Un juez federal de Argentina ha enviado a juicio a la viuda y al hijo del fundador del Cártel de Medellín, Pablo Escobar, por su presunta implicación en una trama de blanqueo de capitales en beneficio del narcotraficante colombiano José Piedrahita.
El juez Néstor Barral ha dado por finalizada este jueves la investigación que comenzó el 1 de septiembre de 2016 ordenando la apertura de juicio oral contra María Isabel Santos y Juan Sebastián Marroquín, la viuda y el hijo de Escobar, entre otros acusados, según informa el diario argentino 'La Nación'.
La investigación comenzó a raíz de una nota enviada por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) en Argentina a la Fiscalía de este último país, en la que alertaba de que una organización criminal dedicada al narcotráfico en Colombia tenía vínculos con personas físicas y jurídicas asentadas en territorio argentino.
La DEA situó a Piedrahita como líder de la organización criminal y al empresario argentino Mateo Corvo como su principal contacto en la nación austral. De acuerdo con Barral, la viuda y el hijo de Escobar "efectuaron un aporte de carácter esencial para el cumplimiento de los objetivos criminales".
Barral sostiene que "unieron" los intereses de Piedrahita y Corvo. Con ello, el argentino facilitó un entramado empresarial al colombiano para lavar en Argentina el dinero procedente del narcotráfico en Colombia.
A cambio de ponerlos en contacto, la familia de Escobar habría recibido una comisión del 4,5 por ciento de lo 'invertido' por Piedrahita en las compañías de Corvo hasta el 15 de febrero de 2011, más de 100.000 dólares con los que se habrían comprado una casa y un garaje.
La sombra de Escobar
Santos, que se define como 'coach' y escritora, y Marroquín, arquitecto, escritor y conferenciante, aseguran que desconocían los vínculos de Piedrahita con el narcotráfico y que creían que era un empresario ganadero.
En cambio, Piedrahita, que está detenido en Estados Unidos y ha llegado a un acuerdo de delación con la Fiscalía argentina por el cual sería condenado a solo cinco años de cárcel, afirma que se conocían perfectamente. El juez coincide en que Santos y Marroquín obraron "a sabiendas de su procedencia vinculada con el tráfico ilícito de drogas".
"El mundo del narcotráfico era muy pequeño y todos se conocían entre sí", ha declarado Piedrahita. Según él, la viuda y el hijo de Escobar sabían que estaba vinculado al Cártel de Cali porque estuvo en una de las muchas reuniones en las que se negoció la paz con la familia del fundador del Cártel de Medellín tras su muerte.
"Hace 25 que él murió y vivo exiliada en este país hace 24. Entonces, llevo 35 años sin su presencia física, pero aún perseguida por sus actos", denunció la viuda de Escobar en un escrito de defensa.
En la misma línea se expresó Marroquín, que niega "vinculación alguna con el narcotráfico o con el dinero derivado de esa actividad delictual", lo cual --dice-- le ha permitido "ser un hombre libre, de familia y trabajo".
"Me duele que se continúe siempre viéndome como culpable, como si mi apellido prevaleciera por encima de mis acciones como ciudadano de bien que soy", lamentó. "Toda mi actividad en la Argentina está ampliamente documentada y tiene una evidente e innegable legalidad y transparencia", reivindicó.