Hay mucho por hacer en el Congreso para curules de víctimas | El Nuevo Siglo
Diana Rubiano El Nuevo Siglo
Jueves, 9 de Septiembre de 2021
Redacción Política

Comenzaron los trabajos en el Congreso, particularmente en la Cámara, para adecuarse a las 16 nuevas curules que serán elegidas el próximo marzo para ser ocupadas por víctimas del conflicto armado, como lo establece el Acuerdo de Paz. En materia locativa se requiere generar para estas personas espacios en el Salón Elíptico y en las comisiones, así como será necesario arrendar oficinas para ellos y sus asesores.

De igual forma hay que reformar la Ley 3 de 1992 en cuanto a la composición de las 7 comisiones constitucionales de Cámara, por un lado para establecer si los 16 nuevos representantes podrán ser distribuidos en cada una de estas células legislativas o solo en algunas.

De otro lado hay que modificar esta Ley en cuanto al número de parlamentarios que corresponde a cada comisión de Cámara, por lo menos en las que serán ubicados los representantes de las víctimas.

Las adecuaciones 

Se conoció que la Dirección Administrativa de la Cámara trabaja en la adjudicación de una contratación para la adecuación del Salón Elíptico del Capitolio Nacional, en donde regularmente sesiona la plenaria de esta Corporación, con el fin de generar los espacios para los 16 nuevos parlamentarios que se posicionarán el próximo 20 de julio en representación de las víctimas.

De igual forma se aprovecharán estos trabajos en el Salón Elíptico para remozar el sistema de información, pues incluso ya está colapsado el sistema biométrico que se utiliza para verificar el quórum y la votación que realizan los parlamentarios.

Si bien en este momento el Congreso está sesionando de manera semipresencial debido a la pandemia, por lo que el aforo con los parlamentarios presentes tanto en la plenaria de la Cámara como del Senado no supera el 30%, ello no es óbice para que desde ahora se empiece a trabajar en la adecuación del Salón Elíptico para recibir a los nuevos parlamentarios en representación de las víctimas, pues en julio de 2022 se espera con el nuevo Legislativo poder retornar a la presencialidad plena, si así lo permiten las condiciones de la pandemia. 

De otra parte la Dirección Administrativa de la Cámara tendrá que arrendar un edificio cercano al Capitolio en el centro de Bogotá para ubicar las oficinas de estos 16 parlamentarios junto con sus unidades de trabajo legislativo, cada una compuesta por un máximo de 10 personas,  pues en el edificio del Congreso no hay espacio para hacer adecuaciones en ese sentido.

La elección de las 16 circunscripciones de paz en los comicios de marzo próximo ocurrirá  tras un litigio jurídico que se extendió por 4 años, después de que la plenaria del Senado hundiera el respectivo proyecto al interpretar que no obtuvo los votos necesarios.

Sin embargo, tanto el Consejo de Estado como la Corte Constitucional determinaron que la mesa directiva del Senado incurrió en un error por considerar que los 50 votos que obtuvo no constituían la mayoría a favor de este proyecto de reforma constitucional presentado por el entonces gobierno dentro de la implementación del Acuerdo de Paz,  sino que interpretó que se requerían 52 votos, teniendo en cuenta que en la Corporación había para la época 102 curules.

Otro asunto que tiene que resolver la Dirección Administrativa de la Cámara es la seguridad que requerirá cada uno de estos 16 nuevos parlamentarios,  para lo cual deberá adelantar una contratación ante la Unidad Nacional de Protección para que le proporcione los respectivos esquemas que incluyen mínimo una camioneta blindada y un escolta. El número de vehículos y hombres armados depende del nivel de riesgo de la persona.

Un esquema de  protección compuesto por un vehículo y al menos dos escoltas cuesta alrededor de 28 millones de pesos mensuales. Si fuera escogido esta clase de esquema para la seguridad de los parlamentarios de las curules de paz, costaría $448 millones al mes y más de $5 mil millones al año.

Otro gasto que generarán al erario las curules para las víctimas son 16 nuevas unidades de trabajo legislativo, que tienen la función de apoyar la labor de cada uno de los parlamentarios. Teniendo en cuenta que el presupuesto mensual autorizado para cada una es de 50 salarios mínimos, las 16 costarán más de $700 millones al mes.

En cuanto a salarios los 16 congresistas implicarán mensualmente más de $544 millones, pues en la actualidad un parlamentario gana más de $34 millones al mes.

A ello hay que sumar los pasajes aéreos de quienes ocupen estas nuevas curules, cada ocho días para que vayan a sus regiones.