Los seguidores del Cúcuta Deportivo protagonizaron escenas de caos y violencia en las cercanías del estadio General Santander. Los disturbios estallaron luego de que el equipo local sufriera una dolorosa derrota 1-3 ante Llaneros en un partido crucial del Torneo Betplay.
Esta derrota prácticamente eliminó las esperanzas del equipo motilón de avanzar a la final del torneo de ascenso colombiano. La frustración se desbordó entre los aficionados, desencadenando disturbios que pusieron en riesgo la seguridad de los presentes.
Las imágenes y videos compartidos en redes sociales y medios locales muestran momentos de tensión, con hinchas intentando ingresar por la fuerza al estadio y enfrentamientos con la policía. Las autoridades informaron la detención de al menos una decena de personas relacionadas con los actos vandálicos. Afortunadamente, no se reportaron heridos graves, pero los daños a la infraestructura del estadio y vehículos en los alrededores fueron evidentes.
Este incidente refleja no solo la pasión desmedida en el fútbol, sino también la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad en eventos deportivos. La eliminación del Cúcuta Deportivo ha dejado una marca de desilusión en la afición, pero es fundamental recordar que la violencia nunca es la solución. La comunidad deportiva y las autoridades deben trabajar en conjunto para prevenir futuros episodios lamentables como este.