La semana pasada Probogotá Región y la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) presentaron el estudio “Propuestas para reducir el desempleo y la informalidad de Bogotá”, diagnóstico según el cual la informalidad laboral y empresarial sigue siendo una constante en la capital de la República.
La investigación arrojó que el 56% de los ocupados son empleados particulares (en su mayoría formales), pero otro 35% son trabajadores por cuenta propia, y en su mayoría están en la informalidad.
Antes de la pandemia el porcentaje de informalidad estaba por debajo del 30%, y aunque esta dinámica es inferior al promedio nacional, sigue siendo excesivamente alta. Para aterrizar este estudio, EL NUEVO SIGLO habló con la presidenta de Probogotá, María Carolina Castillo, quien hizo una radiografía sobre el desempleo y la informalidad en la ciudad y emitió una serie de recomendaciones a la Administración Distrital.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuáles son los factores que más inciden en el desempleo y en la informalidad?
MARÍA CAROLINA CASTILLO: Este estudio arrojó que el covid-19 exacerbó algunas características estructurales del desempleo y la informalidad, y la ciudad debe analizar algunos escenarios.
Planteo un ejemplo: Bogotá tiene una concentración grande del mercado laboral en materia de servicios y estos fueron los más afectados por los prolongados cierres que padeció la ciudad (fue además la urbe que más cierres tuvo). Eso afectó la posibilidad de recuperar más rápidamente el empleo.
Otro de los elementos que encontramos es que hoy somos más productivos. Hoy la gente está trabajando más tiempo, por lo que las empresas necesitan menos trabajadores. Esa es una herencia que nos dejó la pandemia.
Y un tercer elemento clave que afecta, sobre todo, la recuperación del empleo es que nuestros dos sectores poblacionales con mayor indicador del desempleo, que son mujeres y jóvenes, están preparados para actividades económicas que no son aquellas en donde se concentra el grueso del mercado laboral.
ENS: Entonces estos sectores, los jóvenes y las mujeres, ¿en qué se deberían capacitar?
MCC: Hacen falta más jóvenes y mujeres preparadas en los sectores de la tecnología y de la construcción. Creemos que allí hay unos nichos de mercado que podríamos explotar mucho mejor si les generamos las competencias y las cualificaciones a estos sectores para afrontarlos.
ENS: ¿Por qué el rezago laboral sobre todo en estos dos sectores?
MCC: El año 2020 fue supremamente excepcional y atípico para todos los indicadores, incluido el de la formalidad. En el 2021 comenzó a verse una recuperación interesante en el empleo pero se siguieron viendo una serie de brechas asociadas principalmente a la lenta reapertura de los colegios, jardines y universidades para niños y adolecentes, lo que hizo que las mujeres rezagaran mucho más la recuperación de su empleo.
Esto se materializó en dos hechos: se rezagaron los procesos formativos de los niños y en la generación de sus habilidades socioemocionales, y lo propio pasó con todo el sector asociado a las madres, que son las principales cuidadoras en el entorno familiar. Tener a los hijos en trabajo educativo virtual sin duda limitó su posibilidad de volver a emplearse. Ahí el rezago es enorme.
Y con relación a los jóvenes, como lo indiqué antes, se está trabajando más y eso en parte explica que sea más difícil generar empleo joven. De ahí que las políticas en materia de subsidios por parte de la Nación y del Distrito, que acompañan el primer empleo joven, se deben mantener por un periodo de tiempo para estimular y mantener la generación de nuevos empleos, sobre todo para jóvenes entre los 18 y los 28 años.
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ENS: ¿Cuáles son las recomendaciones de Probogotá y ANIF para generar empleo y reducir la informalidad?
MCC: Hay que garantizar la protección social para la contratación de empresas a partir de la financiación de la salud, en particular para mujeres y jóvenes. Esta implementación debe ser gradual. Ya no da más espera esa reforma. En materia de apostarle a un salario diferencial por regiones y permitir una cotización por horas, en la realidad el segundo de esos componentes ya se está dando.
Los jóvenes de hoy no tienen una vinculación laboral como la que se hacía en el pasado y lo que creemos es que la legislación laboral se debe adaptar recogiendo esta práctica del mercado laboral, en el ánimo de que por esta vía no se genere empleo informal que podrá ser perfectamente formal.
Con relación a los jóvenes, como ya lo mencioné, hay que mantener los subsidios y la política de incentivos tributarios al primer empleo como está hoy. Creemos que es un esfuerzo que el país perfectamente puede sostener por uno o dos años más y contribuiría muchísimo a la recuperación gradual del empleo.
Y, por último, todo el proceso de simplificación de trámites para la empresa, que es algo que el presidente Duque ha anunciado, quisiéramos que se continúe en el siguiente gobierno para que los emprendimientos recién creados puedan transitar y mantenerse en la formalidad, tanto en trámites como en los costos. Y, por último, se debe garantizar una vejez sin pobreza.
Mejoramiento
ENS: Ustedes indicaron que a nivel nacional los hogares perdieron, en el marco de la pandemia, $35,5 billones, de los cuales Bogotá puso $11,8 billones. ¿Cómo llegaron a estos estimativos?
MCC: Lo interesante de este estudio es que lo hicimos con información de pila y por eso es tan rico en datos y nos permite afirmar algunas cosas que en otros análisis no se pueden ver. Supimos cuánto se dejó de percibir por los datos de pila de los aportantes.
ENS: ¿Esas pérdidas monetarias se pueden medir en un impacto social?
MCC: Nosotros no hemos hecho una medida prospectiva pero creemos que la recuperación puede ser mucho más rápida, siempre y cuando no se deje a lo tendencial. Ahí creemos que el Gobierno distrital tiene un instrumento enorme para poder hacer una recuperación mucho más rápida de los 6,8 billones que se dejaron de generar y de remuneraciones que se dejaron de pagar asociadas al trabajo, y es la de detonar rápidamente el plan de obras e inversiones de la capital.
Si Bogotá ya estuviera ejecutando el Corredor Verde; si agiliza la 68; si sucediera lo propio con el Metro; si detonara y autorizara los planes parciales de Lagos de Torca y ese componente de cargas por un billón de pesos representadas en vías y en recuperación ambiental del humedal, se recuperaría muchísimo más rápido ese porcentaje de recursos dejados de percibir de los trabajadores.
ENS: ¿Es decir, que toca pisar el acelerador de las obras de infraestructura?
MCC: Cuando la alcaldesa Claudia López presentó en el 2020 uno de los primeros instrumentos para atender el covid-19, habló de un gran Plan Marshall que ha avanzado lentamente y ahí hay una respuesta súper efectiva a una ciudad que aún tiene muchas necesidades de bienes públicos por atender y cuenta con los recursos.
Sería un gran detonante porque vincula a la población joven y mujeres con sectores de la economía a los que tradicionalmente no están asociados como el de la construcción y las tecnologías. Y, además, porque tiene una gran posibilidad de generar empleo y de recuperar encadenamientos productivos asociados al sector de la construcción, que es un gran jalonador de reactivación multinivel.