La crisis por la migración ilegal se ha agudizado en los últimos días en las fronteras de Colombia así como en varios departamentos. Miles de haitianos, cubanos, africanos y venezolanos están varados en el puerto de Necoclí (Antioquia), con el fin de conseguir alguna embarcación que los lleve hasta Capurganá o Sapzurro, el paso definitivo para adentrarse en el corredor selvático conocido como el tapón del Darién, que se encuentra entre Colombia y Panamá.

Se calcula que en lo que va del año 49 mil migrantes, entre hombres, mujeres, niños, bebés y familias enteras han llegado a estos municipios del Urabá antioqueño para seguir su travesía por la espesa selva, en un camino de 266 kilómetros. Luego de llegar a Panamá, continúan su recorrido por toda Centroamérica, para alcanzar México y, por último, tratar de pasar a Estados Unidos o Canadá.  

Todo esto ha originado una crisis humanitaria de amplio calado en esta zona del Urabá antioqueño. El sistema sanitario y las infraestructuras básicas están colapsadas, lo que es más grave en una época de pandemia como la actual del covid-19. Los pocos sitios de alojamiento en esta área no dan abasto y las autoridades locales en Necoclí declararon el estado de calamidad pública.

El alcalde Jorge Augusto Tobón hizo un llamado de urgencia a las autoridades nacionales y calificó la situación como la mayor crisis de la región de Urabá. De hecho, calcula que las personas que han llegado a su municipio equivalen a la mitad de su territorio.

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“Hoy tenemos 10 mil migrantes y la población del casco urbano sería de 20 mil. Es decir, seríamos 30 mil con los migrantes. Están colapsando los servicios públicos, colapsa el sistema de salud, colapsan los arriendos, el tema de abastecimiento de alimentos, una serie de factores que ya nos tiene preocupados”, explicó.

Con el fin de dar soluciones concretas a esta situación, las cancilleres de Colombia, Marta Lucía Ramírez, y de Panamá, Erika Mouynes, se reunieron el pasado viernes en la localidad de San Vicente, en la vecina nación. La idea es acordar un mecanismo para viabilizar un flujo controlado de los migrantes y judicializar a los traficantes de personas que se lucran con esta situación.

Sobre esto Ramírez urgió un combate frontal a los traficantes de migrantes, con el apoyo de autoridades nacionales de cada país, Ameripol e Interpol.

Tras ese encuentro, se programó otra reunión, que se llevó a cabo el lunes pasado, en la que la canciller Mouynes desde Apartadó, Antioquia, confirmó un encuentro ministerial para hoy, en el que participarán los cancilleres o representantes de Chile, Brasil, Colombia, Ecuador, Costa Rica y Estados Unidos.

“Queremos presentar una postura común, Panamá, Colombia y Costa Rica, para ofrecer planteamientos concretos a los otros países que reciben a los migrantes o son su destino final, e identificar nuestras respectivas responsabilidades”, manifestó Mouynes.

Estados Unidos es clave en todo este proceso. Ya en marzo pasado, el presidente Joe Biden designó a su vicepresidenta, Kamala Harris, para supervisar los esfuerzos con los países centroamericanos y detener el flujo de migrantes a la frontera sur de Estados Unidos.

Pero si en Antioquia la crisis migratoria es grave, en el sur al parecer lo es aún más. El gobernador de Nariño, John Rojas, advirtió esta semana sobre la llegada a su departamento de cerca de 4.000 haitianos en los próximos días.

El mandatario expresó que “no hay control en la frontera, el Ecuador está permitiendo el ingreso por sus puntos hacia Colombia. El otro problema son los puntos irregulares en donde no hay presencia de las Fuerzas Militares y ahí está pasando de todo, hay ‘coyotes’ y situaciones muy complejas”.

También criticó la decisión de Migración Colombia de retener a los migrantes en el departamento. “Una vez que entran tiene que permitírseles la movilidad y los derechos humanos”, señaló.

El Gobernador apuntó que la presencia de los haitianos en el departamento, y en ciudades como Ipiales o Pasto “supera la capacidad resolutiva para la atención” por parte de las autoridades y ya genera problemas en el sector de la salud.