Hace un par de días la alcaldesa, Claudia López, abrió un poco más la llave de la nueva normalidad. Levantó el Pico y Cédula, permitió que actividades como el comercio pudieran funcionar los siete días de la semana, le dio vía libre a la celebración de cultos religiosos en templos, entre otras cosas.
Asimismo, la Mandataria distrital insistió en el autocuidado y fue clara en advertir que es muy probable que el mes entrante haya una nueva alza de casos; por lo mismo, señaló que la Administración le está apostando a que este “sea lo menos pico posible”.
Pese al miedo que tiene la ciudadanía de salir, algo que se evidenció en la decisión de cientos de padres de familia e instituciones educativas que optaron por no hacer uso de su cupo epidemiológico y mandar a sus hijos nuevamente a la educación presencial, ¿cómo hará Bogotá para que un nuevo rebrote sea lo más pequeño y controlado posible?
EL NUEVO SIGLO consultó al director del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de los Andes, Juan Manuel Cordovez, quien dijo que esta meta es alcanzable a través de un ambicioso esquema, epidemiológicamente hablando, en el cual la ciudad ya comenzó a trabajar.
“Se puede lograr. Para que el rebrote sea menos fuerte, la Alcaldía está trabajando en la implementando del esquema Prass (Pruebas, Rastreo y Aislamiento Selectivo Sostenible) y consiste en que, una vez se detecten las personas infectadas, estas serán aisladas, sus contactos serán rastreados y aislados. Y el componente de “sostenible” implicará que se pondrá a disposición de las personas vulnerables que deban ser aisladas, un paquete de estrategias que les permita cumplir con la medida de aislamiento”, le dijo a este Diario el profesor Cordovez, quien añadió que este es un modelo que está totalmente soportado en las pruebas epidemiológicas.
Adicionalmente, de acuerdo con el profesor Cordovez, la implementación de esta estrategia implicará que un segundo pico no será “ni la mitad de grande que sería en la ausencia de Prass”, y mencionó que es una apuesta que cuesta, pero seguir restringiendo la movilidad de las personas “cuesta mucho más”.
“Nosotros metimos el Prass en el modelo epidemiológico y uno ve súper rápido el efecto que tiene en la curva de infectados, porque apenas detectas a una persona infectada y la sacas, pues esa persona ya no infectará a nadie más. O infecta a una más pero no a diez más”, precisó Cordovez.
Un nuevo esquema
Pues bien, la diferencia está en que con esta medida se ponen a disposición del Gobierno gran cantidad de pruebas que se utilizarán única y exclusivamente como mecanismo de rastreo e identificación de los posibles casos positivos de Covid-19.
“Hemos dicho con la Alcaldesa que las letras de la sigla Prass están mal puestas porque es prueba, rastreo, cuando lo que se va a hacer es hacer un aislamiento inmediato y luego se le hace la prueba tanto a esta como a todas las personas de su grupo de contacto. Es parecido a lo hemos venido haciendo, pero es distinto en la medida en la que este es un proceso súper concienzudo, organizado y respaldado por una cantidad de recursos orientados en esa dirección”, puntualizó Cordovez.
Por último, no obstante, el epidemiólogo dijo que puede volver a tener que implementarse una nueva cuarentena y que ahora, más que nunca, es clave el autocuidado de la ciudadanía.
“Si la gente no mantiene su distanciamiento y le invierte al autocuidado, es posible que Bogotá se tenga que volver a cerrar en una cuarentena estricta para proteger al sistema de salud. Ya está claro que el virus no se va a ir hasta que se contagie todo el mundo”, finalizó diciendo.