La minería criminal es hoy por hoy una de las mayores amenazas a la biodiversidad en Colombia. Mientras desde la Fuerza Pública y la justicia se le combate, también se busca a toda costa disminuir su impacto ambiental.
En este último flanco el proyecto de fitorremediación representa, desde hace varios años, una solución innovadora y sostenible para la recuperación de suelos contaminados por actividades de minería ilegal, especialmente frente al impacto de metales pesados como el mercurio, plomo, cadmio y arsénico.
La Embajada de Estados Unidos en Colombia está al frente de una de estas iniciativas. Así lo explica, en entrevista con EL NUEVO SIGLO, el director de la Sección de Antinarcóticos y Aplicación de la Ley (INL por sus siglas en inglés), Kevin Murakami.
De acuerdo con el alto funcionario, la fitorremediación comenzó a ganar reconocimiento gracias a estudios científicos sobre especies hiperacumuladoras, es decir, plantas capaces de absorber grandes cantidades de metales pesados que contaminan gravemente el ecosistema.
EL NUEVO SIGLO: ¿En qué consiste el proyecto de fitorremediación de suelos contaminados por metales pesados como el mercurio?
KEVIN MURAKAMI: El proyecto de fitorremediación es una iniciativa desarrollada por la INL en Colombia, en alianza con la Universidad de Córdoba y la Dirección de Carabineros y Protección Ambiental (Dicar). El proyecto de fitorremediación utiliza plantas nativas como el piñón y el guarumo para eliminar contaminantes como el mercurio y otros metales pesados utilizados en la minería aurífera de los suelos y buscando no solo restaurar los terrenos contaminados, sino también promover actividades agrícolas lícitas y sostenibles, beneficiando a las comunidades afectadas y protegiendo el medio ambiente.
ENS: ¿Cómo se originó este proyecto?
KM: El trabajo científico comenzó en 2006, liderado por la Universidad de Córdoba, que estableció una línea base sobre la contaminación por metales pesados en áreas mineras. En 2017 se implementó el primer piloto de fitorremediación en el sur de Córdoba.
Es una tecnología basada en la naturaleza y utiliza plantas con capacidad de absorber, acumular, inmovilizar o transformar contaminantes de manera eficiente y sostenible.
ENS: ¿En qué consisten mecanismos como la fitoextracción, fitoestabilización, fitodegradación y fitovolatilización?
KM: Son los mecanismos fundamentales para la fitorremediación. Por ejemplo, la fitoextracción consiste en que las plantas absorben los contaminantes del suelo y los almacenan en sus tejidos, como raíces, tallos, ramas y hojas. Por otro lado, la fitoestabilización actúa inmovilizando los contaminantes en el suelo, reduciendo su movilidad y peligrosidad en el entorno.
En cuanto a la fitodegradación, este proceso permite que las plantas transformen contaminantes orgánicos en compuestos menos tóxicos o, incluso, los degradan completamente, ayudando a la recuperación del ecosistema. Finalmente, la fitovolatilización es el proceso en el que las plantas extraen contaminantes del suelo o agua y los liberan al ambiente en forma gaseosa, tras un proceso de transformación por la planta. Todos estos mecanismos trabajan de manera conjunta para mitigar los impactos de la contaminación y restauración de los suelos afectados.
ENS: Además del mercurio, ¿qué otros metales pesados se reducen con la siembra de estos árboles, que los absorben para recuperar los suelos?
KM: Las plantas tienen la capacidad para absorber arsénico, cadmio, plomo, cromo y zinc, entre otros metales pesados presentes en suelos contaminados.
ENS: ¿Qué plantas nativas se están empleando en este proceso científico?
KM: En este proceso estamos utilizando especies vegetales nativas y criollas de cada región en particular. Para el caso del Bajo Cauca antioqueño, se utilizaron el piñón (Jatropha curcas), guarumo o yarumo (Cecropia spp) y otras plantas adaptadas al entorno local, las cuales tienen una alta capacidad de acumulación y estabilización de metales pesados.
