para que los docentes puedan desarrollar estas competencias.
La innovación en la educación requiere de marcos normativos que permitan la transformación digital, que garantice la seguridad de toda la comunidad educativa. La educación híbrida debe estar en un marco más fuerte que el de la crisis de la pandemia, para que a largo plazo sea equitativa, sostenible y muestre buenos resultados en toda la comunidad educativa.