Habilidades socioemocionales: el camino en educación | El Nuevo Siglo
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Domingo, 9 de Diciembre de 2018
Mario F. Hurtado

HAY VARIOS debates en la escuela sobre el por qué y el para qué de la educación. Sí se requieren contenidos, sí se necesitan competencias. En todo eso, surge en el mundo y con mucha fuerza en Colombia, cómo mejorar el ser personas, el ser humano. Por eso son necesarias en un país con uno de los índices de violencia más altos del mundo, tan poco tolerante, donde a diario vemos la indiferencia de la sociedad sobre la grandes problemáticas que vive. Además, en el mundo laboral, los empleadores manifiestan que los funcionarios muchas veces adolecen de empatía, tolerancia, capacidad de trabajo en equipo, responsabilidad, honestidad, entre otras. Por eso, cada vez toma más fuerza la formación socioemocional en el mundo educativo y laboral.

Daniel Goldman presentó en 1995 su libro sobre inteligencia socioemocional y desde ese momento surge una preocupación en el mundo acerca de cómo desarrollarla en la sociedad. Para el caso latinoamericano, el BID en 2012 publicó ‘Desconectados’, un estudio que evidencia la desconexión entre la escuela y el mundo laboral. Por eso, también toma fuerza el desarrollo de las competencias laborales.

¿Para qué? La cuarta revolución cambió el mundo. El desarrollo de la tecnología ha hecho que hoy desaparezcan profesiones tradicionales, que la sociedad aprenda a desarrollar otras habilidades y con su mente pueda aportar al sistema. Pero también, el exceso de tecnología nos ha aislado. Hoy estamos en una sociedad hiperconectada, pero que poco dialoga, y entonces se evidencia que las habilidades socioemocionales son para la vida, para la construcción integral de seres humanos y también para el mundo laboral.

¿Se enseñan?

Un error de la educación colombiana es creer que todo se resuelve con una cátedra en el aula, y las habilidades socioemocionales no se enseñan, se construyen a diario, se trabajan de forma trasversal. Aprender a pensar de forma crítica, generar empatía, abandonar la creencia de la paz negativa y entender que el conflicto siempre está presente y lo que debemos aprender es cómo tramitarlo sin violencia.

Ya existe una conciencia de que se deben trabajar, pero a veces no se sabe cómo. Cómo se permea al estudiante. Lo absurdo, han aparecido aplicaciones que dicen enseñan habilidades socioemocionales, toda una contradicción. Pero a la vez hay experiencias bonitas, por ejemplo, se ha desarrollado un diplomado para educadores en Bogotá, llamado ‘Estrategias para el fortalecimiento en habilidades socioemocionales, orientación y trayectorias de vida’, que surge de la estrategia de educando con energía, y nace de la sistematización de la experiencia, es decir, gestión del conocimiento. El sistematizar experiencias es hoy una de las mejores alternativas para acercar a la comunidad educativa a procesos de formación que parten de la experiencia.

Por ejemplo, una profesora de física del colegio La Merced en Bogotá hizo un trabajo de cómo trabajar con sus estudiantes el liderazgo y la empatía, explicando cómo las ondas cerebrales permiten la meditación y se contribuye en los procesos de reflexión, diálogo y empatía.

La experiencia de la profesora de física demuestra algo que tienen los educadores efectivos. Cuando se ama la profesión y se sabe de lo que enseñamos, se pueden desarrollar habilidades socioemocionales en la práctica de formación diaria. La educación del país requiere de habilidades socioemocionales, las instituciones y las empresas deben ser ejemplo de ellas. Existen discursos donde se habla de su importancia, mientras los ambientes laborales son hostiles. Por eso, es necesario que se interioricen y sobre todo, entender que no se enseñan en una clase específica. Se construyen a diario en los procesos de formación.

 

 

*    (*) Mario Hurtado es especialista en educación. Twitter: @hurtadobeltran  “La opinión del autor no refleja necesariamente la posición del medio y es responsabilidad exclusiva del que la escribe”