Interacción con campesinado
ENS: ¿Los campesinos cómo han recibido estos procesos?
KM: Los habitantes de estas zonas han recibido este proyecto y estos procesos con los brazos abiertos. Creo que el momento más importante fue cuando la comunidad se dio cuenta de que el proyecto era útil para ellos, porque no solo iban a descontaminar su territorio, sino que también iban a obtener un conocimiento nuevo.
Además, hemos trabajado para fortalecer las capacidades locales mediante talleres de formación y la creación de viveros comunitarios, promoviendo una cultura de cuidado ambiental y uso sostenible del territorio. Las comunidades no solo han recuperado su tierra, sino que adicionalmente han adquirido habilidades que les han permitido tener un ingreso económico, como la elaboración y venta de compost o la prestación de servicios de fitorremediación y restauración a empresas privadas y otras entidades del Estado.
ENS: ¿Las mismas comunidades quedan al frente de esos procesos tras el intercambio de conocimientos técnicos y científicos?
KM: Así es, las comunidades han tomado un papel protagónico en este proceso, que está liderado por la Dirección de Carabineros y Protección Ambiental y ha involucrado, desde el primer día, a las comunidades de las veredas Río Viejo y Margento. Este proyecto no solo les ha generado gran satisfacción, sino que también les ha dado la oportunidad de convertirse en defensores del medio ambiente, liderando acciones para proteger y restaurar sus territorios y eso es un logro muy significativo para este proyecto.
ENS: ¿Con este proceso científico se recuperan los ecosistemas y se mejora la capacidad de la tierra para volver a ser productiva?
KM: Así es. El proyecto ha logrado impactos significativos, como la reducción de concentraciones de metales pesados (mercurio, plomo, cadmio y arsénico) en los suelos intervenidos, la restauración de la funcionalidad ecológica de los ecosistemas y la mejora de la capacidad productiva de los suelos.
ENS: ¿Y los costos?
KM: Los costos de la fitorremediación son significativamente más económicos en comparación con las técnicas tradicionales, como la excavación o el lavado de suelos. Aunque los costos pueden variar según la escala del proyecto, el grado de contaminación y ubicación, esta técnica se presenta como una alternativa viable de costo-beneficio y de menor impacto ambiental.
ENS: Algunos de estos procesos científicos llevan más de doce años, ¿cuáles han sido sus resultados y beneficios?
KM: Los resultados incluyen la restauración de suelos degradados, devolviéndoles su capacidad productiva, la recuperación ecosistémica de áreas afectadas por minería aurífera informal, la reducción de concentraciones de metales pesados en porcentajes cercanos al 90 % en suelos y sedimentos y al 100 % en agua. También la generación de conocimiento científico aplicado. La iniciativa también ha reducido los riesgos de salud asociados a la contaminación por metales pesados y ha ayudado a construir confianza entre la comunidad y su fuerza policial.
Lo que viene
ENS: ¿Dónde están hoy los procesos y a qué otras zonas se van a expandir?
KM: Actualmente estos procesos se están llevando a cabo en las veredas Río Viejo y Margento. Desde nuestra oficina de INL Colombia, estos logros nos han motivado a trabajar en la expansión del proyecto hacia otras regiones del país, como el departamento del Chocó, que también enfrenta graves problemas de degradación ambiental debido a la minería ilegal. La intención es replicar este modelo en otras áreas vulnerables, maximizando su impacto ambiental y social.
ENS: La fitorremediación no solo es una herramienta para la restauración ambiental, sino que también permite valorizar la biomasa vegetal contaminada, integrándola en procesos de compostaje o pirolización controlada, ¿cómo es eso?
KM: La biomasa contaminada puede transformarse mediante compostaje o pirolización, que produce bioinsumos (fertilizantes o revitalizadores ecológicos). Por medio del compostaje de la biomasa vegetal contaminada se busca disminuir la biodisponibilidad del metal pesado para transformarlo en una forma menos peligrosa. El compost puede ser usado para fertilizar las mismas plantaciones usadas para la fitorremediación.