Los excomandantes de las desmovilizadas FARC, Rodrigo Londoño (Timochenko), y de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Salvatore Mancuso, pidieron perdón este viernes a los indígenas colombianos por los dolores que les hicieron pasar durante el conflicto armado.
Así lo expresaron en el “Encuentro por la Verdad Pueblos indígenas en Situación y Riesgo de Exterminio Físico y Cultural: Su Dignidad, Resistencia y Aportes a la Paz”, que contó con la participación de miembros de comunidades indígenas que relataron sus experiencias dentro del conflicto armado en Colombia, el más largo del continente occidental y uno de los más extensos del mundo.
“Quisiera pedirles perdón de todo corazón por estos hechos que los han llenado de dolor, de luto, de sufrimiento. Nosotros nunca debimos haber tomado acciones en la guerra”, declaró el exjefe paramilitar refiriéndose específicamente al asesinato del líder indígena Kimy Pernía Domicó. “Yo me equivoqué y pido perdón por ello, por mis acciones en el conflicto”.
Las declaraciones de Mancuso se dieron en medio de una conversación con la hija de Kimy, Martha Cecilia Domicó, a quien le reconoció que el cadáver de su padre fue lanzado al río Sinú.
“El crimen del líder indígena Kimmy Pernía fue un crimen de Estado. Como miembro de facto (…) recibí una orden del comandante Carlos Castaño en este sentido de asesinar. Nuestras órdenes eran dar de baja; eso significa asesinar al líder Kimmy Pernía Domicó”, relató Mancuso, quien agregó que estas acciones se realizaban con el objetivo de debilitar a las comunidades indígenas.
“Nosotros no le vamos a responder con violencia y estoy agradecida por lo que me dice. Me ha dicho que hicieron y ahora le voy a llevar las rosas a él para que tenga tranquilidad”, respondió Martha Cecilia.
Timochenko, a su vez, aseguró que la exguerrilla cometió un error al poner en marcha su “accionar político y militar” sin tener en cuenta que podían afectar a las comunidades indígenas.
“Nunca les consultamos sus aspiraciones, nunca les consultamos su opinión”, reconoció Londoño, quien agregó que, con dolor, entendió que a pesar de que estaban “luchando por una causa que tiene objetivos comunes como el tema de la tierra, en ningún momento” se tuvo en cuenta su cosmovisión.
Como consecuencia de este error, continuó Timochenko, los indígenas se vieron enfrentados al “dolor, desarraigo, desplazamientos, muertes, heridos”, particularmente a casos de violencia sexual.
“Me permito pedirles que algún día nos puedan perdonar. Les pido la posibilidad de que nos reconciliemos para que esto no se vuelva a repetir”, expresó.
De acuerdo con la Unidad de Víctimas, de 1.905.617 indígenas censados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) en 2018 (4,4 % de la población colombiana), al menos 384.886 indígenas han sufrido afectaciones por las confrontaciones armadas y por la violencia perpetrada contra ellos, directa o indirectamente, por parte de grupos armados.
Y los datos de la Consejería de Derechos de los Pueblos Indígenas, Derechos Humanos y Paz de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) señalan que entre noviembre de 2016 y julio de 2017, posterior a la firma de los acuerdos entre el Gobierno y las antiguas Farc, ocurrieron 4.508 casos de violaciones a los Derechos Humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario en territorios indígenas. Incluso antes, durante los diálogos, fueron asesinados 58 indígenas.
Este es el sexto encuentro que lleva a cabo la Comisión de la Verdad. Previamente se realizaron encuentros territoriales en los que las comunidades indígenas de diferentes regiones del país contaron sus versiones.
Según la Corte Constitucional y la ONIC, de los 115 pueblos indígenas en el país, 68 se encuentran en situación y riesgo de exterminio físico y cultural a causa, entre otras cosas, del conflicto armado interno y de las actividades económicas en sus territorios.